Roberto Daniel Bravo era un adolescente como muchos otros del conurbano bonaerense. Había probado suerte en el fútbol en clubes como Lanús y Talleres de Remedios de Escalada. Le hacía frente a lo que él mismo define una “infancia turbia, cargada de violencia”. Así, necesito ganarse la vida con lo que podía en las calles de Villa Caraza. Entonces, en ese momento salió a vender CDs. Primero fue vendedor ambulante y luego tuvo un puesto en la feria de Fiorito, ahí a metros de donde había nacido Diego Maradona. Roberto vivió mucho en la calle y tuvo contacto con las drogas. Para salir de todo eso se aferró a la música y se convirtió en el rapero Dany de Caraza. Ya nadie lo llama Roberto Daniel por las calles de su barrio.
“Todo arrancó como una forma de expresión. De chico me crié escuchando a Camilo Sesto y Los Parraleños. Siempre me gustó la poesía -admitió Dany en diálogo con Infobae-. Entonces empecé a hacer unas rimas y no paré más. Y eso, además, me servía de cable a tierra para salir de mis propios demonios, los de la droga”.
Cartones por música
Mientras repite rimas en su cabeza, Dany recorre las calles de Caraza buscando cartones que ayudarán a solventar su pasión por la música. El rapero empuja su carro casi con el mismo ritmo con el que canta en el escenario. Va con sus zapatillas llenas de tierra del conurbano profundo, saluda a los vecinos entre pasillos angostos y calles llenas de basura. Cada cartón o botella suma para el próximo tema que ya está pensando grabar. Por ejemplo, hace 4 años había juntado $1500 que en ese momento le alcanzaron para grabar Alma de guerrero, su tema junto a Xxl Irione.
“Yo vengo de la calle cartoneando todo el día/ Me mira siempre raro cuando pasa mi vecina/ Señora esté tranquila que no soy un criminal/ Estoy buscando plata pa’ poderme alimentar”, canta en su clip con Xxl Irione, quizás el punto más alto de su carrera en el rap hasta ahora.
Dany sabía que había encontrado su destino, lo que siempre había soñado. “Ya cuando vendía CDs en Fiorito sabía que yo estaba destinado a hacer otra cosa mejor -recordó el rapero-. Hubo violencia, pasé necesidades y caí en adicciones. Tuve también problemas sentimentales y carencias. Para todo eso encontré una herramienta que me ayudo a salir y a mejorar. Fue la música”.
“El primer tema que hice fue después de pelearme con una novia de ese momento. Yo soy muy enamoradizo, me había peleado con la chica que andaba. Me puse a escribir y salió mi primer rap”, contó en diálogo con Infobae. De esa ruptura amorosa, surgió Duele perderte, que hizo con ayuda de su hermana y que grabó de forma casera con una pista en YouTube.
“Escucha mi corazón/Te nombra a vos/Cuando escucha la palabra amor”. Dany se ríe cuando recuerda la canción: “A la gente le gustó, pero yo ahora lo escuchó y creo que después hice cosas mucho mejores”.
Tras su primer hit, nacido de un desamor, Dany empezó a recorrer y cantar en bares de Monte Grande. Combinaba covers con temas propios. Así se ganaba algún trago de cortesía y lo que más le gustaba: el aplauso del público.
Para seguir bancando su música, Dany trabajo de carnicero en un supermercado, pero tras un accidente fue despedido. “Me corté un brazo y cuando se venció el pedido de prueba, aprovecharon y me rajaron”, recordó el músico. Con lo que le pagaron en el supermercado, el rapero tuvo su primer videoclip para difundir en Youtube.
Dany la siguió peleando y en 2019 lo convocaron para un show que el toma como uno de sus puntos de partida. “Canté en Villa Fiorito, que era medio como jugar de local. Hice 5 temas y con la plata que me dieron pude comprar comida para mi familia. Fue un flash, porque ya me empecé a sentir un profesional de esto”, se entusiasmó el artista.
Pasó el ostracismo de la pandemia y Dany volvió a salir a la ruta del rap. Xxl Irione lo convocó para un show en el teatro Broadway como telonero. Así, llegó Dany con su hermana Allison hasta el centro de la Ciudad de Buenos Aires a cumplir uno de sus sueños. Llevaban a cuestas su propio catering: un kilo de pan y tres latas de paté. entró al camarín y el rapero abrió muy grande los ojos. Lo esperaba una recepción con una picada y alcohol. “Me puse loco de contento como un nene. No lo podía creer”, recordó Dany.
Escuela de rap
Dany no quiere que otros chicos pasen por la infancia turbia que tuvo que pasar él. Por eso, da un taller de rap en Caraaza en el que tiene 10 chicos que siguen sus pasos. “El objetivo es que los pibes cuando se pongan mal por algo, en vez de caer en la droga, lo puedan expresar -sostuvo el rapero-. Estos barrios están llenos de tentaciones negativas. Por eso, ante un mal momento es mejor que los chicos se pongan a escribir y cantar. Así se alejan de la droga”.
“Mi idea es tratar de darle las posibilidades a mis alumnos de ser otros Dany de Caraza. Que puedan encontrar en la música una forma de expresarse y también de salida laboral”, explicó el artista.
Los nenes del taller harán su primer videoclip este jueves. El escenario será la cancha de Lanús. Para la ocasión, Dany contrató un micro para llevar a los futuros artistas y que ya se sientan parte de un evento importante. “Trabajaron peluqueros en el look de los alumnos y me fui hasta flores a buscar canje para la ropa que van a usar en la grabación -contó el cantante, entusiasmado-. La idea es que ya se sientan como raperos profesionales, que vivan esa experiencia”. Casi al mismo tiempo, el músico ya planea un casamiento con su novia, Micaela Ávalos. De esta manera muestra, el gran momento por el que está pasando.
La producción estará a cargo de El Clan records, los mismos que trabajan con los temas de Dany. Además, el taller cuenta con el apoyo de la Universidad Arturo Jauretche de Florencio Varela. Martín Biaggini, investigador de la universidad y autor del libro Rap de acá, explicó que “en el marco del grupo que investiga el desarrollo de este género en el conurbano es muy valioso el trabajo de Dany con los chicos. Es muy importante por la calidad artistica y humana que le brinda a sus alumnos”.
Dany no se olvida de sus comienzos, cuando vendía CDs en Fiorito. En ese momento, sentado en un banquito de plástico y con todas las cajitas desplegadas en el suelo, soñaba con rimas y ovaciones. Tiempo después pudo cumplirlo. y ahora va por más, ayudar a los chicos a que se sumerjan en el mundo del rap.
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