La última expedición del Isla de los Estados: el hundimiento y el testimonio del hijo de uno de los 23 tripulantes fallecidos en Malvinas

El buque logístico de apoyo de la Armada fue atacado la noche del 10 de mayo de 1982 por la fragata HMS “Alacrity”: recibió quince cañonazos. Las palabras de Sergio, el hijo del maquinista naval Miguel Aguirre, y la reconstrucción de una fatídica maniobra de las tropas argentinas nueve días después del comienzo de las hostilidades en las Islas Malvinas

El ARA "Isla de los Estados" era un boque logístico que transportaba combustible, pertrechos y personal a las zonas que las tropas argentinas iban recuperando en Malvinas

Miguel Aguirre, oficial de la Marina Mercante y jefe de máquinas de a bordo, estaba de licencia después de haber navegado ocho meses. Se encontraba en su casa, con su hijo y su esposa, el viernes 2 de abril de 1982. Ese día, comandos anfibios de la Armada, tropas de la Infantería de Marina y efectivos del Regimiento 25 del Ejército anclaron en Puerto Argentino: interrumpían 149 años el dominio ilegítimo de Gran Bretaña en el archipiélago de Malvinas. Al enterarse de la recuperación de las islas, Miguel se cambió y se fue.

“No dijo una sola palabra. Se levantó y salió de casa. Después supimos que fue a Transportes Navales y se ofreció como voluntario para cubrir un puesto de trabajo. Unos días después le informaron que sería trasladado. Se fue en un jeep del Ejército. Pero volvió. No había lugar en el vuelo. Partió en la madrugada del martes 13. Ya no volvimos a verlo”, contó su hijo Sergio, quien por entonces tenía 17 años.

No pudieron convencerlo: ya había elegido su destino. Su esposa, que ya había perdido en la Segunda Guerra Mundial a todos los hombres de su familia, se enfrentó a un adiós similar. Pasaron doce días sin un contacto. “El 14 de abril nos mandó una carta muy corta. Las palabras eran de preocupación, pero nada más. Ninguna referencia al peligro. Y nos tranquilizó: ‘Estoy bien’”.

Maquinista Naval Superior Miguel Aguirre, jefe de máquinas del buque "Isla de los Estados" (Archivo naval)

El 10 de mayo de 1982 fue lunes. Miguel Aguirre era uno de los 25 tripulantes del ARA “Isla de los Estados”. Había sido comprado por la Armada dos años antes. Presumía de un porte de 3900 toneladas nacidas en Gijón, España, en 1975. Su tarea consistía en transportar 25 ovejas en pie desde las islas a Puerto Deseado por un acuerdo con el Reino Unido, entre otras cargas. Al mando del Capitán de Ultramar Tulio Néstor Panigadi, había zarpado de Puerto Deseado, Santa Cruz, el 28 de marzo como apoyo de la Operación Rosario, y había llegado a las islas dos días después de la recuperación: fue el primer buque de transporte en amarrar en Malvinas.

Pero ese lunes 10 de mayo a las diez de la noche, navegaba cerca de la isla Cisne, en el Estrecho de San Carlos por un área estaba dominada por las tropas británicas. El buque logístico de apoyo de la Armada pretendía llegar a Puerto Mitre cargado de pertrechos, combustible de aviación, munición y vehículos cuando una bengala luminosa a 200 metros de altura iluminó toda el área y delató su posición.

El ARA “Isla de los Estados” había sido descubierto. La fragata HMS “Alacrity” comenzó a atacar a cañonazos. Estaba bajo fuego. Quince proyectiles de 114 mm impactaron en el buque de la Armada argentina. El primer disparo dañó el costado derecho: comenzó a escorarse sobre estribor. Una explosión mató a la mayoría de la tripulación: la unión del fuego enemigo con la carga de combustible y municiones que llevaba el buque causó una letal explosión y un rápido naufragio.

Sergio Aguirre en la tumba de su padre Miguel, en el cementerio de Darwin, en las Islas Malvinas

Solo dos sobrevivieron. “Me quedé sentado sobre el casco. El barco estaba prácticamente horizontal, con los mástiles paralelos al agua. Se veía girar la hélice, mientras se hundía lentamente”, relató el entonces Capitán de Corbeta Esteban Payarola, uno de los sobrevivientes. El otro fue el marinero Alfonso López, de nacionalidad española. Quedaron juntos en la isla Cisne, en medio del estrecho, el 16 de mayo, cuando los rescató la tripulación del “Forrest”, un pequeño barco costero de la Falkland Island Company, capturado por la Armada Argentina el 14 de abril, al mando del teniente de navío Rafael Molini.

“El ataque fue un lunes. Nos enteramos el viernes por un comunicado del Estado Mayor Conjunto que decía ‘perdimos comunicación con el buque’. Poco después, Transportes Navales informó ‘Buque desaparecido. Buscamos sobrevivientes’. Y el final fue el certificado de fallecimiento…”, repasó Sergio Aguirre, quien hoy tiene 57 años, cinco más que su padre aquel fatídico día.

La esposa Ana María y el hijo de Miguel recibieron una medalla del Congreso y una pensión de guerra. Sergio creía que su padre no estaba en Darwin, que su cuerpo había quedado en el mar. Pero en Plan Proyecto Humanitario -que surgió gracias al trabajo incansable del veterano Julio Aro que impulsó devolverle la identidad a los caídos- le demostró que se había equivocado. Miguel Aguirre fue identificado por el equipo forense designado por la Cruz Roja Internacional en virtud del PPH: sus restos descansan en la tumba D.C.3.3. Sergio pudo finalmente cumplir su deseo y formó parte del contingente de familiares que visitó, en 2018, el cementerio militar en Malvinas.

La fragata HMS Alarcrity disparó quince cañones contra el Ara "Isla de los Estados"

“Fue muy duro seguir adelante solos: mi madre y yo. Pero peor fue la incertidumbre de los primeros días. La duda entre su muerte o la chance de que fuera un náufrago sobreviviente o un prisionero. Y una vez conocido su fin, el sentimiento contradictorio: desgarro por su pérdida, pero orgullo porque murió por la Patria”, expresó.

En una plazoleta de Vicente López hay una placa de bronce. El lugar se llama Miguel Aguirre. Debajo del nombre se lee “Héroe de la Patria fallecido el 10 de mayo de 1982 en el Estrecho de San Carlos, islas Malvinas, al hundirse el buque ARA Isla de los Estados bajo el fuego del invasor, ofrendó su vida como uno más de los 649 compañeros que junto a él dieron su vida por la Patria”. Y al final, una sentencia: “Las causas por las que se muere son las causas que no mueren”.

Nómina de caídos y sobrevivientes

Personal de la Marina Mercante:

Oficiales: Capitán de Ultramar Tulio Néstor Panigadi, Maquinista Naval Superior Miguel Aguirre, Piloto de Ultramar José Esteban Francisco Bottaro, Piloto de Ultramar Jorge Nicolás Politis, Maquinista Naval de Tercera Alejandro Omar Cuevas. Personal subalterno: Horacio Ibáñez, Contramaestre, Jorge Alfredo Bollero Cabo de Mar Manuel Olveira Marinero, Antonio Máximo Cayo, Marinero, Antonio Manuel Lima Marinero, Pedro Antonio Mendieta 1er Electricista, Enrique Joaquín Hudepohl 1er Mecánico, Omar Héctor Mina 1er Cabo, Rafael Luzardo 1er Cocinero, Néstor Omar Sandoval, Mayordomo.

De la Armada Argentina: Rubén Torres Cabo Principal, Orlando Cruz Cabo Primero Enfermero, Oscar José Mesler Cabo Segundo

Del Ejército Argentino: Marcelo Sergio Novoa Capitán, Víctor Jesús Benzo Sargento Ayudante, Roberto Adrián Busto Cabo.

De Fuerza Aérea Argentina: Héctor Hugo Varas, Cabo Primero.

De Prefectura Naval Argentina: Jorge Eduardo López, Marinero.

Sobrevivientes: Capitán de Corbeta Alois Payarola oficial de enlace militar y Alfonso López Marinero de la Marina Mercante (fallecido post-conflicto).

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