“El perro es el mejor amigo del hombre”, sostiene una popular frase que da cuenta de la estrecha relación que puede existir entre una mascota y su dueño. Y para Silvia Colletti, una ingeniera agrónoma del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de la provincia de Salta, esa afirmación aplica al vínculo con su perra salchicha Dharma, que atraviesa un grave problema de salud. Por este motivo, ella inició la pelea legal para inscribirla como “hija no humana” y así poder cuidar al animal durante su tratamiento.
“No sabía como hacer para atenderla, era un momento crítico. En el trabajo desestimaron la cuestión. Eso hizo que me planteara la situación y que comenzara esta lucha para que sea reconocida formalmente como mi familia, con los derechos que asisten a un niño, por ejemplo, para cuidarlo cuando está enfermo”, contó ayer Silvia, durante una entrevista con América Noticias.
El reconocimiento jurídico le permitiría a Silvia poder ausentarse de su trabajo los días que sean necesarios para cuidar a Dharma.
De acuerdo al testimonio de la mujer, esta situación derivó en la idea de la incorporación legal de su pequeña Dharma como “integrante no humana de su familia multiespecie”, pero lograrlo no será nada fácil.
Durante el reportaje con el citado medio, Silvia contó que ella vive sola y Dharma es su única compañía. “Hay un lazo sumamente estrecho, cosa que se agudizó durante la pandemia”, aseguró.
“Mi lugar de trabajo está a 25 kilómetros y se me dificultaba. Y no podía dejarla -internada sola- porque era peor el estrés para ella. Entonces la quise inscribir como una hija no humana a cargo, porque esa figura ya existe legalmente, se habla de una familia multiespecie”, agregó en diálogo con Radio 2 de Rosario. Pero desafortunadamente, su reclamo fue desestimado: “Hice el trámite interno en la institución y quedó en stand by. No lo saben resolver porque no podía poner un DNI”.
Frente a la negativa, Silvia realizó “una presentación interna dentro de INTA para que se revea la concepción de familia, les den cabida a las mascotas y tengan los mismos derechos que una persona humana”.
“Hay un debate ético que debe darse”, reclamó la ingeniera, quien desea dedicarle la mayor cantidad de tiempo posible a su mascota. En este sentido, advirtió que se trata de “una situación de crisis” y no de “ir a colocar una vacuna”.
En agosto de este año, Silvia brindó una entrevista al medio El Tribuno y brindó detalles del calvario que atravesó con su perra Dharma al inicio del tratamiento. “A principios de este año tuve que internarla. Tenía que dejarla temprano en la mañana y retirarla por las noches, así día tras días. La pasamos muy mal, ella sufriendo, yo también, y jornadas enteras sin dormir. Hablé con mis jefes y les planteé la situación, pero la desestimaron”, lamentó la ingeniera que trabaja en la Estación Experimental Agropecuaria Salta.
El abogado constitucionalista Alejandro Gil Domínguez asistió ayer como invitado a América Noticias, y al ser consultado sobre el reclamo que impulsa Colletti, dijo que está respaldada legalmente para lograr su cometido. “La asiste el derecho, totalmente. La justicia argentina ya determinó que los animales no humanos son seres sintientes, son personas no humanas y, como tales, son sujetos de derecho”, subrayó.
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