Antes del comienzo del shabat y en la intimidad, como era el deseo de los familiares sobrevivientes, despidieron a los cinco miembros de la familia Jabbaz que murieron en el incendio del departamento de Recoleta en el Cementerio Judío Sefaradí Lomas De Zamora Bene Emeth.
Sólo los más íntimos tuvieron acceso a la ceremonia que fue presidida por un rabino Jacob Ben-Hamu, y los hijos sobrevivientes -que están acompañados por un psicólogo desde la tragedia- rezaron el Kadish, una oración para la elevación del alma.
Entre los familiares se destacó la llegada desde México de uno de los hermanos del padre, Marcos Jabbaz y su esposa Esther Lewinsky. Desde la comunidad judía, al finalizar la inhumación, enfatizaron el agradecimiento para las autoridades de la PSA, la Policía, la Gendarmería y la Morgue por la posibilidad de llegar antes de la salida de la primera estrella del viernes, el comienzo del shabat, para la ceremonia final.
En medio de un dolor indescriptible, los deudos contaban el acto heroico que tuvo Camila, de 17 años y la mayor de las hijas, que se había salvado en principio del siniestro y murió al regresar a rescatar a sus hermanitos.
Un poco antes, por la mañana, cientos de personas brindaron este mediodía el último adiós a los restos de los cinco miembros de la familia Jabbaz en el templo ubicado en Ecuador 920, sede de la Ieshivá Jafetz Jaim.
Según pudo saber este medio, le entrega de los cuerpos se atrasó más de lo estipulado. Sin embargo, pasadas las 11:35 dio comienzo la levaiá. Las estimaciones de la comunidad es que se acercaron una 1.500 personas hasta el lugar.
Pocos minutos antes de las 12, por la esquina de Ecuador y San Luis, llegó parte de la familia. Abrazados por amigos y gente de la comunidad, entraron al templo mientras un Rabino leía un salmo. Minutos después, escoltadas por la Policía de la Ciudad, arribaron al sitio tres ambulancias con los cuerpos de las víctimas y se detuvieron en la puerta del templo, mientras a su alrededor se repetían las caras de angustia y llanto.
Con dolor y profunda tristeza, familiares y conocidos despidieron a Sofia Kabudi y sus hijos Rafi Jabbaz, de 3 años; Orly Jabbaz, de 7; y Esther Jabbaz, de 9. También a Camila Jabbaz, de 17 años, quien falleció en el siniestro. Todos ellos vivían en el séptimo piso del edificio situado en la calle Ecuador 1026.
La ceremonia finalizó minutos antes de las 12:30. “Por favor, les pedimos que hagan espacio porque estamos muy apurados”, dijo uno de los encargados de seguridad a los medios presentes. El apuro tenía que ver con que el entierro de los cuerpos tiene que estar finalizado antes de que salga la primera estrella, que es cuando comienza el shabat.
Minutos después de las 10, llegó al lugar Jorge Knoblovits, titular de la DAIA. En diálogo con este medio, aseguró: “Deseamos una pronta recuperación para los heridos. El padre está luchando por su vida. Isaac sigue peleando, intubado en coma inducido. Está muy grave”.
Cuando el Rabino dijo sus últimas palabras, las tres ambulancias comenzaron a moverse sobre la calle Ecuador. Los rostros angustiados y llenos de tristeza de los integrantes de la comunidad se multiplicaban mientras la multitud acompañaba los vehículos.
En la primera, según los carteles pegados sobre las carrocerías, viajaba el cuerpo de la madre de la familia, Sofía Karina Kibudi. En la segunda, dos de las víctimas menores, Esther Shira y Miriam Orly. En el interior de la última de las unidades de traslado estaba el cuerpo de Camila y Rafit.
Una vez que las ambulancias abandonaron la zona, un grupo grande de personas se acercó en una especie de abrazo colectivo a un joven de baja estatura y con el rostro desfigurado del llanto. Era David Jabbaz, de 23 años, uno de los sobrevivientes.
Luego, una caminera blanca lo subió para llevarlo al cementerio donde descansará su familia. Junto a él viajaban más integrantes de la familia.
Terminada la ceremonia, las ambulancias con los cuerpos se dirigieron a una casa velatorio en la zona de Liniers donde, tal como indican los rituales de la religión, se lavarán los cuerpos antes de ser enterrados.
Cuando finalice ese proceso, los coches fúnebres se dirigirán al Cementerio Judío Sefaradí Bene Emeth, de la localidad bonaerense de Lomas de Zamora, elegido ya que la familia era oriunda de allí y se habían mudado a Capital Federal en los últimos cinco años.
La familia, a través de allegados, solicitaron que esa parte de la despedida sea solo para familiares y lo más privada posible.
La familia, de apellido Jabbaz, cumplía un rol fuerte dentro de la comunidad ortodoxa judía porteña. Estaba integrada por ambos padres y nueve hijos. Todos pertenecen a la comunidad Jafetz Jaim, liderada por el rabino Samuel Levin y con su sede en la calle Boulogne Sur Mer al 900.
De esta manera se buscará dar cierre y paz a las personas que se vieron envueltas en el trágico incendio provocado, según la pericia de los bomberos, por el sobrecalentamiento de la batería de un monopatín eléctrico.
“La causa está relacionada con la súbita reacción térmica de baterías de litio pertenecientes a un scooter monopatín eléctrico, inducida presuntamente por sobrecarga o descargas excesivas, golpes en celdas o bien exposición a fuentes de calor, cuyo potencial térmico se transmitiera a los elementos con capacidad de arder, dando lugar a lo ocurrido”, detallaron fuentes de la investigación.
La inhalación de humo, gases tóxicos y el aire extremadamente caliente dentro del departamento donde se iniciaron las llamas provocaron sus decesos. El fiscal porteño Sebastian Fedullo, que investiga el trágico incendio, aseguró esta mañana: “Preliminarmente, todo apunta a que sería algo accidental”.
De todas formas, había aclarado que hasta ese momento no tenían una hipótesis clara y que ya había solicitado las pericias correspondientes para averiguar el origen del siniestro, que se desató en el séptimo piso del edificio ubicado en el cruce de Ecuador y avenida Córdoba, donde fallecieron una madre y cuatro de sus hijos de 17, 9, 8 y 3 años.
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