Cómo creó Evita el Partido Peronista Femenino, la mayor organización de mujeres de la región en su época

El 25 de julio de 1949 durante la Asamblea Nacional del Partido, Perón dijo que le había encomendado a Eva su creación. Al día siguiente, se realizó la primera asamblea de la rama femenina, con la participación de más de 1.500 mujeres. EL PPF llegó a tener más de 3000 unidades básicas en todo el país y se eligieron 23 delegadas censistas para llevar “la doctrina de Perón” a las distintas provincias

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Eva Perón en la Asamblea
Eva Perón en la Asamblea en la que se fundó el Partido Peronista Femenino en 1949 (Archivo General de la Nación)

Evita Perón logró en solo dos años que el Partido Peronista Femenino (PPF) se convirtiera en la organización de mujeres más grande de la región en su época, con más de 3000 unidades básicas en todo el país. Eligió a 23 delegadas censistas que desembarcaron en provincias de las que no eran oriundas para organizar a las mujeres, llevar “la doctrina de Perón”, y garantizar “el sostenimiento de las conquistas del pueblo trabajador”.

El 25 de julio de 1949 se realizó en el estadio Luna Park de la ciudad de Buenos Aires la Asamblea Nacional del Partido Peronista. Allí habló Juan Domingo Perón e informó que le había encomendado a Evita la creación del Partido Peronista Femenino.

Al día siguiente, bajo el lema “Perón cumple, Evita dignifica”, tuvo lugar en el Teatro Nacional Cervantes la primera asamblea de la rama femenina, con la participación de más de 1.500 mujeres que habían trabajado previamente en la Fundación Eva Perón y en los centros cívicos femeninos creados en la campaña presidencial de 1946.

Perón anunció en la Asamblea
Perón anunció en la Asamblea del Partido Peronista la creación de PPF (Archivo General de la Nación)

En el acto inaugural Evita explicó los objetivos de la organización: “Nuestra elevada misión de mujeres, de trabajadoras y de ciudadanas peronistas es reforzar y consolidar nuestra unidad femenina, propalar y popularizar la doctrina de Perón, transformándonos en sus orgullosas abanderadas e incansables portavoces en todos los sectores de la vida nacional”.

“Esa unidad es la llave maestra de la felicidad y el bienestar presente de todas las argentinas y la máxima garantía del sostenimiento de las conquistas del pueblo trabajador”, remarcó Eva Perón.

La idea fue crear una organización política autónoma del Partido Peronista que agrupaba la rama política y la sindical (y sus internas), y que respondiera de forma rápida. Por eso, contó con una estructura organizativa jerárquica y radial en cuyo centro se ubicó la presidenta del partido, Eva Perón y que tenía como líder indiscutido a Perón.

Evita eligió a 23 jóvenes mujeres instruidas y de su más alta confianza para ser las delegadas censistas. Ellas debieron organizar el partido en cada provincia y territorio nacional. Sus tareas fueron censar (otra forma de decir afiliar) a las mujeres peronistas y unificar todos los centros cívicos femeninos del peronismo bajo su esfera.

Evita buscaba prevenir la formación de caudillas dentro del partido, es decir, aquellas personas que utilizan “sus puestos de lucha para servir a intereses mezquinos o bastardos” y que “llegadas al poder, han olvidado al pueblo y a veces incluso lo han desconocido”.

La idea fue crear una
La idea fue crear una organización política autónoma del Partido Peronista que agrupaba la rama política y la sindical (y sus internas), y que respondiera de forma rápida (Archivo General de la Nación)

Por eso, cuando designó a las delegadas las envió a provincias en las que nunca habían vivido, valoró especialmente la capacidad de entrega sin ambiciones personalistas y buscó que no fueran familiares o personas vinculadas a los gobernadores.

Luego de estudiar cada caso y de realizar entrevistas, el 14 de octubre de 1949 las 23 delegadas recibieron la carta de Eva en la que se les designaba la misión y se les informaba que el 22 de octubre debían partir hacia la ciudad a la que habían sido asignadas. Si quienes eran elegidas como delegadas censistas estaban casadas eran enviadas a la provincia designada junto a sus hijos y su marido, a quien, de ser necesario, se le conseguía un trabajo.

Evita eligió a 23 jóvenes
Evita eligió a 23 jóvenes mujeres instruidas y de su más alta confianza para ser las delegadas censistas. Ellas debieron organizar el partido en cada provincia y territorio nacional. Sus tareas fueron censar (otra forma de decir afiliar) a las mujeres peronistas y unificar todos los centros cívicos femeninos del peronismo bajo su esfera (Archivo General de la Nación)

En las provincias los gobernadores las recibieron con mayor o menor entusiasmo, pero cumpliendo con la orden que había dado Eva de que se les proveyera de los recursos que ellas pidieran. Si bien las delegadas podían mantener contacto con los mandatario provinciales, esas reuniones o diálogos debían ser consultados primero y comunicados los resultados después.

Un dato interesante es que ni el gobernador, ni ningún dirigente del partido o de sindicatos podía ingresar ni dar discursos en las sedes del PPF, salvo en ocasiones particulares. La indicación era que ningún hombre entrara en las instalaciones.

El primer objetivo que les fijó Eva a las flamantes delegadas fue el de inaugurar la sede central del PPF en la provincia el 30 octubre, es decir tan solo ocho días después de haber llegado al lugar. Todas las delegadas lograron la meta y el 1° de noviembre de 1949, el PPF tenía una sede en cada provincia y territorio nacional.

Una vez que se había estabilizado la actividad en la sede provincial del partido, las delegadas debieron partir hacia las ciudades del interior de las provincias para censar y comenzar a hacer entrevistas para designar subdelegadas censistas, que serían las que formarían el partido en esas localidades.

Luego, mandaban los informes sobre las candidatas a Buenos Aires, y sus perfiles eran analizados de forma rigurosa por Eva. En un año y medio, el Partido Peronista Femenino logró contar con 3.600 subdelegadas censistas y más de 3.000 unidades básicas en todo el país. Funcionaban tanto en locales como en garajes de casas, siempre y cuando pudieran llevar adelante sus actividades de manera autónoma al resto de la vivienda.

Elección 11 de noviembre de
Elección 11 de noviembre de 1951 (Archivo General de la Nación)

Las unidades básicas del PPF estaban abiertas desde las ocho de mañana hasta las ocho de la noche, y además de censar, allí se ofrecía apoyo escolar, se dictaban talleres culturales, idiomas y cursos de capacitación profesional y política para llenar de vida a los locales. Además, las delegadas atendían las necesidades de la población y elevaban pedidos al Estado nacional o la Fundación Eva Perón para dar respuestas rápidas frente a diferentes situaciones.

Poco tiempo después de llegar a los distritos, las delegadas censistas se habían ganado un título que llevaban con orgullo. Les decían “Las Evitas”.

Eva les exigía mucho a las delegadas. Esfuerzos familiares, ya que debían estar mucho tiempo dedicadas al trabajo partidario. Esfuerzos físicos, porque cuando tocaba ir a censar a las localidades del interior, no había geografía o clima que fuera excusa para dejar de hacerlo. Cuentan las delegadas que hubo poblaciones a las que llegaron a lomo de burro para poder cumplir con su objetivo.

Además, las delegadas debían armar informes semanales comentando la cantidad de mujeres que se habían censado, los contactos con otras organizaciones que pudieran haber tenido, si habían conseguido los recursos necesarios, un balance con los gastos y todas las apariciones en medios locales, con copia de los artículos.

Asamablea fundación PPF 1949 (Archivo
Asamablea fundación PPF 1949 (Archivo General de la Nación)

A todo ese trabajo Evita le respondía con reconocimiento, contención y calidez. Eva llamaba todos los domingos a cada una de las 23 delegadas para saber cómo estaban y si necesitaban algo. Cada dos meses viajaban las delegadas junto a las subdelegadas censistas de las provincias a la capital del país. Eva las recibía en la residencia de Olivos y en la Casa Rosada junto al presidente Perón. Miles de mujeres conocieron por primera vez la ciudad de Buenos Aires. Y si algún dirigente interfería en el trabajo de alguna de ellas, Eva en persona se ocupaba de que se enteraran de su enojo. Cada delegada sabía que contaba con el respaldo político y personal de Eva. De ahí el gran vínculo que desarrolló con cada una de ellas.

En diversas entrevistas, se refieren a Eva con devoción, admiración y cariño. “Ella trabajaba más que ninguna”, “Nunca nos pidió más que lo que ella hacía”, repiten una y otra vez.

“Ella era una gran conductora política: daba las directivas, infundía coraje para la acción y obraba con justicia hacia sus colaboradoras”, dijo Ana Macri en el libro Mi biografía política (2006), quien se desempeñó como delegada censista en Tucumán y Santa Fe y luego diputada nacional por la Capital Federal.

El Cabildo Abierto del Justicialismo

Un evento en el que las delegadas mostraron su capacidad de organización y de movilización fue el 22 de agosto de 1951, día en que tuvo lugar el Cabildo Abierto del Justicialismo en la Avenida 9 de Julio de la Capital Federal.

Ese día desde todos los puntos del país, mujeres que formaban parte del PPF participaron de la movilización convocada por la CGT en la que se llamaba a proclamar a Perón como candidato indiscutido a la Presidencia de la Nación y a Evita como su compañera de fórmula.

Al recordar ese día, Ana Macri relata que “estábamos cada una de nosotras con nuestras respectivas delegaciones femeninas integrando esa fervorosa concurrencia, representando a las distintas provincias de las cuales llegábamos portando banderas y cantando estribillos”.

La gran tarea de organizar
La gran tarea de organizar al PPF brindó a Evita la posibilidad de conocer y ver trabajar políticamente a mujeres de todo el país (Archivo General de la Nación)

Eloísa Chico de Arce, más tarde diputada provincial en Corrientes, cuenta que “todas gritábamos ‘¡vicepresidenta!’ Pero no porque alguien viniera a decirnos, sino porque nosotras queríamos que fuera nuestra vicepresidenta. Yo nunca le dije a las mujeres que fueron con nosotras ‘vayan y griten’. Ellas gritaban solas. (…) No era politiquería. Era una cosa sana. Era el pueblo. Todas las provincias estuvieron ahí” (del libro Legisladoras de Evita - INIHEV).

Finalmente, luego de horas de idas y vueltas, Evita pidió dar una respuesta de manera radial y el 31 de agosto de 1951 a las 20.30 horas informó que declinaba su candidatura a la vicepresidencia. “No renuncio a la lucha ni al trabajo; renuncio a los honores. He decidido renunciar al insigne honor de acompañarlo al general Perón en la fórmula presidencial; pero seguiré ocupando, como su más humilde colaboración, el puesto de batalla donde sirvo como pueblo al pueblo mismo, y como peronista al general Perón”, dijo.

Elegir y ser elegidas: las elecciones de noviembre de 1951

La gran tarea de organizar al PPF brindó a Evita la posibilidad de conocer y ver trabajar políticamente a mujeres de todo el país. Ella tomó como uno de sus objetivos la idea de Perón de “resolver el problema político de las masas proletarias, dándoles a todos el acceso a la administración, al gobierno y a la legislación del Estado”.

Así fue que mujeres provenientes del PPF y de la Fundación Eva Perón estuvieron presentes en la conformación de las listas electorales del 11 de noviembre de 1951.

Elección 11 de noviembre de
Elección 11 de noviembre de 1951 (Archivo General de la Nación)

La noticia de su elección como candidatas a diputadas nacionales y senadoras fue recibida con algún grado de desconcierto por las delegadas censistas. No esperaban ser nominadas por Evita para disputar esos cargos. Muchas de ellas, con el tiempo, se convencieron de que Eva las eligió porque trabajaban con firmeza más allá de los cargos que pudieran ocupar.

“Sabíamos que estábamos trabajando para que las mujeres ingresen a la vida política pero nunca imaginamos que íbamos a ser candidatas y tener semejante responsabilidad”, dice Hilda Castañeira, quien fue elegida como senadora por Santa Fe (del libro Legisladoras de Evita - INIHEV).

“La señora Evita primero me preguntó cómo estaba mi trabajo y después me anunció que iba a ser una de sus diputadas por la provincia de Buenos Aires. Enseguida le agradecí pero me parecía mucho, y le dije que no me animaba. Ella me contestó: ‘No van a tener ningún problema, mientras yo esté no van a tener ningún problema’”, detalló Magdalena Álvarez de Seminario, diputada por la provincia de Buenos Aires.

Con las listas definidas, comenzó la campaña para que fuera reelecta la fórmula Perón-Quijano. Todas las sedes del Partido Peronista Femenino se involucraron activamente en la campaña de difusión, de pintadas y pegatina de afiches en todas las ciudades. Los locales permanecieron abiertos hasta más tarde y se hicieron actos en las puertas y en las plazas cercanas.

El 11 de noviembre de
El 11 de noviembre de 1951 la participación femenina fue masiva. El 90% de las mujeres empadronadas se presentaron a votar, mientras que en el caso de los hombres lo hizo el 86% del padrón (Archivo General de la Nación)

Al aproximarse la fecha de la elección, las delegadas censistas se encargaron de dar cursos de formación para quienes se iban a desempeñar como fiscales en las mesas en representación del partido. Además, cada militante del PPF tenía asignada una cantidad de manzanas de los barrios cercanos a las Unidades básicas en las que debía hablar y convencer a las vecinas de votar por Perón. Esa misma organización sirvió para que, el día de la votación, se tuviera un registro de quiénes aún no habían ido a sufragar y se las pudiera ayudar en caso de que quisieran hacerlo, cuidando a los hijos, o acompañándolas si eran mujeres mayores.

El 11 de noviembre de 1951 la participación femenina fue masiva. El 90% de las mujeres empadronadas se presentaron a votar, mientras que en el caso de los hombres lo hizo el 86% del padrón.

El triunfo de Perón fue incuestionable: obtuvo 4.745.168 votos, lo que significaba un 62,5% del total. La fórmula Balbín- Frondizi de la UCR salió segunda y alcanzó un 30,8%.

Por el Partido Peronista Femenino ingresaron 23 diputadas y 6 senadoras nacionales. Además, de los delegados territoriales electos por los territorios nacionales, tres fueron mujeres. A nivel provincial fueron elegidas 108 legisladoras y 19 senadoras en total en los diferentes distritos.

Dentro del Congreso de la Nación, las mujeres se desempeñaron en lugares trascendentes. En la Cámara de Diputados, ocuparon la presidencia de las comisiones de Asuntos Exteriores y Culto, y de Territorio Nacionales, dos comisiones de gran importancia política. En el Senado, por otra parte, encabezaron las comisiones de Acuerdos, de Trabajo y Previsión, y de Educación.

Delia Parodi, una de las
Delia Parodi, una de las primeras delegadas censistas, fue vicepresidenta primera de la Cámara de Diputados de la Nación Argentina (Archivo General de la Nación)

Delia Degliuomini de Parodi, una de las primeras delegadas censistas, fue vicepresidenta primera de la Cámara de Diputados de la Nación Argentina, e Ilda Leonor Pineda de Molins, vicepresidenta segunda de la Cámara de Senadores de la Nación Argentina.

El 26 de julio de 1952, luego de una larga enfermedad falleció Evita. El impacto fue absoluto y el dolor invadió a todas las personas que se sentían peronistas. Las legisladoras recién asumidas por el PPF describieron la situación con desconsuelo.

En ese momento, el Partido quedó a cargo de Juan Domingo Perón, quien luego delegó la coordinación en el Consejo Superior del PPF que presidió Delia Parodi.

El legado de Evita y el compromiso de Perón con la organización de las mujeres se puede observar en que la participación femenina en las listas continuó creciendo. Ya en 1953 se sumaron dos senadoras por Presidente Perón (Chaco) y por Eva Perón (La Pampa).

Legisladoras que asumieron en 1952
Legisladoras que asumieron en 1952 (Archivo General de la Nación)

Luego, el 25 de abril de 1954 se llevaron a cabo las elecciones legislativas para renovar la mitad de los miembros del Congreso junto con la elección de Vicepresidente (Quijano falleció antes de asumir el cargo). La cantidad de mujeres en las listas aumentó, alcanzando un total de 27 mujeres sobre 106 legisladores electos en la Cámara de Diputados, es decir un 25,47 %, y dentro del bloque peronista la representación femenina alcanzó el 29,37 %.

Este proceso de incorporación de la mujer a la vida política institucional del país se vio interrumpido por el golpe militar del 16 de septiembre de 1955, la proscripción del Partido Peronista y el PPF, y la persecución sufrida durante 18 años. Ya al día siguiente del golpe de Estado, todas las legisladoras del PPF fueron detenidas. Algunas de ellas fueron paseadas esposadas por las plazas de los lugares donde habían creado la organización antes de ser encarceladas. Otras permanecieron en prisión durante dos años.

El Partido Peronista Femenino representó un antes y un después en la organización de las mujeres argentinas. No solo llevó las políticas del peronismo a cada territorio del país, sino que logró que mujeres de cada rincón de la Argentina fueran elegidas como representantes en espacios institucionales a nivel municipal, provincial y nacional.

El Peronismo logró así que las mujeres obtuvieran derechos, se organizaran, se formaran políticamente, e ingresaran a la vida institucional de la Argentina. El PPF es el claro ejemplo de que la obra de Perón y de Evita no se limitó a la redistribución del ingreso, sino que fue la construcción de poder para garantizar la soberanía nacional y la justicia social.

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