Margarita Barrientos, fundadora del comedor social Los Piletones -con sedes en la Ciudad de Buenos Aires y Santiago del Estero- se mostró triste y preocupada por el avance de la pobreza en el país, pero sobre todo el norte argentino donde los jefe de hogar “ganan 300 pesos por día” haciendo changas.
El último informe del INDEC, que pertenece al último semestre de 2021, arrojó que el 37,3% vive bajo el nivel de la pobreza. De los datos oficiales se desprende que hay 10,8 millones de pobres y 2,4 millones de indigentes y que la región de Cuyo, el Noreste y el Noroeste son los aglomerados urbanos más afectados del país.
“La situación está difícil y la gente ya no puede acceder a lo esencial. Los chicos dejan de ir a la escuela en sexto grado porque tienen que ayudar a los padres a parar la olla”, afirmó la dirigente social a La 990 Radio, desde Añatuya, donde tiene uno de sus comedores la referente social.
“Lo peor que nos puede pasar es decirle a una persona ‘no quedó nada’ cuando viene a buscar comida y ver cómo se le transforma la cara de tristeza”, se lamentó Barrientos, quien trabaja incansablemente desde las 7 de la mañana hasta las 8 de la noche para brindar las 4 comidas diarias a los santiagueños más necesitados.
El comedor Los Piletones fue creado en 1996, en el barrio porteño de Villa Soldati, y recién el año pasado fundó otro en esa provincia norteña. Los Piletones fue el inicio de una serie de obras benéficas emprendidas por la santiagueña que hoy se expresan en la Fundación que lleva su nombre, y que comprende un centro de salud, dos jardines de infantes, un centro para abuelos, una panadería, una biblioteca y un club de madres, entre otros proyectos.
Aunque durante el gobierno anterior, Barrientos apoyó públicamente a Mauricio Macri, con el cambio de gobierno aceptó formar parte de la Mesa contra el Hambre pero con la llegada de la pandemia manifestó su preocupación por la “situación dramática” y llamó a la unidad política para salir de la crisis sanitaria.
Si bien Barrientos fue recibida por el presidente Alberto Fernández y el ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta; quienes le brindaron su apoyo y le aseguraron que le enviarían los fondos necesarios para solventar la ayuda que brinda su fundación, ella asegura que son insuficientes debido a que cada vez más gente se acerca a los comedores.
“Hace mucho tiempo que estoy sola. A mi alrededor está la gente que me acompaña a diario. Me siento muy triste y sigo adelante porque la gente realmente lo necesita”, admitió Barrientos con resignación.
Además, dijo que hoy está pagando las consecuencias de haberse mostrado cerca del ex presidente Macri durante su gestión. “En un tiempo quise pensar que la política no me usó, otras me siento usada. Pero yo lo aprecio mucho a Mauricio y fue mi decisión, él jamás me pidió que lo apoyara”, aseveró haciéndose cargo de la decisión tomada.
Y agregó: “Tengo solo hasta tercer grado. Si hubiese tenido más estudio no me hubiese pasado. Yo lo hice pensando en la necesidad de la gente”.
Consultada acerca de cómo es actualmente su relación con el ex presidente, Barrientos admitió que “hace mucho” que no habla con Macri. “Recibí cuestionamientos por mi acercamiento a Macri, es una parte del castigo que vengo recibiendo. Siempre dije que me castiguen a mí y no a la gente, que encima los votó”, destacó.
Por último la dirigente social mostró su preocupación porque “la gente que viene a hacer cola para retirar un litro de leche y un kilo de pan” y la situación está lejos de llegar a revertirse. “Ellos son los perjudicados”, enfatizó. “Y ver a los chicos de 17 años que dejan el colegio para consumir porro en la esquina también es muy triste”, concluyó.
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