A 13 días de conmemorarse un nuevo aniversario del atentado terrorista contra la sede de Pasteur 633, AMIA presentó una nueva acción, “De generación en generación”. Esta vez, consistió en la reunión de 23 reconocidos artistas de nuestro país junto a sus familias para interpretar “No tiene olvido el amor”, una canción compuesta especialmente por Víctor Heredia a pedido de la institución para rendir homenaje a las 85 víctimas fatales de la masacre.
La idea de AMIA es transmitir el compromiso por la justicia y la memoria a las nuevas generaciones. “Las familias de artistas que participaron del original proyecto creado y producido por AMIA, pusieron su talento al servicio de un mensaje esencial: la memoria seguirá viva solo si contamos aquello que pasó a quienes, por su edad, no tienen recuerdos, o nacieron después de que sucedieran los distintos hechos que nos marcaron como sociedad, y que conforman nuestra identidad colectiva”, señalaron desde la institución.
El video de la producción audiovisual se difundió esta tarde a través de las redes sociales de la mutual judía, que eligió a la música como “un poderoso canal de expresión y herramienta para construir y traspasar legados, especialmente sobre aquellas causas impunes que como sociedad no debemos olvidar”.
La pregunta que se hicieron fue “¿Cómo se transmite la memoria de generación en generación?”. Elio Kapszuk, director de Arte y Producción de AMIA y responsable de la idea de esta acción, ensaya la respuesta: “Esa pregunta lleva implícita la necesidad y los esfuerzos para luchar contra el olvido y fue central para crear esta iniciativa que procura tender puentes con quienes no tienen memoria vivencial del ataque perpetrado el 18 de julio de 1994, y ayudar a cimentar la memoria colectiva, a partir de la transmisión compartida entre padres, madres, hijos e hijas de distintas generaciones”.
Para la interpretación de la canción, la institución convocó a 51 artistas, unidos no solo por los lazos de sangre y la pasión por la música, sino también por el compromiso con la transmisión de la memoria. Ellos son Víctor, Laura y Daniela Heredia; Teresa y Luciana Parodi; Alejandro Daniel Melingo y Félix Melingo Torre; Susana Rinaldi, Alfredo y Ligia Piro; León y Joana Gieco; Liliana Vitale y Juan Belvis; César y Dylan Lerner; Jairo y Yaco González; Adrián y Ruido Barilari; Marcelo “Corvata” y Juana Corvalán; Lito y Jano Vitale; Julia Zenko, Laura González y Elis García; Javier y Romeo Calamaro; Hilda Lizarazu y Mía Folino; Gladys “La bomba tucumana” y Tyago Griffo; JAF y Virginia Ferreyra; Peteco y Homero Carabajal; Sandra, Vane y Sol Mihanovich; Leo y Luna Sujatovich; Verónica Condomí y Emme; Juan Carlos, Joaquín y Fermín Baglietto; Paz Martínez y Mariano Paz y Ricardo y Vicky Soulé.
Kapszuk resaltó que “esta iniciativa artística que unió a padres y madres, hijos e hijas de diferentes generaciones –muchos de los cuales cantaron juntos por primera vez en una presentación pública– es una acción que nos permite sembrar semillas para que la memoria colectiva siga creciendo. También deja un poderoso mensaje porque el recuerdo y el reclamo de justicia siempre estará si la transmisión persiste de generación en generación”.
La poesía de Víctor Heredia queda plasmada en cada verso de la canción que escribió para AMIA, y pone de manifiesto que la construcción de la memoria debe ser un hecho activo y compartido. La dirección musical de la obra fue de Lito Vitale.
La letra de la canción “No tiene olvido el amor”
No tiene olvido el amor cuando construye esperanza,
Así es como la memoria funda una estrella sin par.
Pero también el dolor deja escurrir su nostalgia.
En ese espejo del tiempo se mira la humanidad.
En ese espejo del tiempo se mira la humanidad.
Toma mi mano con fuerza, acompáñame a mirar
Que aunque mil veces la rompan, sólo existe una verdad.
Ochenta y cinco silencios resuenan en mi canción
Estrellas que no se apagan, que no dejan de alumbrar.
Estrellas que no se apagan, que no dejan de alumbrar.
Sé que mi abuelo soñó porque me contó mi padre,
así soñará algún día mi propia sangre al volar.
Nuestros hijos crecerán al amparo de esa historia.
En este espejo del tiempo se mira la humanidad.
En ese espejo del tiempo se mira la humanidad.
Toma mi mano con fuerza, acompáñame a mirar
Que aunque mil veces la rompan, solo existe una verdad.
Ochenta y cinco silencios resuenan en mi canción
Estrellas que no se apagan, que no dejan de alumbrar.
Estrellas que no se apagan, que no dejan de alumbrar.
No tiene olvido el dolor cuando hieren la esperanza
Por eso los que añoramos nos invitan a soñar
Que un día será el amor el que incline la balanza.
En ese espejo del tiempo se mira la humanidad.
En ese espejo del tiempo se mira la humanidad.
Toma mi mano con fuerza, acompáñame a mirar
Que aunque mil veces la rompan, sólo existe una verdad.
Ochenta y cinco silencios resuenan en mi canción
Estrellas que no se apagan, que no dejan de alumbrar.
Estrellas que no se apagan, que no dejan de alumbrar.
Por eso cantamos hoy para que nadie se olvide
Que estamos hechos de historias que muchos quieren borrar
La justicia es una flor que tarda en crecer a veces.
Pero el día que florece marchita a la impunidad.
Pero el día que florece marchita a la impunidad.
Toma mi mano con fuerza, acompáñame a mirar
Que aunque mil veces la rompan, sólo existe una verdad.
Ochenta y cinco silencios… resuenan en mi canción
Estrellas que no se apagan, que no dejan de alumbrar.
Estrellas que no se apagan, que no dejan de alumbrar.
Estrellas que no se apagan, que no dejan de alumbrar.
Estrellas que no se apagan, que no dejan de alumbrar.
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