Tras dos años de parate por la pandemia, las calles de la ciudad de Salta Capital volvieron a llenarse de fieles por la popular celebración en honor a la Virgen y el Señor del Milagro. Masiva como pocas, según las estimaciones de la Iglesia y de las fuerzas de seguridad locales, en su edición de 2022 la Fiesta del Milagro movilizó alrededor de 680.000 personas, las que acompañaron el recorrido de las imágenes que salen desde la catedral y recorren el centro en procesión.
La tradicional fiesta cumplió 330 años de historia en 2022 –se conmemora desde que los temblores que afectaron al actual territorio de la provincia de Salta cesaron con la salida del templo del Cristo Crucificado, en 1692–. Volvió a la normalidad este año, ya que los últimos dos años había sufrido modificaciones por las restricciones que impuso la pandemia de COVID 19.
En 2020, la procesión no se realizó, y el año pasado se hizo, pero sin el seguimiento de fieles, que debieron seguir el paso de las imágenes de manera virtual o desde las veredas, con aforo, para evitar la propagación de contagios de la enfermedad.
¿Cómo fue la jornada?
El 15 de septiembre, día de la celebración, a partir de las 15.15, la Cruz Procesional de la Catedral Basílica Mayor de Salta salió a realizar el camino junto a los fieles. Unos quince minutos después hizo lo propio la imagen de la Virgen de las Lágrimas, con su base de claveles rosados. Luego, para las 16.45, fue el turno de la Virgen del Milagro, que empezó el trayecto sobre una nube de claveles blancos y fue recibido por miles de personas en la plaza 9 de julio. Las personas esperaron pacientemente su salida y saludaron agitando pañuelos blancos.
La última imagen en salir, a las 16.30, fue la del Señor del Milagro, que estuvo acompañada por el arzobispo de Salta, Mario Cargnello. Con una base de claveles rojos, la imagen de tamaño natural, que llegó a la provincia en septiembre de 1592 –enviada por Fray Francisco de Victoria desde Europa– también fue recibida por una nueva marea de pañuelos blancos.
La historia de la fiesta
El origen de la fiesta se remonta a la fundación de la ciudad de Salta, en 1582, cuando Fray Francisco de Victoria se comprometió a enviar la imagen del Cristo Crucificado a su templo mayor. Diez años después, el cajón de madera que traía esa imagen, junto a otra de la Virgen María, cuyo destino era la ciudad de Córdoba, aparecieron flotando en el océano, frente al puerto del Callao, en Perú.
Desde allí, las imágenes fueron trasladadas a sus correspondientes destinos, y el Cristo permaneció cien años olvidado en la iglesia de Salta, hasta septiembre de 1692, cuando un terremoto provocó la desaparición de la ciudad de Esteco.
En ese contexto, la imagen del Cristo Crucificado salió en procesión y los movimientos telúricos cesaron, lo que fue considerado un milagro y dio origen a la Fiesta.
Los números de la celebración
Más allá de generar una sentimiento muy fuerte en todos los fieles y la movilización interna de casi 90 mil peregrinos, la Fiesta del Milagro generó en Salta el 70% de ocupación hotelera, de sus 27.000 plazas, lo que repercutió en un impacto económico de $356.849.429 por la llegada de turistas de todo el país, informó un día después el Ministerio de Turismo y Deportes provincial.
En consecuencia, desde la cartera señalaron que las cifras reflejan un buen nivel de ocupación, a pesar de que en el resto del país esos tres días fueron laborales. Al mismo tiempo aclararon que si bien el epicentro de la festividad es la ciudad de Salta, produce un derrame en los principales destinos turísticos salteños.
En consecuencia, y como señalaban desde el sector público, destinos de los Valles Calchaquíes y del Valle de Lerma registraron en esas jornadas altas tasas de ocupación, producto de salteños que aprovecharon las jornadas no laborables y de turistas extranjeros y nacionales que por otras circunstancias eligieron a esta provincia como destino.
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