El último año del secundario es el gran acontecimiento esperado por todos los estudiantes. Pero, a su vez, acarrea una alta carga de exigencias y presiones por la imagen. La preocupación por cumplir un ideal de belleza y alcanzar el peso perfecto acapara la atención, especialmente el del sexo femenino. El viaje de egresados, las fiestas y la ropa para cada ocasión específica, le otorgan a lo físico el papel principal. Una situación que en su momento interpeló a Candela Yatche (25) y muchas chicas más: “Ese año tuve mucha obsesión con mi cuerpo y cuando terminé el secundario, unas compañeras empezaron un tratamiento por un trastorno de la conducta alimentaria (TCA) y fue ahí que me desperté y dije ‘wow, acá pasó algo’”.
Fue a partir de esa ocasión que la joven se replanteó todo lo vivido durante su paso por el colegio y cayó en la cuenta de que esa presión por bajar de peso atravesaba también otros aspectos. “Pasaba algo parecido, por ejemplo, antes de llegar el verano, antes de una fiesta de 15, de un casamiento. Mismo en la cotidianidad, al luchar con una prenda de ropa que queremos usar pero que quizás nos queda más chica. Luego de ver esa situación seguí buscando información y me encontré que en Argentina hay culturalmente mucha presión por la estética, sobre todo por la imagen y esta exigencia es desigual entre hombres y mujeres”, explica Yatche.
Al dar sus primeros pasos en el mundo universitario, optó por estudiar Psicología en la UBA con el fin de trabajar sobre todo aquello relacionado con los trastornos de la alimentación. Durante ese recorrido, Candela conoció al equipo de investigación de Guillermina Rutztein, abocado a la prevención de desórdenes alimenticios, y al cual se sumó más adelante. “Me dí cuenta que había mucho que hacer a favor de la prevención y abrí un Instagram hace cuatro años con el nombre Bellamente para poder transmitir contenido que ayude a prevenir los TCA”, resume la activista.
Según estudios internacionales de Mervat Nasser dados a conocer por La Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia (Aluba), Argentina se posiciona detrás de Japón como el segundo país con más casos de anorexia y bulimia. También, de acuerdo a la Sociedad Argentina de Pediatría, 1 de cada 3 mujeres jóvenes sufre alguna de estas patologías. Inspirada en la frase del filósofo Foucalt, “hacer visible lo invisible”, la psicóloga decidió alzar la voz para derribar los mandatos instalados en la sociedad: “a partir de ahí fue que tomé el tema de la diversidad corporal, entendiéndolo siempre desde una perspectiva de salud, de cómo impacta que no haya diversidad corporal en las imágenes, de cómo afecta que se discrimine a la gente que no entra en ese ideal de belleza”.
En sus palabras, Candela define Bellamente como “un espacio de diálogo y un abrazo colectivo que impulsa, por un lado, a estar mejor con nosotros mismos, y por otro, a tener buenas prácticas a favor de la diversidad corporal dejando a un lado el gordo-odio, la discriminación estética y el constante acento en el físico de las personas”.
Con el correr del tiempo, lo que comenzó siendo una cuenta en una red social creció a grandes pasos. Candela empezó a brindar charlas en instituciones, colegios e incluso empresas. Más adelante, acompañada por un equipo de trabajo, organizaron eventos y festivales para los seguidores del proyecto. Hoy en día es una fundación sin fines de lucro que divide su labor en 3 áreas: educación, comunicación e investigación. Dentro del ámbito educativo, se encuentran el desarrollo de guías y la capacitación sobre la imagen corporal en escuelas secundarias de todo el país. A partir de estas clases, se busca “fomentar el pensamiento crítico a favor de la inclusión y la diversidad” y “promover la reflexión sobre el ideal de belleza como una construcción sociocultural”. Hasta el momento más de 15 mil adolescentes de 20 provincias participaron con éxito de este programa.
Por otra parte, la organización lleva adelante estudios cuantitativos para evidenciar en números las distintas problemáticas sociales que existen, y así darle su difusión e incentivar su prevención. En alianza con el Proyecto UBACyT, se publicaron tres investigaciones en las cuales fueron encuestadas más de 15.200 personas. En una de sus encuestas (Impacto De Las Presiones Socio-Culturales En La Imagen Corporal), el 93% de las mujeres que participaron se ven fuertemente influenciadas por la cultura que contribuye a provocar o justificar el adelgazamiento, y un 74% se encuentra influenciado por los modelos sociales.
Por último, una de las patas más sólidas de Bellamente es su comunidad. Su perfil de Instagram cuenta con aproximadamente 255 mil seguidores, y es a través de la interacción en redes sociales, más los encuentros, festivales y campañas de comunicación donde se logra fomentar la solidaridad, empatía y lucha compartida por cuestionar los estereotipos impuestos. El año pasado, en el marco del Día Internacional de la Lucha contra los Trastornos Alimenticios, llevaron a cabo su tercer festival en el Centro Cultural Recoleta. Asistieron más de 700 personas y se convocó a diferentes artistas y activistas para compartir charlas informativas y shows en vivo. Con múltiples desafíos por delante y metas por alcanzar, una de las grandes expectativas para la fundación sin fines de lucro es expandir el trabajo y su impacto en otros países de habla hispana.
A pesar de que todavía falta un largo tramo para ver mayor diversidad en la cotidianeidad, la joven de 25 años destaca que hoy se halla cada vez más representación en las imágenes. “Sigue estando muy presente el ideal de belleza, pero creo que dentro de las campañas hay un cambio. Después hay cada vez más emprendimientos con diversidad de talles. Necesitamos que las marcas, una vez que esté implementada la ley nacional de talles, la cumplan y la implementen, creo que eso es algo fundamental”, remarca puntualmente e insiste en la importancia de no ver a la diversidad corporal como una moda, sino como un concepto a incorporar.
Los medios de comunicación y las redes sociales también juegan un rol esencial para Yatche dentro del cambio de paradigmas: “son grandes agentes transmisores de estereotipos de belleza, tanto a nivel discursivo como de imágenes. El papel que tienen es clave, porque difunden mucha información y la comunicación puede ser una herramienta muy constructiva o destructiva”. Enfocarse en los talentos y acciones, y dejar de lado los cuerpos y las apariencias , es lo que ella plantea para progresar a la hora de comunicar, “simplemente poner el foco en lo que corresponde”.
A medida que Bellamente se desarrolló y cumplió paso a paso sus objetivos, hubo un antes y un después que marcó a su creadora por completo. “Le dedicaba mucho tiempo a la obsesión con mi cuerpo, a la auto tortura que es la crítica. Todo eso lo reemplacé por horas de investigación, trabajo, intervenciones de creación, charlas, capacitaciones. Elegí dónde invertir mi tiempo y siento que este es mucho más constructivo cuando estoy planeando estas cosas, y no cuando estoy pensando cómo voy a modificar mi cuerpo para que encaje en el ideal. Me cambió muchísimo y me hace feliz hacer lo que hago”, confiesa con mucha satisfacción.
Al referirse sobre su logro Bellamente, una sección de historias en Instagram donde los seguidores comparten sus testimonios y progresos junto a los demás, la joven medita y confiesa: “Mi logro Bellamente es dejarme de ver como un objeto, como una decoración, es verme a mí como una persona. Aceptar, compartir y hacerme cargo de lo que pienso. Ese fue el logro, fue aprender a mirar distinto, aprender a mirar las demás personas distintas, aprender a verme y sacar todo el potencial y poner toda la energía en contribuir y generar transformaciones sociales, más que transformaciones corporales”.
SEGUIR LEYENDO: