Divididos, el cambio continuo de bateristas y el día que grabaron en el estudio de Los Beatles

Ricardo Mollo y Diego Arnedo forman el núcleo duro de “La aplanadora del rock”, como se conoce a la banda. Pero a lo largo de sus 24 años de historia tuvieron cuatro bateristas. Jorge Araujo, el que tuvo a su cargo las baquetas en la grabación de Narigón del Siglo, cuenta cómo se grabó un clásico: Spaghetti del rock

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Divididos en la época de Narigón del Siglo: Diego Arnedo, Jorge Araujo y Ricardo Mollo
Divididos en la época de Narigón del Siglo: Diego Arnedo, Jorge Araujo y Ricardo Mollo

Dicen que el narigón del siglo refiere a esos nuevos ricos cocainómanos aparecidos en la última década del siglo pasado. El sexto disco de Divididos, se llama así, Narigón del Siglo. Aparecido en el 2000, terminó siendo consagratorio, si es que les hacía falta algo, para la banda.

Sé de mucha gente que se acercó a Divididos desde esta placa.

Más allá de que desde el comienzo fueron muy geniales. El disco debut de Divididos, con Gustavo Collado -eximio baterista de la Sobrecarga sentado atrás-, era magnífico.

Me acuerdo de un encuentro fortuito con Ricardo Mollo, en medio de la aparición del disco, donde me contó la historia del nombre, que me parecía precioso. El dijo que fue un taxista, alardeando de su performance bailando tango, que le dijo “y así nomás, te tiraba 40 dibujos ahí en el piso...”.

El disco no dejaba de ser eso, un descontrolado collage entre los dibujos de la guitarra de Ricardo, apoyándose en la precisa brillantez del bajo de Diego Arnedo, ambos respaldados con el virtuosismo percusivo de Gustavo Collado. La mixtura exacta entre Sumo y La Sobrecarga. Una oscura potencia sónica que aun los ataba al pasado.

Fue en 1990 con Acariciando lo Áspero que despegan, con un sonido muy notoriamente alejado de lo supuesto, en gran medida sustentado en el cambio de baterista. La llegada de Federico Gil Solá fue auspiciosa.

Mucho tenía que ver la previa de Gil Solá, que había crecido exiliado con sus padres en USA, tuvo su primer banda en la adolescencia californiana que transitó, banda que había sido elegida por Bono de U2 como revelación de ese año, que no se cuál era. Además compartió escenarios con Stevie Ray Vaughan y The Cure, entre otros. Vuelto al país fue convocado por Mollo/Arnedo y acabó sumándose a Divididos.

Casi Estatua, Del Disco Narigón Del Siglo De Divididos

Juntos, estos tres grabaron dos discos, Acariciando lo Áspero aparecido en 1991 y La Era de la Boludez un par de años después.

Pergeñaron una base absolutamente sólida de canciones que cimentaron la leyenda de aplanadora del rock con la que se los cataloga desde entonces. “El 38″, “Sábado”, “Ala Delta”, “Sisters”, una versión impresionante de “Voodoo Child” de Hendrix, “¿Que ves?” , “El Arriero” de Atahualpa Yupanqui, “Paisano de Hurlingham” y me quedo corto.

Crecía como choclos en el campo el prestigio y la fama de Divididos.

Hasta el punto de que, como pasa habitualmente cuando la ola te lleva muy arriba, empezaron los encontronazos para el trío.

Mollo y Arnedo, habiendo transitado MAM y Sumo juntos durante muchos años, son uno solo artísticamente hablando, de manera que adiós baterista otra vez y a buscar el reemplazo.

Difícil tarea después de haber tenido el estilo de Collado y la polenta de Gil Solá.

Tratando de evitar ser víctimas de un éxito superlativo, en una actitud muy rocker, con nuevo integrante, se ponen a grabar Otroletravaladna, un statement del trío leyéndolo de atrás para adelante.

El nuevo baterista provenía de una banda poco conocida aunque bastante respetada en el medio que se llamaba Monos Con Navaja. Estoy hablando de Jorge Araujo.

Un dotado, dueño de un sustain ideal para las aventuras rítmicas de Mollo/Arnedo. Potencia y virtuosismo de alta calificación que hoy puede escucharse en el trío también Gran Martell.

Con Araujo cambian otra vez de piel. Aunque Otroletravaladna no fue lo mas popular que encararon, hace notoria la obra el nuevo estado de las cosas para Divididos.

Un par de años girando por todos lados apoyados en la edición del recopilatorio Divididos que salió cerca de Otroletravaladna solidificaron a nuevo la banda, así que hay que esperar hasta 1998 para nuevo disco, y llega Gol de Mujer con “Nene de Antes”, “Clavador de Querubín” y la impresionante versión de “Quien se ha Tomado Todo el Vino” de La Mona Jimenez, que pone en órbita nuevamente a la aplanadora.

Divididos en vivo, con Mollo, Araujo y Arnedo
Divididos en vivo, con Mollo, Araujo y Arnedo

Jorge Araujo se agiganta en cada show, empezando a marcar su terreno haciendo olvidar a Collado y Gil Sola en el público.

Fin del milenio, llegamos al 2000 con nuevo álbum de Divididos.

Ahora sí.

Descomunal aparición para toda la tribu rocker, llegó El Narigón del Siglo.

Un disco rupturista, impresionante, para muchos el cenit de Divididos.

Aún hoy provoca escucharlo.

Desde el nombre completo: “Narigón del Siglo, yo te dejo perfumado en la esquina para siempre”, hasta la tapa, un inolvidable dibujo de Diego Arnedo, es épico todo lo que lo rodea.

Producido por ellos mas Afo Verde, ex Zimbabwe Reggae Band transformado hoy mismo, merced a un rosario de aciertos, en el productor latinoamericano más importante de la industria discográfica, sumando además el aporte de amigos como Tito Fargo ex Redonditos de Ricota, suplente de Germán Daffunchio en Sumo y guitarrista de la Hurlingham Reggae Band, proyecto paralelo a Sumo de Luca Prodan.

Fue grabado enteramente en Abbey Road de Londres, el cambio de milenio nos metía ansiedad de todo, así que “Narigón” nació esperado y potente.

Esas cosas que hacen histórico a un disco aquí están todas presentes.

Y las canciones, obvio, una en especial que rompió lo sabido, que puso a Divididos en otra dimensión, “Spaghetti del Rock”.

Una letra de elevada poesía suburbana, envuelta en acordes de refinada definición, dice todo acerca de las dudas que cualquiera puede tener respecto a las razones por las que Divididos es la mas dotada banda de rock que hoy pueda escucharse.

Spaghetti Del Rock, Del Disco Narigón Del Siglo De Divididos

“Pistones de un curioso motor

De humanidad.

Resortes viejos de este amor

Que se va.

Memoria hostil de un tiempo de paz

Sin paz.

Narices frías de una noche atrás.

Besos por celular

Las momias de este amor

Piden al actor de lo que fui.

Pantalla de la muerte y de la canción.

Proyectos de un nuevo Spaghetti del rock.

Ciclope de cristal

Devora ambición.

Vomita modelos de ficción.

Remontar

El barrilete en esta tempestad

Solo hará entender

Que ayer no es hoy

Que hoy es hoy.

Y que no soy actor de lo que fui.

Jorge Araujo, aquí, despliega un abanico de colores sonoros que enaltece aún más las brillantes ejecuciones de Ricardo Mollo y Diego Arnedo, tornando a la canción en una atmósfera de eterno clásico rock para futuras orejas que aún no nacieron.

Cold Turkey, De Gran Martell

Jorge Araujo mismo me cuenta de “Spaghetti del rock”: “Recuerdo ver llegar a Ricardo ya con la canción prácticamente estructurada, como salió. Aunque con el tiempo me enteré que con el aporte de unos acordes de Diego Arnedo terminaron haciendo la canción juntos. Ya había una máquina de ritmos en la grabación del demo que hicieron. Me veo en la sala los tres escuchando “Spaghetti del rock”. Lo curioso de todo esto es que lo que te estoy contando ocurrió mucho antes de saber que íbamos a grabar en Londres, en Abbey Road eso. Hay mucha gente que relaciona “Spaghetti” con una cosa más beatlera, que es cierto pero que sucedió mucho antes. Eso es muy curioso. Ahora, el hecho de haber grabado en Abbey Road, en el mítico Studio 2 donde los Beatles grabaron todos sus discos, impulsó el uso de las cuerdas digamos. Fue genial grabar las cuerdas así. Lo que sí tengo muy presente como baterista de esa grabación, es que yo no estaba conforme de tocar el aro del tambor como se toca comúnmente. Cuando tocás el aro, cualquier baterista sabe que darle al aro con el palo tiene un sonido muy particular y definido. Pero yo no quería ese sonido en la canción, y no sabía qué hacer. En el estudio me topé con unos palillos especiales, que se llaman Hot Rods, que son formados por muchas varillas finitas lo que te otorga un sonido diferente cuando golpeás el parche, como más gordo, con menos ataque, un golpe menor. Ahora pensaba ¿cómo hago con el aro? Porque con esas varillitas no suena el aro. Así que empecé a probar hasta que doy vuelta el palo y le pego con el grip de goma que tiene en la empuñadura, algo que no había hecho en mi vida. Entonces desde el control me gritan entusiasmados que estaba buenísimo, así que por única vez en mi vida grabé un tema pegándole al aro con el palo al revés. Eso hace que el sonido del golpe se complique al escuchar, pareciera que no hay golpe de percusión, más bien parece el sonido de una bordona”.

Jorge Araujo, baterista de Divididos y hoy de Gran Martell junto al ex Redonditos de Ricota Tito Fargo y Gustavo Jamardo
Jorge Araujo, baterista de Divididos y hoy de Gran Martell junto al ex Redonditos de Ricota Tito Fargo y Gustavo Jamardo

Ver la grabación de un disco desde la óptica del baterista siempre es especial. Los tipos parecen como algo ausentes, sentados atrás de su set, observan la sesión diferente. Se me ocurre como un arquero de fútbol tiene una visión del partido aleatoria a todas las demás. Así un baterista vive una jornada en el estudio. Pienso también en músicos como Charlie Watts, batero de los Rolling Stones, que en el documental sobre la grabación del bíblico disco Exile on Main Street en un castillo de Francia, imposibilitado de lograr el sonido que quería en el Ventilator Blues, terminó armando la batería en un baño inmenso de la mansión porque ahí la acústica lo favorecía.

Jorge Araujo hoy sigue siendo baterista de Power Trío, siendo parte de Gran Martell, sumado al inoxidable Tito Fargo en guitarra y Gustavo Jamardo (Ex porco) en el bajo. Es más, la conversación con Jorge fue desde San Luis. donde estaban presentándose con gran éxito.

Para más actualidad, Divididos, con otro baterista desde la partida de Jorge Araujo en 2004, Catriel Ciavarella, está preparando un nuevo show para las semanas venideras.

Esas son buenas noticias.

Siempre.

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