El Calvario de Tandil, la obra de Fe que es un verdadero museo de arte al aire libre

Fue la visión de monseñor Fortunato Devoto -que murió antes de su apertura- y el impulso de Elisa Alvear de Bosch que hicieron de un proyecto improbable el paseo que hoy recorren miles de creyentes en especial durante la Semana Santa. Quiénes fueron los aclamados escultores que participaron en las 14 estaciones que tiene el recorrido

“Primera caída de Jesús”, obra de Ricardo Musso, artista argentino (Wikipedia: Ezarate)

Los monumentos religiosos jalonan nuestra república como gesto y signo de la espiritualidad y la fe de un pueblo. Estos emblemas de arte, hoy en día, trascienden el culto que los construyó y pertenecen al acervo cultural de nuestra región. Iglesias de las diversas confesiones cristianas, conventos, monasterios, sinagogas o mezquitas, entre otros, forman parte de nuestra cotidianeidad y de nuestra apertura a todas las corrientes de la fe, sin importar de donde provengan.

En la región bonaerense, varios son los lugares de culto relevante y patrimonial: la basílica de Luján, la catedral de La Plata, la misión de Fortín Mercedes, etc... Pero hay uno que, sobre todo en Semana Santa, es culmen y meta de peregrinación de esta región: el Calvario de Tandil.

Miles de fieles se congregan en este sitio para las celebraciones de la semana mayor del cristianismo. La gran mayoría ignora su historia de ese lugar que hoy es meca de peregrinaje.

Monseñor Fortunato Devoto, inspirador del Calvario de Tandil

En 1938, Monseñor Fortunato Devoto tenía en mente poder plasmar un Vía Crucis en la ciudad de Tandil, coronado con una copia del Señor de la Cruz que se venera en Bretaña, Francia. Puso su vista en unos terrenos pertenecientes a su primo Don Pedro Redolatti, donde había un pequeño cerro y culminaba la antigua avenida noroeste de Tandil (hoy España su continuación, Monseñor De Andrea). La idea era totalmente descabellada, porque el terreno estaba en las afueras del ejido urbano. Redolatti accedió gustoso a la idea y donó el terreno en cuestión. El 10 de enero de 1941 fue el día elegido para formalizar la donación de las nueve hectáreas. En ese mismo año falleció monseñor Devoto, que no pudo ser testigo de los resultados de su inquietud.

No obstante, mucho tiempo antes de su fallecimiento, Mons. Devoto logró interesar en el proyecto a doña Elisa Alvear de Bosch, presidenta de la “Sociedad de San José” y de las “Comisión Auxiliar de Damas Vicentinas” para llevar a cabo la construcción del Calvario. Ella tomó el lugar de Mons. Devoto para culminar las obras. La señora Ernestina Llavallol de Acosta efectuó la primera donación en nombre de su madre Doña Ernestina Ortiz Basualdo de Llavallol, ex presidenta de la Sociedad.

Jesús reza en el Monte de los Olivos, la primera estación del Calvario de Tandil (Wikipedia: Ezarate)

El Ingeniero Alejandro Bustillo se interesó en la obra y la proyectó de manera gratuita. El interés por el emprendimiento religioso comenzó a extenderse, y la familia de Matilde Nocetti Campos donó terrenos adyacentes para extender más la obra con la escalinata de 96 escalones construida en piedra migmatita, que conducía a la Plazoleta de la Cruz, con sus terrazas intermedias de lajas rosadas, blancas y grises de la cantera San José del Carmen. La municipalidad de Tandil donó más terrenos para prolongar la avenida España.

Los costos para la construcción del Calvario exigían grandes erogaciones, pero inmediatamente comenzaron a llegar las donaciones oficiales y privadas. La Nación contribuyó con $50.000 moneda nacional, la Provincia con $25.000 y el Municipio con $10.000. Se recaudaron, finalmente, más de $150.000 moneda nacional.

“Jesús condenado a muerte”, obra del italiano José Berna (Wikipedia: Ezarate)

El director de parques provinciales, Sr. Ezequiel Bustillo, donó un alerce centenario para que con él se realizara la primera cruz de madera. Esta medía 17 metros de alto por 8 metros de crucero. Posteriormente, deteriorada por el tiempo, en 1949 la cruz fue reemplazada por una de cemento 5 metros más alta que la anterior. Doña Ernestina L. de Acosta mandó a hacer la copia de santo Cristo Bretón directamente a Francia. Doña Elisa Alvear de Bosch siguió ayudando al emprendimiento y costeó de su peculio el Santo Sepulcro del calvario.

Las obras se iniciaron en 1940, y en 1942 la primera etapa fue concluida. Comenzaron a plantarse los olivos que bordean el trayecto. La obra cobró cada vez más entusiasmo entre la sociedad ya no solo tandilense, sino de la provincia de Buenos Aires. Es así como muchas familias comenzaron a donar las 14 estaciones del Vía Crucis, realizadas por diferentes artistas de renombre nacional e internacional.

“Jesús encuentra a su madre”, José Berna (Wikipedia: Ezarate)

La nómina completa de artistas y artesanos que tallaron las estaciones son:

“Jesús condenado a muerte”, José Berna, italiano. “Jesús carga con la cruz”, Humberto Cerantonio, argentino. “Primera caída de Jesús”, Ricardo Musso, argentino. “Jesús encuentra a su madre”, José Berna. “Jesús y el Cireneo”, Antonio Sforza, argentino. “Jesús y la Verónica”, José Berna. “Segunda caída de Jesús”: Roberto Capurro, argentino. “Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén”, José Berna. “Tercera caída de Jesús”, José Fioravanti, argentino. “Jesús es despojado de sus vestiduras”, escultor: José Berna. “Jesús clavado en la cruz”, Humberto Cerantonio. “Jesús muere en la cruz”, José Berna. “La Piedad”, José Berna. Y “El Santo Sepulcro”, José Fioravanti

“La Verónica limpia a Jesús”, de José Berna (Wikipedia: Ezarate)

Años después, la mayoría de ellas fueron reemplazadas a causa de su deterioro, perdiéndose obras de gran valor. Las nuevas aportantes serán las familias Paz, Anchorena, Bosh, Leanza y Santamarina, entre otras. El complejo del Calvario es un verdadero museo al aire libre de los más prestigiosos artistas de nuestra región.

El 10 de enero de 1943 se llevó a cabo el acto inaugural del complejo del Calvario de Tandil con la presencia del presidente de la Nación, el Dr. Ramón Castillo; el vicegobernador de la provincia Edgardo Míguez; el nuncio apostólico Arzobispo Giuseppe Fietta; el obispo de Azul Monseñor Caneva; el intendente municipal Dr. William Leeson; Monseñor D’Andrea, y el párroco de Tandil Presbítero Julio M. Chienno; como también miles de personas que se congregaron para este evento histórico.

“Segunda caída de Jesús”, de Roberto Capurro, escultor argentino (Wikipedia: Ezarate)

El 12 de enero de 1947 se inauguró la capilla, destinada a la devoción de Santa Germma Galgani. Se trata del primer templo erigido en América en honor a la mencionada santa, muy relacionada con la pasión de Cristo. Proyectada por el arquitecto Alejandro Bustillo, Rocha y Martínez Castro, la donó Elena Santamarina de Saguier en memoria de su esposo Eduardo Saguier. La construcción fue dirigida por Valentín Zámolo. El altar, el confesionario, las paredes y el piso son de granito de la zona, tallados por los artesanos Pedro Pedrotti y José Pisculich. José Santiago Berna construyó dos relieves con vitraux que muestran azucenas a los lados del altar.

Capilla de Santa Germma Galgani, en el Calvario de Tandil (Wikipedia: Ezarate)

Hacia fines de 1960 surgió la iniciativa de los padres Carmelitas, que tenían por entonces como párroco al P. Isidro, impulsada específicamente por el P. Raúl Luque, con el apoyo de un grupo de vecinos encabezados por el Dr. Enrique Torres Ordóñez, de construir en el lugar una reproducción de la gruta de la virgen de Lourdes. Con la colaboración inicial de la dirección de Turismo de Tandil, la dirección técnica del ingeniero Argentino Olmos y la colaboración artística de Ernesto R. Valor comenzaron las obras sobre el faldeo lateral posterior del lugar donde se halla enclavada la capilla de Santa Gemma.

“Jesús es despojado de sus vestiduras”. Escultor: José Berna (Wikipedia: Ezarate)

La obra fue dirigida por Valentín Zámolo y con la colaboración de los artesanos de piedra que trabajaron en la erección de la Capilla, fue inaugurada el 10 de febrero de 1962. La réplica de la Gruta está guardada por una gran reja forjada en hierro por Santiago Tomassi y sus hijos. Hacia un costado y delante del altar se halla la imagen de santa Bernardita arrodillada, mirando hacia la gruta donde está la Virgen, que tiene un altar de piedra de Barker, trabajada por Pedrotti y Jarque y un gran candelabro de hierro para cien velas, obra de Otilio Galicia. Por su parte, el artista Carlos Allende -famoso por sus “bochas” de piedra y sus tallas en raíces, creador también del monumento a Juan Fugl y al Gaucho, entre otros- forjó el crucifijo y los candeleros para el altar.

"Jesús muere en la cruz", obra de Berna (Wikipedia: Ezarate)

Hasta acá la historia de su construcción y de como muchos se mancomunaron para crear un punto de fe y cultura. Pero el tiempo pasa, y los espacios van cambiando, las ciudades crecen y muchas obras y espacios de arte, casonas, templos, etc. desaparecen demolidos bajo el mal llamado “avance de la modernidad”. Es caso extraño el argentino, porque muchos de los que demuelen sin piedad sitios que nos hablaban de un pasado que nunca volverá lo hacen denunciando “ciudades estancadas en el pasado” y son los mismos que cuando viajan a Europa se sienten maravillados de ver cómo se respeta y protege el arte y los cascos históricos.

"La Piedad", obra de Berna (Wikipedia: Ezarate)

Pero no todo está perdido. Muchos son los que preocupados por preservar el patrimonio artístico se interesan por mantener la historia y preservar la memoria de los lugares. Uno de ellos, el dip. Rogelio Iparraguirre relata su preocupación por el futuro del calvario y su entorno: “Como oriundo de Tandil, genera gran expectativa la posibilidad de declarar al ‘Monte Calvario’ como monumento histórico nacional o algunas de las variantes de preservación que la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos determine. Es un lugar insignia de todos los tandilenses desde su existencia y somos muy orgullosos siempre de lo que podemos disfrutar no sólo nosotros sino las decenas de miles de visitantes que recibimos a lo largo del año. Comentando la intención de que se preserve dicho espacio sagrado al obispo de la diócesis de Azul Mons. Hugo Salabaerry SJ., (a la cual pertenece nuestra ciudad) le pareció una muy buena iniciativa que saldará una deuda que debió haber sido contemplada hace tiempo. Lamentablemente el Calvario sufre una situación de paulatino abandono y deterioro. Eso es algo que duele mucho a los tandilenses y a cada uno de los visitantes. Entendemos que a partir de la sanción de la ley podremos ir en busca del financiamiento necesario para mejorar las condiciones de seguridad, accesibilidad y preservación de este sitio tan querido por todos”.

"El Santo Sepulcro", la estación final del Calvario (Wikipedia: Ezarate)

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