Fernando Marín, de 82 años, fue declarado personalidad destacada de la cultura por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El proyecto fue impulsado por su presidente, Emmanuel Ferrario, junto a más de diez legisladores que acompañaron la iniciativa.
Marín tiene el récord de haber sido un ícono de éxitos en los medios de comunicación en los años setenta, ochenta, noventa y hasta dos mil, con un sinfín de contenidos muy variados.
Con su impronta transgresora, cambió para siempre la publicidad, la radio, la televisión y el deporte en nuestro país. Desde los años ‘60 creó medios y programas, lanzó artistas y periodistas, innovó en formatos audiovisuales de enorme éxito y repercusión, que aún hoy son recordados por audiencias de distintas generaciones.
A principios de los ‘70, como Director Ejecutivo de Hit Producciones, fue el encargado de la producción de la emisión por Canal 13 de los combates de Carlos Monzón. Eran momentos en que las transmisiones vía satélite eran todavía una novedad. Sus trabajos, incluyeron los partidos de Copa Davis en Buenos Aires en los que brillaba Guillermo Vilas.
Las figuras que Marín produjo recorren todos los campos y épocas. Personalidades como Graciela Borges, Juan Carlos Mesa, Marcelo Longobardi, Cacho Fontana, Alejandro Dolina, Antonio Carrizo, Juan Carlos Altavista, Guillermo Salatino, Juana Molina, Pinky, Juan Carlos Calabró, Mariano Grondona, Enrique Llamas de Madariaga, Nelson Castro, Juan A. Mateyko, Bernardo Neustadt, China Zorrilla, Betty Elizalde, Carolina Perin, Andrés Percivale, Ana María Campoy, Lionel Godoy y Pepe Eliaschev.
Siempre a la vanguardia y como presidente de “Marín, De Lorenzo y asociados”, fue quien trajo a la Argentina -a finales de los ‘70- la primera videocámara portátil y se hizo célebre en Video Show, conducido por Cacho Fontana. Allí, al nuevo chiche tecnológico lo bautizaron “La Máquina de Mirar”.
Hizo cantar y bailar a millones de chicos con Cantaniño, que recibió innumerables distinciones a nivel local e internacional. Produjo Mesa de Noticias conjuntamente con Carlos Montero, aquel éxito inolvidable con Juan Carlos Mesa que se emitía en horario central y tuvo altos picos de rating. Además, hizo que la frecuencia modulada se transformara en audiencia masiva creando un estilo diferente con la creación de FM Horizonte.
Su ojo de productor lo llevó a introducir en la Argentina a aquel gran niño mexicano, que compartía su vida junto a personajes entrañables como la Chilindrina, Quico o el Profesor Jirafales. A Fernando Marín le debemos, los argentinos, la introducción a la región del El Chavo del 8 y el Chapulín Colorado.
Como productor, convocó a nuestro país a figuras internacionales de enorme relevancia: desde Mikis Theodorakis, Vladimir Vasiliev, Ornella Vanoni, Barry White, Joaquín Cortez e, incluso, hizo dar sus primeros pasos en Europa a la hoy afamada Mora Godoy.
Pero Marín no solamente incursionó en la comunicación, sino que también se destacó en la faz deportiva: hace más de veinte años logró una proeza que hasta entonces parecía imposible. Treinta y cinco años habían pasado sin que el Racing Club lograra obtener un título. A finales de aquel 2001, al frente de la institución de Avellaneda, logró aquel sueño tantas veces postergado y Racing pudo dar su tan añorada vuelta olímpica.
Fue, además, quién vislumbró a Diego Simeone como técnico, tras haberlo repatriado de Europa como jugador.
Marín desarrolló a través de su extensa trayectoria un trabajo cultural. De su mano, programas y artistas de calidad nos informaron, nos hicieron reír, llorar y cantar.
Aún hoy, sigue en su raid creativo: recientemente acaba de estrenar Argentina Ecuestre, un espectáculo multimedia, cultural y deportivo, donde se rinde tributo al caballo argentino.
Un inventor, un creador, un descubridor que se hizo a sí mismo. Un productor con todas las letras. Un hombre que contribuyó a modelar nuestro modo de ser y nuestra cultura de la manera más amplia. Fernando Marín, es sin duda alguna, el gran productor de la identidad argentina.
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