El drama de los niños y el consumo de las drogas en Rosario todavía genera estupor en la opinión pública. Por eso, el sacerdote Fabián Belay, titular de la Social Pastoral de Drogadependencia de la ciudad santafesina, volvió a referirse al tema y rogó por una participación más activa del Estado para frenar el establecimiento del narcotráfico en los barrios más vulnerables.
El cura aseguró que el presente de los chicos de 8 o 9 años consumiendo cocaína en las zonas más pobres de Rosario es la evidencia de las secuelas de la pandemia y la falta de acción por parte de las autoridades gubernamentales.
“Lo asocio mucho con la pandemia. Un chico que vive con una familia que no puede ser contenedora. Pensemos dos años en los que no fue a la escuela, no tuvo espacios comunitarios abiertos, no tuvo el club, se quedó en la calle. Esto es el resultado de eso. El resultado de dos años en los que no hubo ningún tipo de contención. Nosotros estuvimos de acuerdo con las medidas que se tomaron, pero la realidad es que hay otra crisis por debajo que es el problema de la marginalidad. Entonces, eso fue un combo en el cual, al no estar presente el Estado y las organizaciones religiosas y sociales tampoco, aparecen otros actores que toman este lugar, como el narco”, expresó Belay en declaraciones al periodista Eduardo Feinmann, en Radio Mitre.
“El problema del narco no es el problema del narco en el barrio. Rosario tiene toda una infraestructura financiera que vive a costa de la sangre de los adolescentes y los niños en los barrios. Ves una Rosario pujante en el centro, pero por fuera de los bulevares es una ciudad que hace 30 años no tiene un crecimiento proporcional a lo que crece el centro”, agregó.
Belay fue quien el lunes aseguró en una nota publicada por el diario La Capital que en los últimos tiempos le llegaron historias de chicos de 8 y 9 años que se iniciaron en el consumo de la cocaína.
Otro de los focos a los que apuntó el sacerdote fue al de las políticas de la reducción de daños, en cuanto al consumo de drogas. Esta dinámica permite recordar la reciente campaña de la Municipalidad de Morón, en la que se recomendaba un uso responsable de las drogas y se daban consejos sobre cómo era la manera óptima de consumir cocaína, marihuana y otras sustancias.
“Rosario fue durante mucho tiempo el bastión de todo el tema de la reducción de daños, ante lo cual nosotros no estamos en contra. El tema es que fue la única mirada. Y cuando vos tenés un 30, 40, 45 por ciento de pobres en la ciudad, como nos está pasando ahora, esa mirada termina naturalizando el consumo en una población que no tiene la fuerza o los elementos y las herramientas para poder decir no”, analizó.
“La reducción de daños hay sectores de la sociedad que tal vez eso lo pueden sostener. Que pueden consumir un porro sin que eso sea una adicción. El tema es que cuando vos tenés un nivel sociocultural no fuerte, cuando no tenés políticas de inclusión, eso es tomado por un niño de un barrio vulnerable y esa naturalización es la que te lleva, porque también termina generando una naturalización del consumo, provoca esto”, completó.
Belay denunció que en Rosario ya se acumularon al menos 25 años sin una campaña de prevención al consumo de drogas. También advirtió que la Universidad Nacional de Rosario y los hospitales no forman en la especialidad a profesionales como psicólogos, psiquiatras, médicos clínicos o trabajadores sociales, entre otros. “Entonces, hoy llegan muchos jóvenes a los hospitales con problemas de drogas y no encuentran gente que tenga formación en esa área”.
Además, Belay también apunto a la falta de desarrollo urbanístico en la periferia del centro de la ciudad, lo que provoca un aislamiento total de sus residentes y profundiza su grado de marginalidad.
“Nosotros pedimos que por favor en este tema no se meta la grieta. Toda la política lo mira en conjunto y se pone de acuerdo, y también se suman los sectores privados y los sectores de la iglesia y las organizaciones. Necesitamos sacar lo mejor de nosotros y organizar el bien. El mal ya está organizado, se llama mafia. Ahora necesitamos organizar el bien porque es el único modo que tenemos de decir que Rosario tiene una oportunidad”, reflexionó.
Tanto el cura como diferentes organismos sociales, le pidieron, casi que le rogaron, a la UNR que realice una encuesta confiable y profunda sobre el drama del consumo de drogas entre los jóvenes en la principal ciudad de Santa Fe.
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