Siguen muriendo mujeres en Argentina a manos de femicidas. Como hace siete años. Como siempre. Entre la primera de las marchas por Ni Una Menos, en 2015, y esta, la séptima, la de 2022, mataron a 2.000 aproximadamente. Por eso, una multitud de mujeres se abrazó este viernes helado alrededor del Congreso de la Nación para reclamar nuevas y viejas consignas en torno a la situación de vulnerabilidad que viven en Argentina: por una reforma judicial feminista, por la Ley Integral Trans y por el fin del “chineo”, los abusos sistemáticos y que vienen de los tiempos de la colonia contra niñas, niños y adolescentes indígenas por parte de criollos.
Bajo la clásica cúpula del Palacio Legislativo, esta vez teñida de color violeta en honor a esta movilización, volvieron a juntarse las mujeres. Colectivos de mujeres organizadas, agrupaciones políticas, grandes y chicas sueltas, todas se juntaron desde la tarde para unir sus voces en un solo reclamo. “Se lo debemos a todas las que no volvieron”, decía la cartulina de Frida, una chica de 26 años, psicóloga, que llegó desde Caballito junto a un grupo de amigas en lo que fue mucho menos una celebración feminista que una tarde de lucha y quejido.
“Hay mucha gente que cree que esto está superado pero no es real. Este tipo de desigualdades se encuentran todos los días en el trabajo y en las relaciones interpersonales”, comentó la joven. Y agregó: “Hay que seguir marchando en pandemia, las mujeres nos seguimos movilizando porque esta es una realidad que existe en nuestras vidas todos los días”.
Frida pidió que esta crónica haga un homenaje a su abuela Hebe, de 83 años, docente jubilada. “Hoy le conté que venía y se emocionó. Me dijo que le hubiera gustado venir conmigo si no fuera tan vieja y no hiciera tanto frío”, relató entre las risas y la emoción la chica: “Pero me dijo que estaba feliz de que yo viniera también en su nombre”.
“Vivas, libres y desendeudades nos queremos. El Estado es responsable”, fue una de los gritos que difundió el Colectivo Ni Una Menos en sus redes sociales. La marcha comenzó temprano en Plaza de Mayo. Desde allí salió una extensa columna hacia el Congreso pasadas las 16 y llegó a la avenida Entre Ríos dos horas y media después.
En ese mismo momento, se desmontó otro escenario, en la esquina de Callao y Rivadavia, donde las agrupaciones de izquierda hicieron su propio acto, aunque las consignas fueron las mismas. “Hoy tenemos un femicidio cada 27 horas. Por eso volvemos a salir a la calle para reclamar que se tomen todas las medidas que sean necesarias, con urgencia, y denunciar que los gobiernos y el Estado son responsables”, comentó la diputada Myriam Bregman, del Frente de Izquierda, desde el asfalto entre las jóvenes militantes.
Entre las organizaciones políticas también estuvieron el Movimiento Evita, Libres del Sur, Izquierda Latinoamericana y Movimiento Socialista de los Trabajadores. De los movimientos sociales se vieron banderas y grupos de Barrios de Pie, Libres y Diversas. También participaron organizaciones como Mamá Cultiva Argentina o la Coordinadora Sin Fronteras de Fútbol Feminista, que agrupa los espacios feministas de los clubes de fútbol afiliados a AFA.
”A 7 años de nuestra primera movilización, volvemos a confluir en esta jornada de lucha contra los fundamentalismos reaccionarios, misóginos y racistas para decir Ni Una Menos”, se escuchó en el inicio de la lectura del documento, firmado entre otras por Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora; Ni Una Menos; la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito y la Asamblea Feminista de la Villa 31 y 31 bis. El texto tiene 41 puntos de reivindicaciones, entre las que destaca “¡Basta de Justicia patriarcal!” y se reclama “una reforma judicial feminista que garantice el acceso al sistema de justicia para mujeres, lesbianas, bisexuales, travestis, trans y no binaries”.
“Estamos hartas de violencia machista y patriarcal. Organizamos la rabia en la calle. Contra los travesticidios. Estamos en duelo y también estamos rabioses por el chineo, por las violaciones correctivas a las lesbianas, a los trans, a les no binaries. Contra el abuso sexual en la infancia. Nos mueve la bronca, por el racismo estructural, por el abandono en los barrios populares, porque las porque las que pagan con el cuerpo la pobreza somos nosotras y nosotres, porque queremos de una vez salarios para las y les que cuidan”, fue el mensaje del Colectivo Ni Una Menos desde un escenario montado frente a la fachada del bellísimo Palacio.
Jóvenes con pañuelos verdes y violetas, glitter, banderas y abrigos monopolizaron la zona. Estrella y Lucía, las dos de 27 años, son amigas. Una vive en el conurbano sur, la otra en Capital. Las dos piden lo mismo. “Hay muchas deudas pendientes con las mujeres en el país y en Latinoamérica. También hay consignas particulares de las provincias, la situación es heterogénea, desde médicas imputadas por hacer abortos, o el chineo, que no baja en los pueblos”, comentó Lucía. ¿Algo mejoró en estos siete años para las mujeres? Responde Estrella: “Se está visibilizando y tenemos más información. Eso ayuda. Hay cosas que mejoraron pero la tasa de femicidios sigue siendo alta. Si bien se avanzó, hay que seguir”.
Cerca de 2 mil mujeres fueron víctimas de femicidios en todo el país desde la aparición del movimiento “Ni Una Menos”, hace siete años, según las estadísticas que elaboran distintas organizaciones feministas. Las provincias de Salta, Santiago del Estero y Jujuy son las que tienen las tasas más altas de casos en relación a la cantidad de habitantes. Es el número al que llegaron las organizaciones MuMaLá-Mujeres de la Matria Latinoamericana, el Observatorio Lucía Pérez y La Casa del Encuentro, que elaboraron informes especiales y juntan datos desde el 3 de junio del 2015 -día de la primera marcha del “Ni Una Menos”-.
Desde la Coordinadora de Fútbol Feminista marcharon grupos de mujeres de Independiente, Boca, Racing y Huracán. “Pedimos profesionalización del fútbol femenino real, implementación de la Ley Micaela en los clubes, ampliación de protocolos en AFA”, explicó Ludmila, de Racing Feminista. Su compañera Karen amplió: “Además de los reclamos puntuales del fútbol femenino, exigimos la aparición de Tehuel, nos manifestamos por la reforma judicial feminista, que es súper necesaria, y que la Policía actúe en las denuncias”.
“Cantamos las mismas canciones, no solo somos hinchas, vienen jugadoras. Estamos todas unidas más allá de la camiseta. Todas vivimos situaciones similares en todos los clubes, machismo, discriminación”, completó Ludmila, mientras sus compañeras colgaban las banderas de los clubes en una de las rejas de la plaza.
Al lado de ellas marchaba una chica, con la cabeza envuelta en un pañuelo violeta. La mirada apuntaba a la cúpula del Congreso. Su cara era de furia. Los brazos en alto. Con sus manos sostenía una cartulina, pintada con marcador y una frase, que quizás resume esta, la séptima marcha del Ni Una Menos, y todas, las que fueron y las que vendrán: “¿Te cansas de oírlo? Nosotras de vivirlo”.
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