Los Rolling Stones, a 50 años de Exile on Main Street: exilio en Francia y un sótano lúgubre para la música y los excesos

En abril de 1971 la banda huyó a la Costa Azul, casi quebrada financieramente por la presión impositiva del gobierno inglés. La Villa Nellcote que alquilaron se convirtió en su mundo. Y su sótano, en el lugar de creación. Allí nació, entre botellas de whsiky y otras sustancias, el LP que salió a la venta el 12 de mayo de 1972 y se convirtió en uno de los 100 discos más reconocidos de toda la historia del rock

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Keith Richards y Mick Jagger
Keith Richards y Mick Jagger en el aeropuerto de Heathrow, en Londres, el 26 de mayo de 1972. Los músicos se ausentaron de Inglaterra por la presión impositiva que había en esa época (Photo by Evening Standard/Hulton Archive/Getty Images)

Durante abril de 1971, el grupo The Rolling Stones partía al exilio en el sur de Francia. Los Rolling huían, casi quebrados financieramente, de la presión impositiva del gobierno laborista de Harold Wilson. El asesor económico del grupo les aconsejó irse por lo menos dos años para juntar la plata con que pagar. El 7 de abril partieron en un vuelo privado a París y desde allí a la Costa Azul.

Rolling Stones - Happy

Eran, ya para esa época, el mejor conjunto de rock and roll de todos los tiempos. Su salida de Inglaterra fue una conmoción, especialmente entre los jóvenes inmersos en ese idioma generacional, la música, que “podía cambiar al mundo”. Ya no eran 5 sino 4+1, y se explica: el quinto había sido Brian Jones, muerto en julio de 1969 en extrañas circunstancias. Su sucesor fue Mick Taylor que veía de tocar con el gran blusero John Mayall.

Mick Jagger y Bianca Pérez
Mick Jagger y Bianca Pérez Morene de Macías el día de su boda, el 12 de mayo de 1971. Ambos se mudaron a la Costa Azul durante la grabación de Exile on Main Street, uno de los discos emblemáticos de los Rolling Stones (Photo by Express/Express/Getty Images)

La historia cuenta que a Mick Jagger, Keith Richards, Bill Wyman y Charlie Watts se plegaron, especialmente contratados para ir a Francia, tres grandes músicos de la época. Ellos fueron el saxofonista Bobby Keys; el trompetista James Jim Price y el pianista Nicky Hopkins. Imaginariamente, y aunque para muchos sean tirados al azar, detrás de los tres entraron los sones de Duane Allman, Leon Rusell, Gram Parsons, Joe Cocker, Delaney and Bonnie, Jorma Kaukonen, Chuck Berry, Little Richards y muchos más; la “crema” de la Costa Oeste de los EEUU.

Rolling Stones - Rip This Joint

Comenzaron a distribuirse en diferentes casas. Jagger y Bianca lo hicieron en Niza; Watts en Avignon y los Richards (Keith, Anita Pallenberg, y su hijo Marlon) alquilaron la Ville Nellcote en el pueblo de Villefranche-sur-Mer, una casa enorme con dos plantas y un gran sótano, y embarcadero propio. Keith contó que esa casa la había construido Byrd, un almirante inglés. Se olvido, también, de contar que en los años 40 había sido la sede regional de la Gestapo. Los Richards fueron felices porque nadie los reconocía y podían caminar libremente sin el asedio de los fans. Keith, contó, estaba doblemente feliz porque el pueblo no estaba muy lejos de Marsella, donde se podían conseguir “productos ilegales”: heroína, cocaína, marihuana y hachis.

Keith Richards junto a Anita
Keith Richards junto a Anita Pallenberg y sus hijos. Ellos habían alquilado originalmente Ville Nellcote para establecerse luego de salir de Inglaterra para evitar la presión impositiva. Pero luego, el sótano de la propiedad se convirtió en el estudio de grabación de Exile on Mail Street y la casa en vivienda de todo el grupo

Un tiempo antes, los productores recorrieron los estudios de grabación de la zona, también cines y auditorios, sin encontrar el lugar perfecto para realizar las sesiones de grabación. Entonces trajeron desde Londres el camión estudio-móvil y con eso solucionaron dos problemas: la calidad musical y el problema del idioma de los técnicos (no sabían francés). Establecieron la sala de grabación en el sótano y, tras esta decisión, todos vivieron en Nellcote para evitar viajes riesgosos en auto después de horas de trabajo.

La tapa de Exile on
La tapa de Exile on Main Street, de los Rolling Stones

Junto con los ocho músicos nombrados vinieron sus esposas, hijos, técnicos, amigos y groupies, conformando una tribu de 70-80 personas. “Terminé allí –relató Bobby Keys—porque es donde fueron todos, me invitaron. El sur de Francia y un joven de 20 años era una buena combinación. El cocinero Fat Jacques cocinaba para todo el mundo, y no había horarios fijos, hasta que un día desfalleció de tanta fiesta”.

Mick Jagger y Keith Richards
Mick Jagger y Keith Richards en escena (Photo by Robert Knight Archive/Redferns)

Eran dos mundos que se tocaban en la misma villa. Arriba gente durmiendo en camas, sillones, en el piso y el sótano donde de a poco se producía el proceso creativo. “El sótano era un lugar, húmedo, lúgubre, un sauna, sinceramente no sé cómo pudieron trabajar así”, dijo Pallenberg. Ese lugar, de paredes húmedas, con el piso regado de botellas vacías de Jack Daniel’s y ceniceros plagados de cualquier cosa, se convirtió en el centro del universo Stone y hora tras hora, día tras día, se fueron conformando las bandas del álbum.

Rolling Stones - Sweet Virginia

El método parecía ser siempre el mismo. Se soltaban con diferentes acordes y riff, luego Mick y Keith ponían la letra y nacía el tema. La canción era entonada como 20 veces hasta se macerara. El ingeniero de sonido, Andy Johns contó que tocaban mal durante dos o tres días, hasta que en un momento Richards lo miraba a los ojos al baterista Watts y Wyman inclinaba su bajo a 80º y convertían esta música maravillosa en una bendición. John imaginaba estar viviendo el clima de La Dolce Vita de Fellini.

Mug shot de Mick Jagger
Mug shot de Mick Jagger el 18 de julio de 1972. Ese día salió de la cárcel junto con Richards y por la noche dieron un concierto. Los habían detenido por agredir a un fotógrafo (Photo by Kypros/Getty Images)

A veces trabajaban separados. Mientras algunos estaban en el sótano, Keith y su amigo Gram Parsons (murió a los 26 años de sobredosis) repasaban los acordes de Sweet Virginia, uno de los temas más recordados. En otra ocasión, Keith se levantó, tras 24 horas de sueño, y no había nadie de sus compañeros. Bajó y junto con Jimmy Miller, en batería, y el saxo de Bobby Keys grabó el demo de Happy, un exitazo. Por ahí circula la foto de Keys, sentado en el piso en calzoncillos, tocando el tema. Comenzamos desorganizados, improvisábamos, y al final se convertía en una cosa genial, espontánea como el hipo, comentó con su voy sureña americana Bobby Keys.

Un día Keith le dijo a Mick Jagger: “Ya está, hemos terminado”. Y partieron a Los Ángeles para mezclar los temas con una ayudita de Doctor John, Billy Preston y otros amigos.

Mick Taylor, Charlie Watts, Mick
Mick Taylor, Charlie Watts, Mick Jagger y Keith Richards en el Winterland Ballroom de San Francisco el 6 de junio de 1972 (Photo by Robert Altman/Michael Ochs Archives/Getty Images)

El LP Exile on Main Street salió a la venta el 12 de mayo de 1972 y se convirtió en uno de los Top Ten de los 100 discos más reconocidos de toda la historia del rock and roll. Si alguno no cree lo que se dice, lea al imparcial crítico Robert Dimery en su “1001 discos que hay que escuchar antes de morir” y verá que Exile On Main Stteet es uno ellos.

De a poco, los miembros del grupo y de la tribu se dispersaron y Ville Nellcote cerró sus puertas. Ya no se escucharían, a través de sus aberturas, el sonido de Rip this Joint (el rock más fuerte que publicitaron, porque el demo Claudine es sólo para coleccionistas fanáticos) y las voces de Merle Haggard y George Jones, dos grandes del country que Richards admiraba, se apagaron.

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