El domingo 7 de agosto un colectivo de la línea C1, en cuyo interior se encontraban 6 pasajeros y la conductora, fue embestido por un automóvil Chevrolet Onix y terminó cayendo del puente hacia una orilla del río Suquía, ubicado en la ciudad de Córdoba. Si bien el accidente no se cobró ninguna víctima, podría haber desencadenado una desgracia: el conductor manejaba alcoholizado. Según el resultado del test de alcoholemia que le practicaron, tenía 1.17 de alcohol por litro de sangre: casi tres veces más de lo permitido.
El protagonista del incidente se llama Wilson Gustavo Rivero Chávez y tiene 37 años. De momento, permanece detenido en el Establecimiento Penitenciario Nº 9 por orden del fiscal Tomás Casas, quien lo imputó por “lesiones culposas reiteradas”. Sin embargo, según el medio provincial El Doce TV de Córdoba, la carátula del caso podría cambiar ya que la figura penal podría agravarse después de que se le tome declaración la próxima semana.
El hecho provocó heridos de distinta consideración. Cuatro de los pasajeros fueron dados de alta casi inmediatamente, mientras que la chofer y otras dos personas que se hallaban dentro del micro fueron dejadas en observación por la presencia de politraumatismos más severos.
Uno de los pasajeros declaró haberse quedado “sin aire” al momento de producirse la caída a raíz de un fuerte golpe en el estómago. “Pensé que me moría”, aseguró Juan quien espera ser dado de alta este martes, luego de pasar dos días en un hospital de la zona.
Según relató, él iba escuchando música con su celular cuando sintió el golpe del auto al colectivo. En ese momento, soltó el aparato y se agarró “con los dos brazos del asiento”. “Voló el colectivo”, graficó el hombre.
Y siguió: “Cuando cayó (la unidad) mi cuerpo se fue para adelante y chocó mi panza con el asiento de adelante, entonces me quedé sin aire. Los vidrios se rompieron lento y la gente que estaba sentada voló al suelo. Tuve miedo cuando me quedé sin aire, pensé que me moría”.
Respecto del estado en el que quedó el colectivo, fuentes de la firma a la que pertenece señalaron a Infobae que “como la unidad está judicializada, todavía no se le puede hacer una revisión interna ni modificaciones”. No obstante, en el reporte visual al que tuvo acceso este medio se aclara que el transporte sufrió “rotura de parabrisas, rotura de paragolpes y frente, rotura de tren delantero, rotura en carrocería interior y rotura de carter”.
Asimismo, el informe señala que el golpe “arrancó el chapón” y los “pulmones de suspensión”. Por último, agrega que la unidad sufrió un “golpe muy fuerte en el chasis” y otro “en la zona del motor con algunas roturas”.
Acerca de la salud de los pasajeros, el parte médico indicó que la conductora quedó internada por traumatismo de columna. En tanto, uno de los pasajeros fue intervenido quirúrgicamente por una fractura y luxación en el codo izquierdo. Respecto del tercero, que aún permanece en el hospital Allende, fue internado por traumatismo toráxico aunque se encuentra en buen estado.
Los otros tres damnificados “están evolucionando favorablemente”, según señalaron fuentes médica. También remarcaron que se encuentran en piso, es decir, que no hay motivos para pensar que vayan a desmejorar en su estado de salud.
El accidente ocurrió en la mañana del domingo. Fuentes policiales indicaron que Wilson Gustavo Rivero Chávez, quien manejaba el Chevrolet Onix, cruzó un semáforo en rojo a alta velocidad provocando el accidente. Este marte se confirmó que el hombre de 37 años manejaba alcoholizado.
En las imágenes difundidas se puede ver cómo la conductora pierde el control del colectivo, rompiendo la baranda del puente, cayendo a la orilla del río Suquía y logrando la pronta detención del micro evitando de esta manera que se sumerja en el agua.
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