Diversas organizaciones sociales y agrupaciones religiosas preparan para el próximo jueves una marcha en Rosario para dar visibilidad al grave peligro que atraviesan los adolescentes y los niños respecto al consumo de drogas de la ciudad.
El trasfondo de la convocatoria es muy preocupante. De acuerdo a los especialistas y a los líderes religiosos de las zonas más vulnerables de la ciudad santafesina, se registraron en el último semestre casos de niños de apenas 8 ó 9 años atrapados por la drogadicción y el consumo de cocaína.
Los líderes de los programas de lucha contra el consumo indicaron que durante los dos años de mayor grado de confinamiento por la pandemia de Covid-19 se incrementó el acercamiento de los menores de 18 años a las drogas y que las autoridades de sanidad pública no están tomando dimensión del problema que se avecina.
“El consumo es cada vez más precoz. Nos han llegado a comentar de pibes que toman cocaína a los 8, 9 años”, aseguró el sacerdote Fabián Belay, uno de los referentes de la Pastoral Social de la Drogadependencia de Rosario, en declaraciones al diario La Capital.
“Queremos una justicia que tenga una mirada restauradora con los pibes que delinquen y consumen, para que puedan salir adelante y dejen de ser el material descartable”, agregó el cura.
La Pastoral Social de la Drogadependencia, junto a otras organizaciones sociales, comandará el próximo jueves la marcha denominada “Ni un pibe menos por la droga”. La cita es en la plaza Montenegro, en las calles San Luis y San Martín, el próximo jueves a las 15 horas.
La idea es que, durante la manifestación, la Pastoral y otras organizaciones barriales difundan una serie de medidas que le exigirán tomar al Gobierno provincial y a los dirigentes de la propia ciudad en el transcurso de este año.
El gran foco de la lista de consignas a realizar radica en el planteamiento de políticas públicas sustentables y con objetivos marcados a largo plazo.
Entre algunas de las medidas se pedirá el refuerzo de contrataciones en la sanidad pública en cargos como psiquiatras, psicólogos, enfermeros, médicos clínicos y trabajadores sociales, entre otros.
Asimismo, se les pedirá a las figuras políticas que no utilicen el narcotráfico para ensanchar la grieta ideológica y política existente en la ciudad y que las mejoras se sustenten en una inclusión de ese grupo de adolescentes de riesgo dentro de la sociedad.
“No sabemos las consecuencias de lo que está dejando esto en distintos barrios de la ciudad a nivel neurológico, social, clínico y psicológico. Hoy no hay estudios serios y creemos que la Universidad Nacional de Rosario podría aportar; necesitamos que pueda elaborar una estadística”, explicó Belay, quien lamentó que en la actualidad no hay cifras confiables sobre el flagelo del consumo de drogas entre los menores de edad en Rosario.
“Necesitamos que todas las organizaciones sociales, instituciones civiles y religiosas sean convocadas para la elaboración de estas políticas”, agregó.
El sacerdote deslizó duras críticas al Poder Judicial de Santa Fe, al que acusa de tratar a los menores de edad con problemas de adicciones como un deshecho y que una vez que estos chicos son derivados a las cárceles o reformatorios, ya nunca pueden escapar de ese sistema.
“Muchas veces en el ámbito de la Justicia muchos de nuestros chicos, niños, adolescentes y jóvenes de barrios carenciados son tomados por el sistema delictivo y usados como material descartable, que terminan siendo desechados en las cárceles y en los cementerios”, afirmó el sacerdote, en referencia a los menores, a quienes les auguró que puedan aferrarse a un nuevo estilo de vida.
Por su lado, el padre Claudio Castricone, cura de la parroquia Nuestra Señora de Fátima brindó un análisis muy duro sobre el cambio en el comportamiento de los adolescentes en el último año y medio.
“Veo mucha más violencia que antes de la pandemia. Noto en la gente algo que es a todo nivel. No solo en las balaceras y los muertos sino en la violencia entre los más chicos. Todo se arregla a las piñas. Y por otro lado, percibo rostros con mucho temor, algo que antes no lo notaba. Miedo a estar en la vereda, a salir a un mandado, a ligarse un tiro de rebote”, le afirmó a La Capital.
Además de la marcha, se espera que el mismo jueves, el arzobispo rosarino Eduardo Martín participe cerca de las 18.30 en una sede de la Universidad Católica Argentina de un encuentro multisectorial con el fin de la generación de propuestas de empleo digno en todo el territorio nacional.
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