Luego de una jornada cargada de tensión y con la participación de un gran número de manifestantes que se concentraron en cercanías a la casa de Cristina Kirchner, la Vicepresidenta pidió a los militantes que desalojaran las calles. Por eso, en horas de la noche se dio inicio a un operativo de limpieza donde se levantó una gran cantidad de residuos en la zona.
En cuanto se desalojó la intersección de las calles Juncal y Uruguay, el Gobierno de la Ciudad dio inicio a un operativo de limpieza para reacondicionar el lugar que fue ocupado por los militantes que expresaron su respaldo a la vicepresidenta en el marco de las causas judiciales que la ubicaron en el centro de la agenda pública. Durante toda la jornada del sábado, la cantidad de personas que asistieron superó la capacidad de los contenedores y se generó un cúmulo de residuos en distintos puntos del sector.
Por tal motivo, personal de limpieza del Gobierno de la Ciudad trabajó por largas horas en la recolección de residuos y limpieza de las veredas y calles. De acuerdo a lo informado por el gobierno porteño, en el operativo participaron 60 barrenderos, 4 hidrolavadoras, 2 camiones recolectores, 3 barredoras, 10 supervisores, y 3 equipos especiales de limpieza.
Durante cinco días manifestantes acamparon en el lugar y generaron todo tipo de residuos. En la madrugada del sábado la fuerte tormenta hizo que las personas se retiraran del lugar, pero al volver, se encontraron con la zona vallada.
A poco de que se disiparan, el Ministerio de Justicia y Seguridad de la Ciudad colocó el vallado perimetral y se procedió a un operativo de higiene. Para limpiar lo dejado por quienes acamparon, intervinieron cerca de 20 barrenderos, hidrolavadoras y un camión recolector. Sin embargo, horas después la situación volvería a cambiar debido a la reacción de los militantes ante el vallado perimetral en las calles Juncal entre Paraná y Talcahuano; y Uruguay entre Montevideo y Arenales.
En horas de la mañana, los militantes regresaron al lugar y al no poder posicionarse a metros de la casa de Cristina Kirchner, suspendieron las actividades que tenían previstas en los parque de la ciudad y optaron por concentrarse en el barrio de Recoleta. Allí permanecieron hasta el momento en que la vicepresidenta dio un discurso en un escenario improvisado y los incentivó a retirarse del lugar para evitar que el conflicto se incremente.
De ese modo, al retirarse los manifestantes, el personal de limpieza volvió a higienizar la zona que está vez quedó con restos de basura esparcidos en las calles aledañas a la casa de la Vicepresidenta en el barrio de Recoleta. Los trabajos se hicieron durante gran parte de la noche hasta que se logró recuperar el espacio.
En la jornada del sábado, se vivieron momentos de mucha tensión no solo por el enfrentamiento que se produjo entre los manifestantes y efectivos policiales, sino porque se tiraron fuegos artificiales en un espacio pequeño y causó preocupación entre los vecinos que habitan los departamentos de la zona ya que temieron por posibles quemaduras. De hecho, a través de las redes sociales circularon videos del impacto de la pirotecnia sobre los balcones y ventanas.
Como consecuencia del enfrentamiento entre manifestantes y efectivos policiales, se registraron siete policías heridos y hubo cuatro manifestantes detenidos. Entre ellos, el diputado bonaerense, Matías Molle; el director de Comunicaciones de la AFIP, Fabián Rodríguez; y el dirigente cercano a Máximo Kirchner, Facundo Tignanelli. Todos ellos liberados a las pocas horas de ser detenidos por la policía.
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