La foto que detuvo una guerra, la “niña del napalm” y 236 ucranianos rumbo a Canadá: un nuevo vuelo humanitario de Enrique Piñeyro

Traslada a 236 ucranianos que serán recibidos con visa humanitaria en Canadá. Además, viaja invitada Kim Phuc, la mujer que hace 50 años era fotografiada mientras su cuerpo ardía por napalm tras un ataque norteamericano en una aldea de Vietnam. La foto histórica -que cambió el rumbo de la guerra- fue estampada con un mensaje por La Paz en el avión de Solidaire, la ONG de Enrique Piñeyro

Guardar
La mujer que fue el centro de una foto icónica de la guerra de Vietnam hoy tiene 59 años

Lunes 4 de julio. 16:00 horas en Varsovia. El Boeing 787 matrícula P4787 parte rumbo a la ciudad de Regina, en la provincia de Saskatchewan, Canadá. A bordo viajan 236 refugiados (mayormente mujeres y niños) de todas partes de Ucrania, todos con visa humanitaria canadiense. Dentro, otra pasajera que también huyó de la guerra y de los bombardeos, pero hace cincuenta años. Se trata de Kim Phuc Phan Thi, reconocida en el mundo como “la niña de napalm”, aquella pequeña de 9 años cuya imagen cambió para siempre la guerra de Vietnam.

El vuelo -el décimo de refugiados ucranianos- fue organizado por Solidaire, la ONG de Enrique Piñeyro. También viaja Óscar Camps, fundador y director de Open Arms, ONG catalana dedicada a rescatar migrantes del mediterráneo que trabaja en conjunto con Solidaire en todo sus operativos.

"Gracias a Open Arms y
"Gracias a Open Arms y a Enrique por esta maravillosa idea de traerme de vuelta cincuenta años atrás. Es muy conmovedor. Este es mi sueño, es mi propósito, la razón por la que estoy viva", dijo Kim

Del lado de afuera del avión, un símbolo, una imagen que lo cambió todo hace cincuenta años. Se trata de un instante de la historia: la foto de Kim huyendo aterrada de un ataque con bombas de napalm lanzadas por Estados Unidos en una aldea de Vietnam del sur. Su gesto resume lo que siente mientras su cuerpo quemado va perdiendo la piel, como se cuenta feroz y detalladamente en esta nota. La foto está estampada a uno de los costados del avión. A su lado la frase “No War” (no a la guerra), y el mismo mensaje en ruso del otro lado. Es la primera vez que estampan la imagen en un avión y sucede -vicios del destino- exactamente medio siglo después de que fuera tomada por el fotógrafo Nick Ut, el 8 de junio de 1972.

La propuesta para que Kim participe en el vuelo la realizó el mismo Piñeyro. Primero se le ocurrió plotear el avión con la foto y el mensaje anti-bélico. Compró los derechos de la imagen a la agencia AP, hizo una donación equivalente a la fundación de Kim, y estampó a la “niña de napalm” en su Boeing 787. Una vez que le mandó la imagen a Kim, ella misma propuso acompañar el vuelo. “Yo sé lo que están viviendo ellos que huyen de la guerra, yo también estuve ahí y quiero servir como testimonio de que todo debe terminar”, dice a Infobae antes de subir al avión. Luego dará una entrevista exclusiva de pronta publicación, pero ahora mira su foto y llora.

Kim Phuc Phan Thi acompañó
Kim Phuc Phan Thi acompañó un vuelo de refugiados desde Varsovia hasta Canadá: emuló el mismo viaje que hizo cuando huyó de la guerra de Vietnam

Esa foto me atravesó en la adolescencia. Yo tenía 14 o 15 años y me acuerdo de que me transformó. No podía entender cómo podían hacer eso, fue uno de los momentos más dramáticos de mi vida. Y ahora poder llevarla a ella en el avión siento que cierra el círculo, estamos reparando algo, estamos haciendo algo. Y también siento que cierro algo personal, porque realmente esa imagen fue muy fuerte para mí”, dice Piñeyro, que acompaña a Kim mientras camina rumbo a la escalinata.

Para llegar a tiempo, Kim voló desde Toronto, llegó a Varsovia el lunes por la mañana y unas horas después salió nuevamente para el aeropuerto. Viajó junto a su marido, Bui Huy Toan, también vietnamita. Se conocieron en Cuba, se casaron, y juntos decidieron escapar a Canadá, donde Kim pudo rehacer su vida. “Quiero hacer valer mi historia como un mensaje por la paz”, dice ahora, conmovida mientras mira su foto en el avión.

Kim y Enrique Piñeyro junto
Kim y Enrique Piñeyro junto a Óscar Camps, fundador y director de Open Arms, una ONG catalana dedicada a rescatar migrantes del mediterráneo

“Me conmueve mucho. Estoy tan agradecida de seguir viva. Pasaron cincuenta años, es muy fuerte, pero es tan linda la idea de Enrique de llevarme al pasado y convertir esto en un mensaje por la paz. Estoy muy agradecida con él, con Solidaire, con Open Arms. Esto es mi sueño, mi propósito, la razón por la que sigo viva”, dice.

Entonces, comienzan a llegar los refugiados, 236 que formarán parte del décimo vuelo humanitario realizado por Enrique. En total ya son casi 2000 los ucranianos trasladado por el Boeing 787, el avión que más refugiados trasladó desde que comenzó el conflicto. Llevaron familias a España, Italia, Argentina y ahora Canadá.

Kim le enseña a Sophie
Kim le enseña a Sophie la foto icónica en la que se la ve corriendo desnuda mientras su cuerpo arde por napalm tras un ataque norteamericano en una aldea de Vietnam
Kim abraza a Sophie, una
Kim abraza a Sophie, una niña que tiene la misma edad que tenía ella cuando debió escapar de la guerra de Vietnam en 1972

“La figura de ella es la síntesis de la estupidez y de la grandeza humana. La estupidez de los que lanzaron la guerra, y la grandeza de ella para convertirse en una bandera anti-bélica. Mucha gente me preguntó por qué no puse algo de Ucrania, y si hubiera puesto algo hubiera sido solo una foto. Pero la suya es una bandera anti guerra. Lo que estamos diciendo es que las guerras son siempre lo mismo, así las empiece John F. Kennedy o las empiece Vladimir Putin. Es un horror contra la humanidad, es siempre bombardear escuelas, civiles, hospitales, matar gente inocente. Y son decisiones de un político que levanta el teléfono, da la orden de empezar las hostilidades y después se desentiende de las consecuencias reales”, dice Piñeyro.

Mientras, los refugiados comienzan a subir. Hay niños. Kim los saluda, les sonríe, siempre les sonríe. Ellos devuelven la alegría. Se entienden sin saberlo, un hilo de dolor y de esperanza lo une para siempre. Entonces sube una chica de 9 años. Ayudada por una traductora, Kim le cuenta una historia de una chica que, cuando tenía 9 años, fue víctima de un bombardeo y su cuerpito se quemó casi por completo. Sophie, la chica, la mira asombrada. Kim le explica que igual pudo salir adelante y ser feliz, y le pide que la acompañe a las escaleras del avión. Le señala la foto, la niña al centro, y finalmente le dice: “esa niña soy yo”.

Sophie no sabe qué decir, entonces no dice nada. Su cara es de sorpresa absoluta, mezcla de confusión y tristeza, entonces la abraza. “Yo era como vos”, le dice Kim, “yo también me iba de la guerra, pero ahora soy feliz”. Sophie acaba de dejar Kiev, vuela a Canadá, como Kim, con Kim. Se sacan una foto juntas. Y vuelven a sonreír. El capitán anuncia la partida. La niña de napalm vuela. Todas las niñas y los niños vuelan por estas horas.

SEGUIR LEYENDO:

Guardar