Pasaron 39 días desde el incendio en el séptimo piso de un edificio ubicado en Ecuador al 1.000, a metros de avenida Córdoba, en el barrio porteño de Recoleta, en el que murieron una madre de 55 años y cuatro de sus hijos, de 3, 8, 9 y 17. Pasaron 22 días después de que Isaac Jabbaz, padre y marido de las víctimas, abandonara el Sanatorio Anchorena de San Martín tras recibir el alta médica. Él y Moshe, uno de sus hijos, visitaron a quienes ayudaron en el rescate y la intervención de emergencia para agradecer.
El encuentro se realizó durante el mediodía del lunes primero de agosto en la sede de AMIA. En él, representantes de la comunidad judía y familiares de las víctimas entregaron placas de reconocimiento a las instituciones por la tarea humana y profesional que realizaron aquella mañana fatídica en la que un incendio voraz dejó cinco víctimas fatales y más de treinta heridos.
Estuvieron presentes en la reunión el director general del SAME, Alberto Crescenti; el subsecretario de Emergencias de la ciudad, Néstor Nicolás; el doctor Roberto Víctor Cohen, de la Morgue Judicial; el director general de Defensa Civil de la ciudad, Alberto Carita, y el jefe de Bomberos de la ciudad, Juan Carlos Moriconi. Asistieron, a su vez, el director médico del Sanatorio Anchorena San Martín, Gonzalo Ferrara, y el representante de Jevra Hatzalah, Luciano Skef Salomón. Por parte de la Policía de la Ciudad, dijeron presente su jefe, Gabriel Berard; el comisario inspector, Víctor Guido, y el comisario inspector, Gustavo Queija.
El encuentro contó con la participación, por parte de AMIA, del presidente, Amos Linetzky; el secretario general Gabriel Gorenstein; el presidente del Vaad Hakehilot, Eliahu Hamra; el prosecretario 1°, Gustavo Sakkal, y el director ejecutivo, Daniel Pomerantz. También estuvieron presentes, en representación de la DAIA, el presidente, Jorge Knoblovits; el vicepresidente primero, Marcos Cohen; el secretario general, Alejandro Zuchowicki; el director ejecutivo, Víctor Garelik, y el director del Departamento de Asistencia Comunitaria (DAC), Gustavo Finkestein. Fue precisamente Amos Linetzky quien dijo: “Organizamos este encuentro para reconocer el compromiso, la solidaridad y el acompañamiento profesional y humano que los servicios de emergencia y el sistema de salud brindaron en el marco de una situación tan trágica y dolorosa”.
Jorge Knoblovits, por su parte, reflexionó sobre la tragedia de la madrugada del 23 de junio: “Lo que ha sucedido ese día tiene por un lado la cara de sufrimiento por la pérdida de los seres queridos, y por el otro lado tiene la cara de la bondad, la valentía y la ayuda, que es la imagen de todos ustedes. Todos hicieron lo que tenía que hacer. Nadie dudó, y eso salvó vidas”. Y luego concluyó: “Agradecer es tan importante como la voluntad de brindar ayuda, y por eso hoy quisimos decir gracias a todos quienes colaboraron”.
“Quiero agradecer a la comunidad judía por acompañar en la sanación. No hubiese sido el mismo resultado si no hubiésemos tenido ese apoyo espiritual. Acompaño el dolor, agradezco por la invitación y me llena de orgullo poder pertenecer a esta comunidad. Internamente, nos hizo mucho bien ver salir a Isaac caminando de la institución”, sostuvo, emocionado, el director médico del Sanatorio Anchorena San Martín, Gonzalo Ferrara.
Alberto Crescenti, director general del SAME, retrató: “Esto ha sido una tragedia para todos. Cuando nos avisan de un incendio, uno nunca sabe con qué se va a encontrar hasta que llegás al lugar. Hemos visto a todos hacer lo imposible para manejar una situación terrible”. Mientras que el jefe de la Policía de la ciudad, Gabriel Berard, resaltó la valentía y el profesionalismo de todos los que ayudaron: “Fue un momento terrible, en el que rápidamente se activaron todas las medidas de emergencia. Este agradecimiento nos motiva a todos a seguir”.
El jefe de Bomberos de la ciudad, Juan Carlos Moriconi, aprovechó para subrayar los momentos más gratos de sus 40 años como servidor público: “Siempre me acompañan los recuerdos que tengo, buenos y malos, pero los buenos son cuando, después del incendio, viene la gente y nos agradece. Ese es nuestro mejor pago y es lo que no nos vamos a olvidar nunca”. “A nosotros también nos tocó de cerca todo lo ocurrido, desde nuestro sistema de imágenes satelitales hemos visto todo lo que estaba ocurriendo. Son imágenes muy sensibles, que nunca me las voy a olvidar. Varios de nuestros bomberos han quedado muy afectados por la tragedia y han recibido apoyo psicológico”, relató en el encuentro el subsecretario de Emergencias de la Ciudad, Néstor Nicolás.
“Cuando llegué al lugar del incidente, vi ese trabajo mancomunado entre todas las fuerzas, la manera que tienen de entenderse y el trabajo coordinado. Quiero agradecerles a todos ustedes porque en esos momentos uno necesita la compañía y el apoyo de todos”, señaló, por su parte, el representante de Jevra Hatzalah, Luciano Skef.
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