Qué son las especies invasoras y por qué pueden convertirse en una real amenaza para la biodiversidad

El avance de los medios de transporte provocó un incremento de su dispersión. Los daños no solo son ambientales, también económicos ya que pueden llevarse un 0,60 del PBI nacional. De qué se trata la primera estrategia diseñada en los últimos siete años por los ministerios de medio ambiente de las provincias, nacional y la FAO

Guardar
Una especie invasora, un jabalí (Sus scrofa) en las proximidades de la Reserva Florofaunística de La Florida en la provincia de San Luis (FAO)
Una especie invasora, un jabalí (Sus scrofa) en las proximidades de la Reserva Florofaunística de La Florida en la provincia de San Luis (FAO)

Una ardilla de vientre rojo que se pasea por los árboles de Vicente López, un castor canadiense que forma parte del paisaje fueguino, una anémona de mar o un pino en medio de un humedal pueden verse como seres indefensos en medio de la naturaleza. Sin embargo, estos ejemplares forman parte en la Argentina de la lista de especies exóticas invasoras, que de no controlarse pueden transformarse en una real amenaza para la biodiversidad y para la economía.

Para tener una dimensión de los costos que pueden representar, sólo en 2016 se perdieron en Argentina 3,3 millones de dólares en Argentina por la acción de un conjunto de especies exóticas estudiadas por la ciencia. Esto equivale al 0,63 % del PBI nacional para ese período.

De acuerdo con el Convenio Internacional sobre la Diversidad Biológica, se denomina especie invasora a “una especie introducida que prospera sin ayuda directa del ser humano y amenaza a hábitats naturales o seminaturales fuera de su área natural de distribución”, y trae como consecuencia impactos económicos, sociales y ambientales.

Aunque desde siempre el ser humano transportó de manera voluntaria y accidental animales, plantas y microorganismos por fuera de sus hábitats naturales, con el avance del transporte terrestre, aéreo, fluvial y marítimo, las diferentes rutas utilizadas facilitaron la dispersión de especies exóticas invasoras (EEI) a través de distintas vías de entrada tales como rutas comerciales, el comercio de artículos ornamentales, agrícolas, forestales y de pesca.

Un buzo colectando babosas de mar moteada (Pleurobranchaea maculata) en Puerto Madryn, Chubut, para estudiar su dinámica poblacional (FAO)
Un buzo colectando babosas de mar moteada (Pleurobranchaea maculata) en Puerto Madryn, Chubut, para estudiar su dinámica poblacional (FAO)

En la Argentina hay más de 776 especies de algas, plantas animales y hongos presentes en 9000 sitios geográficos y, luego de 7 años de trabajo interinstitucional entre los ministerios de Ambiente de las provincias, el Ministerio de Ambiente de la Nación y la FAO se presentó la primera Estrategia Nacional sobre Especies Exóticas Invasoras.

“Este trabajo permitió generar conciencia sobre la importancia de la biodiversidad de nuestros ecosistemas, donde las EEI constituyen una de las principales amenazas de la pérdida de esa biodiversidad; por lo tanto, el proyecto generó gran cantidad de herramientas para construir y mejorar normativas, para educar y capacitar; y ahora sumamos el poder contar con una estrategia nacional como resolución ministerial, lo cual es algo fundamental”, destacó Jessica Casaza, integrante de la Oficina Regional de la FAO y Consultora Técnica Líder del Proyecto.

“Para la FAO este proyecto también fue un proceso de lecciones aprendidas, incluso en el proceso de implementación. Desde la Organización estaremos siempre a disposición del gobierno argentino para seguir acompañando y facilitando acciones, incluso con otros países a nivel regional”, agregó la funcionaria.

Palmeras Yatay (Butia yatay) se ven afectadas por la expansión del Jabalí (Sus scrofa) que se nutre de los renovales, PN el Palmar- Entre Ríos (FAO)
Palmeras Yatay (Butia yatay) se ven afectadas por la expansión del Jabalí (Sus scrofa) que se nutre de los renovales, PN el Palmar- Entre Ríos (FAO)

Hivy Ortíz Chour, Oficial Principal del Programa de Campo de la Oficina Regional de la FAO, declaró: “Fue un trabajo de muchos años. Quiero resaltar la gran capacidad técnica y la colaboración de todos los involucrados en este proyecto, lo que a su vez nos ayudó a trabajar en la misma temática en otros países como Chile o Cuba”.

La estrategia es una guía para el diseño, implementación y ajuste de políticas públicas destinadas a enfrentar el desafío de las invasiones biológicas y considera dos ejes fundamentales: acciones destinadas a prevenir la introducción y la expansión de especies que puedan causar impactos sobre el ambiente, la economía, la salud y los valores culturales y, estrategias para evitar, minimizar, mitigar y compensar el impacto de las EEI que ya estén presentes en el territorio nacional.

El trabajo buscó identificar y seguir las poblaciones detectadas; así como también poder responder a algunos interrogantes:

¿Todas las especies exóticas son invasoras? No todas las especies exóticas se vuelven invasoras. Si una especie introducida consigue establecerse y avanzar de manera espontánea (y por lo general sin control) en los nuevos ambientes causando impactos sobre la diversidad biológica, la cultura, la economía y/o la salud pública estamos ante la presencia de una especie exótica invasora. El impacto de las que consiguen invadir es con frecuencia muy alto y varía en función de la especie y del hábitat. Las actuales tendencias de globalización del comercio internacional, las mejoras en los medios de transporte y las comunicaciones, y las consecuencias del cambio climático permiten prever que el problema de las invasiones biológicas aumente de manera significativa en el futuro cercano.

¿Por qué es necesario ocuparse de ellas? Estas especies representan la segunda causa de la pérdida de biodiversidad en nuestro planeta y deben ser tratadas aplicando el principio de precaución establecido por el Convenio sobre Diversidad Biológica.

Conejo europeo (Oryctolagus cuniculus) en las cercanías de Ushuaia, Tierra del Fuego (FAO)
Conejo europeo (Oryctolagus cuniculus) en las cercanías de Ushuaia, Tierra del Fuego (FAO)

La República Argentina cuenta con una rica biodiversidad que se manifiesta en 18 variadas ecorregiones, incluyendo ambientes antárticos, selvas tropicales, ecosistemas áridos de estepa y de montaña, ambientes marino costeros y pastizales templados, entre otros. Los principales impactos son:

Ecológicos: las EEI son la segunda amenaza global para la conservación de las especies vulnerables de flora y fauna silvestre. Algunas de las consecuencias a nivel ecológico de las EEI son: competencia, depredación y herbivoría de especies nativas, introducción y transmisión de enfermedades a especies autóctonas, contaminación genética por hibridación, modificaciones en la estructura de los ecosistemas.

Salud: la actividad turística y comercial implica el movimiento de bacterias, virus y parásitos, así como de sus vectores. Entre los ejemplos de estas enfermedades se encuentra el dengue en América del Sur, causado por un virus introducido y dispersado por una especie de mosquito también exótica, que en el año 2009 afectó a más de 20.000 personas en Argentina. El cólera, el zika y la fiebre chikungunya también son enfermedades causadas por patógenos y vectores exóticos invasores.

Económicos: a nivel mundial, el daño ocasionado por las invasiones biológicas alcanza cerca del 5 % del producto bruto global. Se ha calculado, por ejemplo, que los pastos africanos introducidos en el sur de Brasil con el objetivo de mejorar las pasturas causan, en cambio, reducciones anuales de más de tres millones de dólares en la producción ganadera. En la cuenca de los ríos Paraná y Uruguay, un bivalvo de origen asiático, el mejillón dorado, obliga a llevar a cabo costosas tareas de mantenimiento en sistemas de captación de agua y de refrigeración en usinas hidroeléctricas. En Estados Unidos se estima una pérdida anual de unos 120.000 millones de dólares en relación directa con la presencia de las especies invasoras, mientras en Brasil esta estimación supera los 45.000 millones de dólares anuales.

Culturales: las EEI afectan el uso tradicional de los recursos. Transforman el paisaje y así la identidad de los pueblos.

Si trasladamos el daño que se genera a números, se puede decir que:

US$ 1,4 trillones es el costo aproximado del daño global producido anualmente por las especies exóticas invasoras, esto equivale al 5 % del producto bruto mundial

US$ 66 millones es la pérdida anual estimada del Estado por el impacto del castor en los ecosistemas fueguinos si se analiza un caso concreto

US$ 23 millones es la pérdida económica anual asociada al mosquito tigre como vector de enfermedades como el dengue, zika y chikungunya

US$ 130 millones es la proyección del impacto que podría tener anualmente el estornino sobre la producción frutícola argentina

US$ 1380 millones es el costo anual de los daños generados por el jabalí en las actividades productivas

SEGUIR LEYENDO

Guardar