Luego de 33 días del terrible incendio de su vivienda en el barrio porteño de la Recoleta, donde murieron cinco integrantes de su familia, Isaac Jabbaz y sus hijos sobrevivientes Gabi Moisés, Iair Mijael, Ezequiel Aaron y Raquel Abigail fueron recibidos por la directora Nacional de Documentos de Viaje y Programación y Producción de DNI, Maia Goldín, que les entregó sus nuevos DNI y Pasaportes, que habían resultado destruidos en el siniestro del 23 de junio por la madrugada. El mayor de los hijos sobrevivientes, David (que como Gabi Moisés nació en Panamá), había podido rescatar su DNI en medio del incendio. El rabino Eliahu Hamra, amigo de la familia, los acompañó.
Allegados a la familia señalan que Isaac estaba preocupado por la falta de documentación, que les impedía los trámites más elementales como los de la obra social. El sábado por la noche le transmitió esa sensación a su amigo, el rabino Hamra, quien se encargó de arreglar de urgencia los trámites pertinentes. Luego, Isaac fue contactado por Santiago Rodríguez, director del Renaper -organismo que se encuentra en la órbita del Ministerio de Interior que conduce Wado de Pedro-, con quien ultimó los detalles de la cita. Asismismo, desde el registro Civil del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el viernes 22 les fueron entregadas las partidas de nacimiento de los menores y la Libreta de Matrimonio.
Hamra habló con Infobae y señaló que “para mi, siendo religioso, es sorprendente la fortaleza con que el padre sobrelleva toda esta situación. Ha dicho ‘estoy triste por lo que me pasó, pero junto con eso, tengo alegría porque Dios salvó a cinco de mis hijos’. Dentro de la desgracia, su fe hace que sepa que Dios lo está acompañando”. Asimismo, contó la “alegría de los niños al recibir sus nuevos documentos”.
Este allegado a la familia también relató que en su reunión en el Renaper, Isaac Jabbaz le dijo a las autoridades que “tiene la fe arraigada desde chiquito por la enseñanza que le impartieron sus padres, que ya no viven, pero está cumpliendo con lo que ellos lo educaron y es lo que lo mantiene fuerte en estos momentos”.
La familia continúa viviendo en la casa del barrio de Once de Gabriel, uno de sus hermanos. El otro, Marcos, que vive en México, es Rabino y estuvo presente el día que le dieron la noticia del fallecimiento de su esposa e hijos, ya regresó a ese país.
Isaac Jabbaz fue dado de alta del Sanatorio Anchorena el domingo 10 de julio, y su estado de salud hoy es bueno. “No se le notan las quemaduras y puede caminar con normalidad”, explicó Hamra. Aún no visitó el departamento donde se desató la tragedia (aunque sí lo hicieron sus hijos) y no reanudó su trabajo.
Para conmemorar el mes de la tragedia, el jueves 21 de julio se hizo un homenaje en el Centro de Estudios Yeshiba Jafetz Jaim, en la calle Ecuador, relacionado con el colegio donde van los niños y a la vuelta de la casa. Allí, muy conmovido, Isaac escuchó las palabras de su hijo Eli, que está casado y no se encontraba en el departamento en el momento del incendio.
En el incendio murieron su esposa Sofia Kabudi y sus hijos Rafi Jabbaz, de 3 años; Orly Jabbaz, de 7; Esther Jabbaz, de 9 y Camila Jabbaz, de 17 años. Según el padre, Sofía fue la que alertó al resto de la familia que las llamas estaban llegando su hogar. Otras versiones dieron cuenta que Camila se había salvado en un principio, pero regresó para rescatar a los más chicos de la familia.
Isaac fue informado de sus muertes en el sanatorio Anchorena, donde se recuperó de sus quemaduras. Según le contó el Gran Rabino Shamuel Levin a Infobae, cuando le contaron acompañados por dos psicólogos, el hombre de 55 años, aún preso de una gran tristeza, señaló: “‘Dios los dio y Dios se los llevó’”.
Según la investigación llevada a capo por el área de Bomberos de la Policía de la Ciudad a pedido del fiscal Sebastián Fedullo, el incendio que se desató el 23 de junio por la madrugada en el departamento de la calle Ecuador al 1000, en el barrio de Recoleta, se desencadenó por la “súbita reacción térmica de baterías de litio pertenecientes a un scooter monopatín eléctrico”. La reacción térmica fue “inducida presuntamente por sobrecarga o descargas excesivas, golpes en celdas o bien exposición a fuentes de calor, cuyo potencial térmico se transmitiera a los elementos con capacidad de arder, dando lugar a lo ocurrido”.
Sin embargo, cerca del monopatín no hallaron ningún cargador o fuente de calor. Según el fiscal Fedullo, las baterías no explotaron, sino que entraron en llamas. Por el efecto del siniestro, se incendiaron el living, la cocina, tres dormitorios y un baño del departamento del séptimo piso.
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