A 18 días del terrible incendio que cobró la vida de su esposa y cuatro de sus hijos, Isaac Rubén Jabbaz, de 55 años, abandonó esta tarde el Sanatorio Anchorena de San Martín, luego de recibir el alta médica. El hombre, que estuvo grave durante varios días por las quemaduras que sufrió, salió caminando de la Institución. Afuera lo esperaba uno de sus hermanos, Gabriel, para trasladarlo a su casa del barrio porteño de Once donde permanecerá junto a sus hijos hasta que pueda volver a habitar su departamento de Recoleta.
“Pensamos que iba a necesitar una silla de ruedas para dejar el sanatorio, pero no fue necesaria: salió caminando”, confiaron a Infobae allegados a Jabbaz. También aseguraron que, desde la comunidad, le van a ofrecer toda la ayuda y asistencia que sea necesaria. “Lo importante ahora es respetar su intimidad y la de su familia. Darles el espacio para que puedan hacer el duelo juntos y en paz”, agregaron.
El martes pasado a las 8 de la noche, el hombre recibió la visita de Gran Rabino Shamuel Levin y el Rabino Eliahu Hambra. A ellos se sumaron su hermano Marcos -que vive en México y es Rabino- y dos psicólogos del sanatorio. Entre todos se encargaron de contarle que su mujer y sus hijos había perdido la vida.
El Rabino Hambra, a través de un tuit, fue el encargado de difundir la noticia: “Anoche acompañé al Gran Rabino Shamuel Levin, en su visita a Isaac Jabbaz, quien se está recuperando. Ayer Isaac también fue informado de la terrible tragedia que padeció su esposa e hijos. Con inmenso dolor, respondió que recibe con compasión todo lo que Dios determina”. En diálogo con Infobae, Hamra explicó que Jabbaz contó que fue su esposa quien despertó primero y alertó a la familia del incendio.
También habló con Infobae el Gran Rabino Levin -quien en la imagen está sentado-, quien expresó que Jabbaz “está muy bien, está por salir del hospital entre el jueves y el viernes”. Sobre cómo le dieron la infausta noticia, señaló que estuvo a cargo de “un rabino y dos psicólogos. Lo tomó con mucha fe, dijo que ‘Dios los dio y Dios se los llevó’”.
La impresión del anciano rabino (que se recupera de un ACV) luego de visitar a Jabbaz fue que el hombre “está muy fuerte”. “Él tiene hijos muy buenos, yo conozco a todos menos a uno. Le di un poquito de fuerza, nada más. Hablamos de fe sobre todo, y se tranquilizó un poco más. Habló de su señora, nos dijo que era una mujer muy especial”, agregó.
El rabino Hamra, por su parte, añadió: “Por supuesto que está triste y llora, y no contó demasiado de lo sucedido. Aún está armando el rompecabezas de lo que pasó, pero demuestra una gran fortaleza y fe. El tuvo 12 hijos, tiene el apoyo de su familia y dijo que va a luchar por salir adelante por ellos”.
El viernes 24 de junio, Sofía Karina Kibudi (50), Camila Jabbaz (17), Esther Shira Jabbaz (9), Miriam Orly Jabbaz (8) y Rafit Jabbaz (3) fueron enterrados en el Cementerio Judío Sefaradí de Lomas de Zamora, Bene Emeth.
Según la investigación llevada a cabo por el área de Bomberos de la Policía de la Ciudad a pedido del fiscal Sebastián Fedullo, el incendio que se desató el 23 de junio por la madrugada en el departamento de la calle Ecuador al 1000, en el barrio de Recoleta, se desencadenó por la “súbita reacción térmica de baterías de litio pertenecientes a un scooter monopatín eléctrico”.
La reacción térmica fue “inducida presuntamente por sobrecarga o descargas excesivas, golpes en celdas o bien exposición a fuentes de calor, cuyo potencial térmico se transmitiera a los elementos con capacidad de arder, dando lugar a lo ocurrido”. Sin embargo, cerca del monopatín no hallaron ningún cargador o fuente de calor.
Según el fiscal Fedullo, las baterías no explotaron, sino que entraron en llamas. Por el efecto del siniestro, se incendiaron el living, la cocina, tres dormitorios y un baño del departamento del séptimo piso. Testigos de calles aledañas señalaron que observaron chispazos en el balcón, que se diseminaron en todo el departamento de la familia Jabbaz. Como consecuencia del efecto del humo que produjeron las llamas por todo el edificio, un total de 26 personas fueron derivadas a distintos hospitales públicos.
Las cinco víctimas fatales del incendio fueron rescatadas con vida del séptimo piso del edificio incendiado y murieron durante su traslado a los hospitales y clínicas más cercanos. La inhalación de humo, gases tóxicos y el aire extremadamente caliente dentro del departamento donde se iniciaron las llamas provocaron sus decesos.
La familia Jabbaz, oriunda de Lomas de Zamora, cumple un fuerte rol dentro de la comunidad ortodoxa judía porteña. Todos pertenecen a la comunidad Jafetz Jaim, liderada por el rabino Shamuel Levin, que tiene su sede en la calle Boulogne Sur Mer al 900. Los niños que perdieron la vida en el incendio eran alumnos del colegio Heijal Hatorá, desde donde partió el cortejo fúnebre el día de las exequias.
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