Pablo Martínez Carignano: “Tenemos que terminar con la viveza criolla en el tránsito”

El director de la Agencia Nacional de Seguridad Vial habló sobre la problemática de los argentinos al volante. “Hay que salir del estereotipo de que en la calle el más vivo es el que no respeta las normas: la consecuencia es matar o morir”, dijo

Hace un año, Martínez Carignano presentó el proyecto de Ley de Alcohol Cero que está a la espera de que se conforme la Comisión de Tránsito en la Cámara de Diputados para que se retome su tratamiento (Foto: Maximiliano Luna)

No importa cuándo, si se hace un repaso por los portales de noticias, es raro no encontrar uno o más fallecidos en siniestros viales.

Busco un día al azar. Lunes 18 de abril de 2022, por ejemplo. “Fatal accidente en la Ruta 11: dos muertos y un herido grave tras un choque frontal, a la altura de Mar Chiquita”, titula un diario local. El mismo día, pero en la localidad mendocina de Rodeo del Medio, un hombre de 85 años murió y cuatro personas resultaron heridas en otro choque frontal. También, se reportaron dos fallecidos luego de una colisión entre un auto y un camión en la ciudad de San Rafael. Menos de una semana después, el domingo 24 de abril, murieron un motociclista y su acompañante tras un choque en la Ruta Nacional 168 en la ciudad santafesina de Colastiné. Casi en paralelo, en la provincia de Buenos Aires, cuatro jóvenes perdieron la vida luego de chocar el auto en el que viajaban contra un árbol en Longchamps. El video del accidente acaparó las pantallas de los noticieros durante toda la tarde.

La lista podría seguir y seguir. Es que, en Argentina mueren entre 10 y 11 personas por día en siniestros viales. El dato se desprende del último relevamiento de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV). De acuerdo con el mismo, en 2021, se reportaron 3.866 muertes en siniestros viales. Aunque la cifra es alta, el total representa una reducción del 21% de las víctimas fatales, en comparación con 2019 -año con una circulación similar, en el que se registraron 4.911 fallecidos- y exceptuando el 2020, debido a las medidas preventivas por el COVID-19. Se trata, además, de la cifra anual más baja de víctimas desde la creación de la ANSV en 2008.

A pesar del descenso en el número, hoy, los accidentes de tránsito son la principal causa de muerte en jóvenes menores de 35 años. Un dato que preocupa: en al menos 1 de cada 4 siniestros viales fatales se detecta alcohol en sangre en alguno de los conductores.

“Pese a toda esa evidencia, todavía somos un país donde no se ubica a la inseguridad vial entre las principales preocupaciones ciudadanas”, plantea el Director Ejecutivo de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, Pablo Martínez Carignano, en charla con Infobae. Y sigue: “Si vos hacés una encuesta y le preguntás a los argentinos qué les preocupa, nunca te van a decir: ‘La inseguridad vial’. Aunque, probablemente, todos conozcan de manera directa o indirecta a alguien que falleció, quedó herido o incapacitado por un siniestro vial”.

En Argentina mueren entre 10 y 11 personas por día en siniestros viales. De acuerdo con los datos recopilados por la ANSV, en 2021, se reportaron 3.866 muertes en siniestros viales y fue la cifra más baja desde 2008.

Martínez Carignano es abogado penalista graduado en la UBA, tiene 50 años y desde hace casi veinte que se desempeña en el área de Seguridad Vial. Arrancó en 2001, cuando se sumó a la Unidad Administrativa de Control de Faltas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires con el cargo de contralor administrativo. Cinco años más tarde, la cantidad de infracciones que los porteños acumulaban por día comenzó a llamar su atención. Empezó a investigar, encontró un caso de éxito en Nueva Zelanda y envió un correo para pedir información. Dos días más tarde, no solo recibió una respuesta sino también una invitación para realizar una capacitación con la policía de ese país.

Tras su regreso le presentó una propuesta a la, por aquel entonces, vicejefa de Gobierno de la Ciudad Gabriela Michetti para replicar el modelo de seguridad vial de Nueva Zelanda. El eje central, explica, era “atacar los factores de riesgo para el tránsito urbano”, es decir, el uso de casco en motociclistas, el consumo de alcohol y la velocidad.

Dos décadas después, Martínez Carignano- que asumió como cabeza de la ANSV en diciembre de 2019- hace un balance. “Creo que si bien falta muchísimo por hacer, a esta altura, hay algunos consensos básicos como, por ejemplo, que manejar alcoholizado es inadmisible, que no usar el casco en moto te mata, al igual que no ponerse cinturón. Esas tres cosas, que antes no existían, hoy son vistas con una mirada de reproche por la sociedad. ¿Qué falta? Falta que los funcionarios públicos de primer nivel toquen el tema como lo que es: un tema de salud pública. Todavía hay muchísimos lugares del país donde se sigue pensando que cosas muy básicas, como hacer un control de alcoholemia, sacarle el auto o la moto a alguien o no darle una licencia a quien no sabe manejar, puede generar algún problema con la comunidad. Traducido: los dueños del tránsito son los intendentes”, dice.

En al menos 1 de cada 4 siniestros viales fatales se detecta alcohol en sangre en alguno de los conductores

LOS ARGENTINOS Y EL TRÁNSITO

Cuando hace referencia a la relación de los argentinos con las reglas básicas de seguridad vial, Martínez Carignano habla de especulación, falta de autocuidado y poco sentido común.

“Lamentablemente, en muchos pueblos todavía no se internalizó que el casco hay que usarlo porque si te caés de la moto sin casco tenés un 70% más de chances de morir. A pesar de la evidencia científica, estamos en la instancia de que el casco lo usás porque si te agarra un policía sin casco te pone una multa o te saca la moto. Creo que van a faltar muchos años para que se incorpore el hábito de autocuidado. Hoy en día lo que hay es especulación. Las personas hacen cálculos y dicen: ‘¿Cuántas chances hay de que me enganchen en un control? ¿Muchas? Entonces me pongo el casco. ¿Ninguna? Listo, no lo uso’”, dice.

Según Martínez Carignano, la clave para que peatones, pasajeros de transporte público, ciclistas y conductores de vehículos puedan convivir de manera armónica en el ecosistema vial consiste en dejar de lado la “viveza criolla”. “Hay que salir del estereotipo de que en la calle el más vivo es el que no respeta las normas: la consecuencia es matar o morir. Tenemos que terminar con la viveza criolla aplicada a la conducción. Tenemos que ser más aburridos, más previsibles, más lentos”, apunta el Director de la ANSV.

Con el objetivo de educar para prevenir, desde el año pasado, la ANSV puso en marcha el “Plan Federal de Educación Vial” en los colegios de todo el país

EDUCAR PARA PREVENIR

El director de la ANSV, también destaca la importancia de la educación vial en las escuelas. “No buscamos formar conductores que se sepan de memoria las señales, sino ciudadanos que respeten al otro en la calle para que haya una convivencia vial pacífica”, dice Martínez Carignano.

Para los que crecimos en los años ‘90, esa “materia” estuvo a cargo de la televisión. Cualquier persona de entre 35 y 40 años, recordará las propagandas de la Asociación Civil “Luchemos por la vida” que buscaban concientizar acerca de los riesgos de no usar casco o cinturón de seguridad y de conducir bajo los efectos del alcohol o a alta velocidad en la ruta. Uno que fue muy popular, compilaba testimonios de distintos conductores que se jactaban de manejar rápido. “¿A cuánto vas?”, preguntaba la voz en off. “En la avenida es 80″, decía uno. “Buenos Aires - Mar del Plata: dos horas y media”, contaba otro. Los demás seguían: “A 100 me duermo”; “Tranqui, 120″; “El auto te pide: 140, 160. Lo que dé. Con música de suspenso, mientras se proyectaban imágenes de choques, vidrios rotos y personas tendidas en el asfalto, la voz en off llamaba a la reflexión: “Pero… ¿pensaste que a 100 por hora necesitás al menos 80 metros para frenar? En la ruta, disminuir la velocidad salva vidas”.

Con la intención de hacer un cambio radical, desde el año pasado, la ANSV puso en marcha el “Plan Federal de Educación Vial”. Además de cuadernillos prácticos y charlas de concientización, el programa incluye una capacitación a los docentes. La primera etapa comenzó en julio de 2021 y más de 25 mil maestros del país recibieron las herramientas necesarias para educar y concientizar a los estudiantes. Además, para los más pequeños, se lanzaron canciones que hablan de la vía pública, del tránsito, del pasajero, de seguridad vial, realizadas por el reconocido artista infantil Luis Pescetti.

"Yo no Freno". Canción de Luis Pescetti para que los chicos aprendan de educación vial.

LEY DE ALCOHOL CERO

En abril de 2021, la ANSV presentó en la Cámara de Diputados una proyecto de ley de “Alcohol Cero” al volante en conjunto con el Ministerio de Salud, la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (SEDRONAR) y asociaciones de familiares de víctimas de tránsito, como “Madres del Dolor”, con Viviam Perrone a la cabeza.

El objetivo es que se prohíba a todos los conductores manejar con alcohol en sangre, sin importar la graduación: sólo se admite el cero. Digo todos porque, desde 1995, los conductores profesionales -como taxistas, camioneros y colectiveros- ya tienen tolerancia cero. Entonces, lo que se busca es darles ese mismo tratamiento a los conductores particulares, que pueden manejar con 0.5 (autos) y 0.2 (motos). El Estado debe ser claro: antes de manejar no hay que beber alcohol, ni una gota. Se trata de una decisión de salud pública en defensa de la vida”, apunta Martínez Carignano y dice que esto ya sucede en 9 provincias: Córdoba, Salta, Tucumán, Entre Ríos, Jujuy, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego.

“La ley de alcohol cero, ¿va a solucionar mágicamente los problemas? No. Pero es necesario que el Estado le transmita a la ciudadanía que alcohol y conducción son incompatibles. No podemos, como hasta ahora, seguir pensando que dos copas o tres no hacen nada, que el objetivo es zafar de un control. No. El objetivo es no matar a nadie y llegar seguro a tu casa”, agrega.

En Argentina, casi la mitad de las víctimas de los siniestros viales tienen entre los 15 y 34 años.

Si bien el proyecto tiene gran adhesión (8 de cada 10 ciudadanos están a favor, según diversas estudios en todo el país), hay un rechazo de parte de las provincias vitivinícolas, como San Juan y Mendoza, y de comerciantes gastronómicos o de boliches porteños que ven amenazada su actividad. “Yo respeto su postura, pero de acuerdo con los datos que manejamos ningún distrito que tiene alcohol cero ha bajado el consumo, porque no es una ley seca: sólo se aplica al que debe manejar”, apunta.

De momento, el proyecto está a la espera de que se conforme la Comisión de Tránsito en la Cámara de Diputados para que se retome su tratamiento. En paralelo, a fines del mes de abril, provincia de Buenos Aires también presentó un proyecto de alcohol cero. La propuesta prevé la modificación de la Ley 13.927 del Código de Tránsito para establecer que quienes hayan bebido alcohol no puedan conducir un vehículo bajo penas que incluyen multas, arresto, retención de la licencia e inhabilitación. Si se aprueba, dice Martínez Carignano, sería un envión grande para el proyecto nacional.

La entrevista termina y el funcionario agarra su teléfono celular. Contesta algunos mensajes y después muestra a Infobae un grupo de WhatsApp que se llama “ANSV Siniestros”. El funcionario dice que es lo primero que chequea al despertarse y lo último antes de irse a dormir. “Necesito estar al tanto de todo: saber qué pasó, dónde y a qué hora. La premisa es no ser espectador y decir: ‘Uy qué barbaridad’ sino intervenir de alguna manera, por ejemplo quitando una licencia o bajo la figura de ‘amicus curiae’, para tratar de que no se repita o mitigar las consecuencias de lo que sucedió”, se despide.

Fotos: Maximiliano Luna.

EL PROYECTO COMPLETO DE LEY DE ALCOHOL CERO:

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