Una cálida mañana de 1988, mientras hacíamos Radio Bangkok, cerca del mediodía, Luis Alberto Spinetta y el turco Dylan Martí abrieron la puerta del estudio No nos llamó la atención de ninguna manera porque ellos andaban las calles siempre juntos. Eran amigos desde chiquitos.
Ser apodado Dylan en esos días era algo cool. Después se banalizó.
Dylan era Eduardo Martí, esforzado músico, talentoso fotógrafo y gran realizador. Creador de muchos grandes videos de Luis por ejemplo.
Ahí apareció el par.
Llegaban con dos parvulitos de edecanes. Eran sus hijos Dante y Emmanuel, que no llegaban a los 15 años.
Venían a presentar el ultimo disco de Spinetta “Tester de violencia”, una obra muy especial en su dilatada trayectoria, conceptualmente inspirado en una violencia social que empezaba a asomar su sucia cabeza.
Notoriamente influenciado por el crimen de las “madres” de Fito Paéz, con quien había hecho “La La La” el año anterior, así como por hechos más domésticos si se quiere, como la bengala náutica que mató a Roberto Basile disparada desde la 12 xeneize en la cancha de Boca hacia la tribuna de enfrente, donde Roberto, de 25 años, vistiendo todavía el traje con el que había trabajado en el banco todo el día, estaba parado mirando el partido. El artefacto le rompió el pecho y lo mató.
Luis en ese disco canta en “La bengala perdida se le posó, allí desde donde debía gritar gol...”. Una forma poética de relatar algo tan despreciable, algo necesario a veces, que se convirtió en uno de los temas mas difundidos en las radios. “La bengala perdida” formó parte de un disco que se llevó ese año todas las encuestas puestas.
Tester de Violencia fue un disco premonitorio. Con foco en la violencia, no desde una posición heavy metal tipo “Ahora rompemos todo” o pseudo hippie mas al estilo “loco, hagamos el amor, no la guerra” quedándose ambas en expresiones de deseos no realizables.
Spinetta, con esa placa, encara para el lado de aprender a convivir con estas mierdas sabiendo que están ahí, a la vuelta de tu casa. No me gusta la palabra, detesto usarla, aunque a veces es indispensable. De manera que...
Pero en ese disco también estaba la respuesta al dilema existencial propuesto. En medio de tanta violencia subyacente, una canción compuesta y cantada por los preadolescentes Dante y Emmanuel llamada “El mono tremendo” actúa como catalizador. Un alegato vibrante acerca de un tipo que se cansa del maltrato convirtiéndose en un mono tremendo.
En medio de un incipiente rap y a los gritos, estos chicos con sus hermanitos menores se metieron una tarde en el estudio de la calle Iberá creando el tema que ganaría las encuestas de diarios y revistas especializadas como “Tema del año “.
Volviendo a ese momento iniciático en la radio: se sentaron al lado nuestro en el estudio ese mediodía como si ellos hubiesen sido unos locos de la azotea mismos, nos presentaron la canción relatando pormenores varios, cantaron un poco a capella bastante afinadamente ante la orgullosa sonrisa de sus padres para finalmente poner la canción al aire y relajar.
Eran tiempos sin computadoras ni celulares, así que cumplo en comentarles que las dos líneas telefónicas que usábamos al aire se saturaron de mensajes gloriosos ante la sorpresiva irrupción de Pechugo en un disco del célebre Luis Alberto Spinetta.
Se llamaban Pechugo porque era la época de Menudo, así que ellos ya eran mejores. Con el tiempo Pechugo se convirtió en Illya Kuryaki & The Valderramas.
Medio tributo al Agente de CIPOL y medio tributo a la impresionante peluca del Pibe Valderrama. Un verdadero Statement.
Los Kuryaki nacieron famosos. Con 16 años debutaron discográficamente haciendo “Fabrico Cuero” llenando de rap y Hip Hop el aire radial. Ellos eran realmente, en ese 1991 nefasto, lo nuevo. Lo que nos había marcado Spinetta un par de años antes en Tester de Violencia.
El camino estaba ahí, en los chicos, en apoyar a los hijos, aunque no los entendamos. Obviamente, pocos entendieron el mensaje. Básicamente porque en un país hiperinflacionado, crecía la bailanta más que los girasoles. Quizás no era el momento. Quizás también por eso Tester de Violencia escuchado hoy, parece hecho ayer.
Bueno, Illya Kuryaki & The Valderramas son Dante y Emmanuel al 50%, bajo el paraguas protector del inmenso Rafa Arcaute como productor. Arcaute es una cosa seria, sus casi 20 Grammys ganados merecerían una nota en la tele, pero tampoco sería el momento adecuado éste.
Los Kuryaki son una pareja abierta, con 10 discos editados, un montón de shows en vivo o televisivos en toda América, cantidad de premios obtenidos, cientos de colaboraciones, miles de festivales, siempre se toman su tiempo para diseñar brillantes carreras solistas.
Dante Spinetta orientado al funk desde la música urbana que tiene en su ADN. Emmanuel es mas psicodélico, en el sentido de transitar en círculo el soul, la balada y el rock mas tradicional, una y otra vez en distintas mezclas.
Tanto que su ultimo trabajo es un audiovisual llamado Pitada, donde al aire libre, entre la hierba, bajo el sol y después la noche, acompañado de un trío acustico, hace un montón de sus canciones en onda fogón power digital. Una delicia. Perdón, pero no encontré otra palabra que defina mejor Pitada.
Es que Emmanuel puede sacar un álbum completo, un pack de dos o tres canciones o un video que se viraliza en horas. Y todo parece hacerlo con la misma intensa dedicación que se trasluce en toda su obra.
Se tomó mas de un año para producir su debut “Música y Delirio”, al tiempo que se convertía en padre debutante también. Que cualquiera que haya pasado por la circunstancia entenderá el vértigo de esa cabeza.
Un año después, en 2004, edita un EP con cuatro temas, brillante. Mimosa, que tiene justamente “Mimosa” con Adrián D´Argelos de Babasónicos, además de “Smell like cuerpo”, “Malevo” y “Cumbia psicodélica”.
En 2005 hace Rocanrolero, con la participación de Miguel Botafogo Vilanova y Dante, para llegar un año después al consagratorio “Mordisco” donde participa Gustavo Cerati.
Llamar a Botafogo, a Gustavo Cerati es en la carrera de Emmanuel Horvilleur tender puentes hacia los inicios del posthippismo en el que Bota y Gustavo crecieron cuando Emmanuel nacía. Además, Mordisco era el nombre de una revista de 1975, demasiado hippie, tanto que era mas barata que Pelo, y me atrevería a decir que peor. De todas maneras, no creo que se pueda ser peor que algunas cosas.
Ambos, Dante y Emmanuel, bucean correctamentemente informados, producto de haber crecido con Dylan y Luis, en las auténticas raíces de nuestro tan vapuleado rock argentino. Los negros y los hippies. Las semillitas de afroamericanos hacinados en grandes ciudades por un lado, y las de unos utopistas amantes de la naturaleza por el otro. Me atrevo a afirmar que esa química hace irresistible e internacional a Illya Kuryaki & the Valderramas.
Para mi, sin mas fundamento que la belleza que me transmite, “Ella dijo no” es el punto más alto de Pitada. Una canción que subió a las nuevas plataformas viralizándola hasta ayer mismo. Y un video dotado con una quieta intensidad, oscura con la oscuridad de una noche de verano larga, que uno puede repetir en loop varias veces sin dejar de descubrir gestos, luces o sombras en cada pasada.
Y la poesía obvio, una gran letra de Emmanuel Horvilleur:
”Le digo hola,
Pido, no me digas chao
Y entreguémonos al rito universal de andar
El camino dice mucho de lo que vendrá.
Digo hola,
Pido, no me digas chao
Repitiendo como un mantra que no se oye mas.
El abismo se agiganta cuando me mirás
Pues tus ojos matarán mis esperanzas.
Pero ella dijo: no
Y tomó la ruta al mar.
Ella ideó su plan en diez minutos,
No le pude recordar que en su emoción
Ella olvidó en la cama algunos peces.
Que nadaban como el fuego entre nosotros dos
Entregándonos al rito universal de amar.
La locura ilusionaba mientras habia sol,
Pero el dia castigó mis esperanzas.
Porque ella dijo : no
Y tomó la ruta al mar
Ella ideo su plan en diez minutos.
No le pude recordar que en su emoción
Ella olvidó en la cama algunos peces.
Pero ella dijo : no
Me siento como un renegado que está
En contra de soltar.
Dame tu mano que quiero dibujar
Un mapa, para que puedas regresar.
Para que puedas volver a mi.
No le pude recordar que en su emoción
Ella olvidó en la cama algunos peces.
Pero ella dijo: no”
Apareció originalmente en 2018, la repite luego en Pitada. Una masterpiece que aún permanece ensombrecida para la multitud. Eso justamente es lo que la hace mas resplandeciente. Saber quizás que un día la disfrutarán multitudes, porque el refinamiento en los arreglos sumado a la atmósfera parisina nouvelle vague que tanta falta hace ahora que se murió Jean Luc-Godard, la hace eterna.
Me cuenta Emma: ”Lo primero que se me ocurre cuando pienso en ‘Ella dijo no’, mas que la canción es el momento en que salió, por 2017 creo yo. Dejábamos de tocar con Kuryaki después de 5 o 6 años que duramos girando. En uno de esos shows que hacíamos, en medio de la gira europea cuando conozco por fin Francia, París, una ciudad que tenía totalmente idealizada adentro mío. Por todo el asunto de mi familia Horvilleur ¿viste? Todos franceses, así que mi infancia la pasé idealizando, porque para mi acá estaba, digamos, la mitad de mi gente, a los que no conocía”.
“En mitad de esa gira pude conocerlos -continúa Emma-. Volví después de tocar, dejé pasar unos meses y pude estar con Horvilleur en la ciudad. Terminé por ahí, en un apartamento en Sacre Coeur donde estaba viviendo Fernando Samalea y Nati Cabrera, que hacían la base de bajo y batería de Benjamin Biolay. Estando ahí ya tenía la canción grabada y fue que empecé a trabajar en el videoclip. Caminando por París con Samalea que se encargaba de la logística, con Natalia Cabrera, a los pocos dias apareció también Lisa Cerati que estaba viviendo cerca, y Juan Gons que fue el director. Esos días caminando por Paris terminó de cerrarme todo lo que tiene el espíritu de la canción”.
Previo a eso, “Ella dijo no” se hizo para el disco Xavier, la trabajamos con Rafa Arcaute, mas la presencia de Andrés Cortés que le imprimió su estilo, el guitarrista con el que toco hace años. Yo la tenía en una versión con unos acordes un poco mas folk, y él la llevó a esa cosa mas Rythmn & Blues con toques mas suaves y elegantes de guitarra Gibson 335 como la que usaba Gustavo. La canción no tiene más que esa guitarra, con mi voz sumando los coros de Ayelén Zucker y Cami Ibarra. Es linda también la versión que salió en Pitada. La hicimos en medio de la pandemia, al aire libre. Digamos que en la tradición de mis canciones, lentas y souleadas, me define bastante viviendo esta nueva etapa de mi vida solista, que arranca en esos años 2017, 2018, cuando salió “Ella dijo no” justamente.”
Emmanuel, y Dante también -no logro separarlos del todo en mi corazón-, son dos tipos muy dotados de talento y sensibilidad desde siempre. Ya de chiquitos, cuando aparecieron en Tester de Violencia, se los notaba diferentes. Ni mejor ni peor que otros chicos de su edad, solo distintos.
Hoy, en el cascoteado rock argentino, Dante y Emmanuel son de lo mas atípico que uno puede encontrar. Una sola mas sobre “Tester de violencia”, el disco de Luis Alberto Spinetta iniciático para Illya Kuryaki & The Valderramas: me contaron que el nombre salió una noche en un festival en el interior, donde la parte animal de la tribu rocker le revoleaba cascotazos a los artistas casi por deporte.
Le tocaba salir al escenario a Fito Paez, a quién Luis, que venía después, le dice:
-Fito, sos un tester de violencia.
A lo que Fito le contesta:
-Todos lo somos, Luis...
Casi diría que la escena fue premonitoria.
Casi diría también, que hoy cualquiera es un tester de violencia.
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