Frente al Teatro Colón, en un poste de luz hay un placa metálica con un código QR y la frase “escanea para viajar al pasado”. No llama la atención ni perturba el paisaje, pero guarda un secreto a la vista de todos: si lo escaneas, desde la misma posición en la que estés parado, te lleva a ese lugar tal como era hace 100 años. No es magia, es el arduo trabajo de Carolina Repetto y Francisca Ulloa, dos historiadoras que armaron -durante más de 2 años- BAenFoco, un proyecto de historia pública, que combina las fotografías del Archivo Histórico de la Nación con la incorporación de datos curiosos, un mapa de turismo interactivo, y una extensa curaduría de información sobre los lugares. Como si se tratase de una suerte de Wikipedia, pero juntando todo en un mismo sitio. El resultado es un viaje a otra época, un túnel del tiempo para regresar al pasado de los lugares donde sucedieron hechos significativos de nuestro país.
Las creadoras de BAenFoco tienen 26 años, son licenciadas en historia, están realizando sus maestrías, y son profesoras de diversas materias con alumnos que van desde el secundario hasta la universidad. Este proyecto las volvió, además de compañeras, activistas de la historia pública, una rama que busca la difusión a un público de no historiadores.
Carolina nació en Buenos Aires, pero a los 8 años se fue con su familia a vivir al extranjero. Estuvo en México y Canadá, y a sus 14 volvió a Argentina. A su regreso era casi como una turista más. Lo mismo le pasó a Francisca: es de Salta, y venir a Buenos Aires era un destino turístico donde recorría, además de los sitios tradicionales, todos los museos. Algo las unía sin conocerse: de chicas las apasionaba leer enciclopedias, y en vez de ver Floricienta o Casi Ángeles, preferían sintonizar History Channel. Francisca llegó sola a los 18 años a vivir a la ciudad para ir a la universidad. En su primera clase conoció a Carolina, y desde ese momento se volvieron inseparables.
Pero al recibirse, buscaron llevar el conocimiento adquirido al mundo real, sacar para afuera todo lo que aprendieron en los libros. ¿De que te sirve tener tanto conocimiento si no podes compartirlo con los demás?, podría haber sido una de las preguntas que susurraban en sus mentes, hasta que una tarde del 2019, con la canción de ´Pronta Entrega´ de Virus de fondo, mientras tomaban unos mates, se les ocurrió una idea: “¿Te imaginas unos lentes de realidad aumentada que te lleven a ver como vivían en esa época?”, dijo Carolina, y Francisca le propuso volverlo realidad. Combinar la tecnología con la historia y ponerla al alcance de todos de forma gratuita. Esta vez sin realidad aumentada, pero sí con QR, páginas web y digitalización de material fotográfico antiquísimo. La conversación terminó entre risas y unas cervezas, pero ese día se había plantado el inicio de algo: un proyecto que innove en la relación de los habitantes con la cultura.
Tardaron dos años de intenso trabajo en poder hacerlo realidad. A través del programa de Mecenazgo de la Ciudad de Buenos Aires, fueron seleccionadas en el 2019 y recibieron $140.000 (pesos) de una empresa Naturgy. Con eso construyeron todo lo necesario para darle vida a su idea, armaron una página web, mandaron a hacer los QR, pagaron los carteles y ellas mismas los colocaron en diferentes puntos estratégicos. Carolina agrega: “Lo bueno de los fondos es que te ayudan a estructurar el proyecto, se organiza el tiempo y cómo hacerlo”.
BAenFoco es una herramienta gratuita, que combina la accesibilidad a través de la tecnología, con una amplia curaduría de documentación histórica y fotografías de diversos Archivos Públicos. “Se puede acceder a través de los 13 QR metálicos que se encuentran en diferentes puntos de la ciudad, como el Congreso, la Facultad de Derecho, el Teatro Colón, etc. A su vez, brinda un mapa interactivo para realizar recorridos turísticos caminando. Si tenés un rato libre y querés recorrer la ciudad podes ver el mapa que recomendamos e ir a tu ritmo por los diferentes puntos”, explican. También se puede acceder a través de Instagram o en la página web baenfoco.com.ar y realizar el recorrido de forma virtual, contemplando el paisaje de un siglo o más atrás. Allí también se incluyen datos curiosos y estudios con mayor profundidad sobre los acontecimientos sucedidos e información chequeada del espacio. Es un proyecto con fines sociales, con criterios sustentables, que se inauguró este 2022.
Francisca llega a tomar un café frente al Cementerio de Recoleta, luego de hacer un tour guiado, esta semana recorrió el mapa con sus alumnos. Se sienta al lado de Carolina, y comienza: “es una clase que cambia la dinámica con caminar y discutir. Las nuevas generaciones ya crecieron con el código QR. Esta semana lleve 70 alumnes y todos escanearon el código. ‘Profe hay un QR’, me dijeron, y fui yo quien lo puse. Nuestro proyecto no es casero, es una herramienta con mucho trabajo encima y mucho potencial, lo superamos el día que dejamos de pensar en stickers pegados. Queremos que sea interactivo y que estén las nuevas tecnologías, es lo que planteamos a la hora de cranearlo”. Carolina, por su parte, plantea: “¿Cómo podemos combinar la cuestión de enmarcar el presente con el pasado? Siempre estuvimos vinculadas a cómo combinar la historia con la tecnología y todo lo que surja. La problemática con las redes sociales es que hay mucha difusión y nadie lo chequea”. De esta forma comenzó la iniciativa.
El camino fue muy duro. Tuvieron que analizar, recortar, marcar, y sacar información de más de 40 libros de historia y estudios académicos. Ir al Archivo Nacional todos los días durante meses, ya que -resaltan- solo te dejan sacar 15 fotos cada vez que lo visitaban. Mientras armaban el proyecto llegó la pandemia, lo que les permitió llevarlo más a fondo. “Heredé todos los libros de historia urbana de mi abuelo que acaba de fallecer”, agrega Francisca. Por ejemplo, para el QR del Teatro Colón leyó un libro entero sobre ese edificio, con detalles desde cuánto pesaban los materiales de construcción, los tipos de columnas, hasta todas las personas involucradas en su realización. Ese tipo de información la convirtieron en un apartado de datos curiosos.
En el medio de la conversación, abren la computadora. Tratan de dar un uso práctico a los archivos históricos, por lo que entran a su página web. Si bien el chiste es caminar la Ciudad, el recorrido se puede hacer desde el living de nuestras casas a través de la página, escaneando la misma información. Las historiadoras señalan unas fotos blanco y negro, y comentan: “El impacto visual es muy fuerte. Donde estés ubicado podés asociar cómo era en el pasado. Por ejemplo, en Plaza San Martín, había un depósito de esclavos y corridas de toros. La ciudad es un teatro, con el QR cambias la escenografía y la obra, impacta en los modos que lo percibís”. Reconocer la importancia de un acontecimiento histórico de ese tipo podría hacernos tomar conciencia de las desigualdades del presente.
Con un gran estilo eco-creador, tuvieron en cuenta la sostenibilidad para llevarlo a cabo, según remarcan en sus inicios trabajaron con un arquitecto que contemple estos aspectos. Comentan: “Santiago Cornejo trabajó un tiempo con nosotros, por eso todo lo que usamos es material ecológico. La idea es no irrumpir en el paisaje urbano, todas las placas son de material reciclable, no de plástico que contamina, sino de chapa. También sabemos que el celular reemplaza el papel de un folleto, algo que no arruine la viste y la estética de la ciudad. Además, todos los recorridos son a pie, no necesitas un auto, no requerís contaminar como el turi-bus, es a pie al paso de cada uno”.
Pero eso no fue lo único: pensaron en los adultos mayores, afirman: “buscamos a un público muy integral, pensamos en los tipos de dedos, para la gente más grande, podes poner más espacio para que sea accesible. La página es sencilla, para que la pueda utilizar un adulto mayor. Es súper accesible e inclusivo, todos los celulares leen QR”.
Aunque empezaron con 13 placas en la Ciudad, hoy piensan expandirse a otras provincias, con una dinámica distinta ya que los archivos son, por lo general, privados. Mientras que, frente a la posibilidad de realizarlo en barrios populares, afirman: “querríamos tener 1.500 placas en toda la ciudad. El plan sería que vayas a Mataderos, Belgrano, Monserrat, cualquier lado y puedas usar nuestros recorridos, ampliarlo en más lugares. Creemos que este proyecto podría ser aplicado incluso en barrios populares, son parte de la historia, parte de la conformación de la ciudad en pasado y presente”.
“Nosotras, como historiadoras, tenemos la responsabilidad de hacer contenido que esté chequeado, que llegue a la gente y que sea de fácil entendimiento”, concluyen Carolina y Francisca sobre BAenFoco, la herramienta inclusiva que crearon y busca impactar en el turismo y la forma en que los habitantes se relacionan con el pasado.
Dónde están los QR
Siguiendo el recorrido recomendado por las historiadoras, para encontrar los QR y vivir la sensación de viajar al pasado podés acercarte a las siguientes ubicaciones:
Recorrido clásico:
Congreso: Rodríguez Peña 1180
Palacio Barolo: Av. de Mayo 1401
Tribunales: Talcahuano 600
Teatro Colón: Tucumán 1202
Diagonal Norte: Av. Pres. Roque Sáenz Peña 950
Obelisco: Av. Corrientes 1200
Casa Rosada: Av. Rivadavia 308
Recorrido Recoleta:
Biblioteca Nacional: Austria 266
Facultad de Derecho: Av. Pres. Figueroa Alcorta 2301
Museo Nacional de Bellas Artes: Av. Libertador 1474
Plaza Alvear: Av. Alvear 2149
Palacio Alvear: Av. Alvear 1901
Plaza San Martín: Av. Maipú 1270
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