“Vine a renovar carnet de conducir, me voy con estrés, secándome las lágrimas y con la etiqueta de ‘incapacitada’ en la frente. Me lo dieron solo por 2 años, pidiéndome un apto médico para conducir y en el carnet me ponen la enfermedad. ¿Qué necesidad?”, cuestiona Florencia Andrade, en el descargo que hizo en su perfil Twitter @florcita_an.
A modo de descargo emocional, la joven de 34 años que recibió el diagnóstico de cáncer de mama en noviembre de 2021 y que el 29 de diciembre debió someterse a una mastectomía y meses de quimioterapia para llegar a este presente, contó que fue su cabello corto el que llamó la atención del funcionario que tenía enfrente durante el trámite para renovar la licencia de conducir, que en Córdoba tiene un lapso de 5 años como máximo.
“Me preguntó qué pasó con mi pelo, porque en la licencia anterior aparezco con el pelo largo, solía tenerlo hasta la cintura, y le dije que tuve cáncer y que se me cayó por la quimio. Me preguntó cuándo fue última, le dije que en junio y me dice que no me pueden dar el carnet sin un apto médico. ¡Quedé helada! No sé ni cómo definir lo que sentí en ese momento”, le cuenta la joven a Infobae.
La persona que la atendió le aclaró que, en caso de dárselo, (como finalmente sucedió) sería por dos años porque no ellos no saben cómo están sus defensas. “Le quise mostrar mis análisis, que siempre dieron perfectos (nunca bajé defensas), y me dice que no. Le cuento que ya estoy con las pastillas preventivas y nada...”, siguió su relato en la red social despertando la furia de los usuarios y su posteo pronto se volvió viral.
“Necesité salir y me puse a llorar por cómo me sentí. No sé si decir que me sentí discriminada, estigmatizada, o sí... ¡No sé, pero fue muy duro! Le escribí mi médico para pedirle el certificado y me lo mandó por WhatsApp, lo fui a mostrar y cuando me dieron el okey, fui a imprimirlo. En el momento en que ya estaban por entregarme el carnet, la chica que me atendía me avisa que iba a salir con la inscripción ‘cáncer de mama’ y les reclamé: ‘¡Ya no tengo cáncer, por qué me ponen eso’, y dijeron que así lo mandaba el sistema...”, le cuenta a este medio.
Florencia se fue mirando su carnet con desilusión. Solo ella sabe todo lo que vivió y soportó para estar allí parada y pese a que hace años conduce automóviles, volver a renovar esa licencia era un paso más en su recuperación, en su vida.
Consternada, llamó a su familia y les contó lo sucedido. Cuando pudo, tomó su celular y subió el hilo de tuits que al momento de escribir esta nota superan las 40 mil interacciones. “Lo único bueno es que en dos años cambio la foto (?)”, escribió a tono de broma la fotografía que figura en el carnet y donde se la ve con el pelo corto.
“Aunque soy abogada no quiero hacer nada contra nadie. Si bien lo conté en una red social —uno a veces hace descargo y se olvida que tiene tanto alcance— no dejó de ser una manera de desahogarme por la situación, no quiero perjudicar a nadie, pero sí que sean claros a la hora de pedir requisitos para hacer un trámite porque si me hubieran dicho que por haber tenido cáncer tenía que presentar un apto físico, se lo pedía a mi médico, lo llevaba y evitaba toda la situación”, reflexiona y aclara que por eso no quiere decir en qué dependencia del Centros de Participación Comunal cordobés sucedió.
Las autoridades correspondientes se comunicaron con ella para pedirle disculpas “porque saben que esto es estigmatizante y algo que no correspondía, así que me ofrecieron juntarnos durante la tarde para darme una nueva licencia, pero si bien sacarán la leyenda de cáncer de mama seguirá siendo por dos años, no entiendo el por qué”, lamenta.
Por el momento, no volvió al trabajo. “Ahora estoy haciendo fisioterapia porque cuando me sacan la mama me ponen un expansor debajo del músculo, ahora me hacen también otros tratamientos para prepararme para la nueva cirugía y que sea más rápido el postoperatorio”, cuenta.
También debe continuar con la medicación. “Hasta marzo sigo con pastillas que no me invalidan ni incapacitan en lo absoluto. Ese es mi tratamiento ahora y obviamente yo tengo que decir que estoy en tratamiento oncológico, pero no es un tratamiento que no me deja tener una vida normal, digamos”, aclara.
Repasando lo que vivió, reflexiona: “Una persona que tuvo cáncer ya sufrió bastante, pasó muchas cosas como para tener que, encima, seguir padeciendo este tipo de cosas o sentirse estigmatizada. Por suerte, gracias a las repercusiones de mi publicación, que no fue con la finalidad de perjudicar a alguien en particular, se comunicaron desde el municipio para pedirme disculpas y ofrecerme reimprimir la licencia, pero seguirá siendo por dos años pese a que la medicación no me incapacitada ni me da somnolencia, nada...”.
“Solo espero que a partir de ahora se visibilice esta situación y no vuelva a pasar, porque una persona enferma de cáncer no está discapacitada”, finaliza la fanática de Talleres de Córdoba y cada vez que el equipo juega de local, o cerca como visitante, va con su mejor amiga a verlo.
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