Reabren la “Garganta del Diablo” en las Cataratas del Iguazú, tras la imponente crecida del río

La zona estuvo cerrada de manera preventiva por el aumento del caudal en el río Iguazú. Se trabajó durante cuatro días para rehabilitar el lugar

Paseo Garganta del Diablo durante la creciente del río

A diferencia de la disminución en el caudal de agua y sequía durante el verano, el río Iguazú tuvo una crecida imponente luego de las lluvias en Brasil. Debido al peligro de la situación, el circuito conocido como la Garganta del Diablo permaneció cerrado durante cinco días. Luego de importantes tareas de refacción, quedará rehabilitado a partir de este miércoles.

La creciente del río Iguazú marcó un registro poco habitual y con valores cercanos a los 8.000 metros cúbicos. Por tal motivo, operarios del Parque Nacional Iguazú decidieron cerrar el acceso a el circuito conocido como la Garganta del Diablo debido al peligro que representaba.

Luego de realizar varias tareas de control y refacción en las zonas afectadas. personal del Parque Nacional Iguazú confirmó que están dadas las condiciones para que se proceda a la reapertura tanto de las pasarelas como del mirador principal del circuito. Por tal motivo, se confirmó que los turistas que lo deseen, podrán acudir a partir de este miércoles.

La crecida del río llegó a un punto máximo y el caudal de agua rebasó las pasarelas. Por ende, el peligro no solo se centro en quienes suelen recorrer la zona, sino también en la estabilidad de la estructura por donde se camina.

Durante el sábado pasado las condiciones climáticas empezaron a ser favorables y personal de Parques Nacionales inició las reparaciones en áreas afectadas. A lo largo de cuatro días, personal técnico de la empresa concesionaria Iguazú argentina, dieron por finalizadas las tareas y se autorizó la reapertura del paseo peatonal hacia el mirador del Salto Unión, popularizado como Garganta del Diablo, informó Télam.

Dado que a partir de hoy los visitantes podrán acceder a todos los espacios en las Cataratas del Iguazú, se reiteró el pedido de no alimentar a las especies autóctonas que habitan en el área protegida. De esa manera, conservar el parque que fue distinguido como Patrimonio Mundial por la Unesco.

La crecida del río que inició hace una semana, se produjo en la cuenca alta, aunque no generó una alarma como la ocurrida en 2014, momento en que el caudal de agua había aumentado en mayor proporción incluso y en consecuencia se llevó parte de la pasarela. El intendente y biólogo Atilio Guzmán recordó que luego “vino un periodo de sequía entonces hace bastante que no se ve esta situación”.

A diferencia de aquel hecho que quedó en la historia de las Cataratas del Iguazú, esta vez no estuvieron todos los circuitos de cerrados, de hecho, algunos sectores permanecieron operativos como así también las prestaciones de servicios turísticos de las áreas de uso público. Por eso, uno de los mayores atractivos del país no se vio afectado por completo y solo se tuvo que trabajar en algunas de las pasarelas con el fin de garantizar la estabilidad.

El antecedente más cercano a una crecida de gran magnitud, se produjo en abril de 2020, es decir durante los primeros días de la cuarentena. En ese momento, el río Iguazú registró un caudal de 280 metros cúbicos por segundo. Sin embargo, la situación más dramática en este siglo ocurrió durante 2006, año en el que la medición fue de 122 metros cúbicos.

Si bien las condiciones están dadas para la rehabilitación del lugar turístico, se advirtió que su continuidad dependerá de cómo sigan las condiciones climáticas en el sur de Brasil. Y es que a partir de las mencionadas lluvias se produjo el incremento de caudal en el río que alimenta a las Cataratas del Iguazú y que normalmente tiene entre entre 1.500 y 2.000 metros cúbicos por segundo. Luego del alerta que despertó la situación, las autoridades del lugar confirmaron que está disminuyendo el caudal de agua y por ende, se normalizan los valores de manera paulatina.

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