Un video de TikTok de un joven disparó la polémica en las redes sociales. ¿Está bien sacarse una foto con un perro San Bernardo en los puntos turísticos de Bariloche. En las imágenes, el usuario Cris Pierri muestra un animal que es usado por un fotógrafo para hacer fotos en el Centro Cívico de la ciudad rionegrina, que este invierno fue visitada por miles de turistas nacionales y un aluvión de viajeros de Brasil y Uruguay.
Perros turísticos
No puedo entender cómo consumen esto”, afirmó el joven en el video. Además, el usuario de TikTok enfrentó cara a cara al fotógrafo y lo acusó de estar cometiendo “explotación animal”. Sobre el mismo banco de madera en el que descansaba el animal había un grafiti que decía: “Basta de esclavizar perros”, enfatizó tras la lectura en voz alta del mensaje.
Infobae habló con Claudio Alonso, quien tiene a su cargo una perra San Bernardo que lleva todos los días hasta la base del cerro Otto para que los turistas se saquen fotos con ella. “Quimey es de la familia es una hija más -resaltó el hombre en diálogo por teléfono-. Por eso me da mucha bronca cuando se dice que maltratamos a los perros. Mi perra está unas 6 horas en el cerro y durante el verano siempre la hacemos trabajar a la sombra”.
Alonso se enoja ante la polémica creada por el video viral y sostuvo que a Quimey le damos alimento balanceado que contiene unas 30 proteínas y además, se le hace una resonancia cada 6 meses para seguir la evolución de sus huesos a lo largo del tiempo y prevenir enfermedades”.
“Es una imagen típica de los puntos turísticos de Bariloche. Lo piden los propios turistas, especialmente los que vienen de Brasil que nunca vieron un animal así”, se defendió Claudio.
Alonso informó que cobra 800 pesos la foto papel con su perra Quimey y que en la actualidad se nota la baja por muchas personas que deciden no hacer la imagen junto al animal por un tema de conciencia.
El hombre de Bariloche explicó que “los días que la perra no va al cerro extraña mucho el contacto con la gente. Quimey está acostumbrada a las caricias de los nenes y cuando se queda en casa se pone tristeza”.
Alonso se mantiene firme en su defensa de lo que hace con su perra San Bernardo en el cerro. “Vas a Punta Cana y te sacan una foto con un tucán en el hombro o en el norte de Argentina te hacen una imagen con un guanaco o una llama. Nadie denuncia eso, nadie se queja”. Claudio reiteró que Quimey es como una hija más para mi. Lo único que quiero es que por un inescrupuloso que maltrata a su perro, paguemos todos los que si hacemos bien las cosas y cumplimos con la ley”.
La tradición de los San Bernardo
Los perros San Bernardo se empezaron a criar en Bariloche hace unos 50 años. Muchos estaban a la par de los rescatistas y participaban de los salvatajes en la alta montaña. La tradición era que llevaban el mini barril en su cuello con cogñac para asistir a las personas que estaban atrapada en la nieve. “Hoy esos barrilitos son solo de adorno. No tienen ningún líquido, por lo que son muy livianos y no molestan al animal”, sostuvo Alonso.
Su origen surgió entre la cruza del mastín de los Alpes, de ahí su procedencia de los Alpes suizos, con otras razas como el gran danés, el terranova o el dogo del Tíbet.
La existencia de estos perros data del siglo XVI o XVII en la frontera entre Suiza e Italia, específicamente en el Gran Monte San Bernardo, en este paso a 2500 metros sobre el nivel del mar unos monjes crearon un asilo para los viajeros de la época. El perro San Bernardo comenzó siendo un perro de vigilancia, pero luego se convirtió en un perro de rescate dada a hostilidad el clima en esa región.
El primer fotógrafo que compró su propio perro fue Ernesto Martínez quien lo llevó a Bariloche desde Mendoza, hoy en día los cachorros de esta raza valen entre $30.000 y $40.000 pesos.
Perros registrados
Alonso aseguró que en los distintos puntos turísticos de Bariloche hay entre 20 y 25 perros. Todos los que ofrecen este servicio tienen que estar registrados en la Municipalidad.
El Concejo Deliberante de Bariloche decidió en el 2019 crear un registro para desalentar y controlar la actividad. La norma aprobada expresa que los perros que acompañan a sus amos al aire libre serán también los últimos. Es decir, no habrá nuevas generaciones de perros San Bernardo en los puntos turísticos. Además, ya no se otorgarán nuevos permisos municipales a sus propietarios.
Los ediles, además establecieron que solo se podrá realizar la actividad con animales inscriptos en un registro municipal y que cumplan las condiciones de salud, que será supervisada por un veterinario todos los años.
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