Algunos secretos guardados en vida se revelan antes de la muerte. Este fue el caso de una mujer en Orán, Salta, que estando en pareja, se comunicó con su ex para decirle que existía una posibilidad de que su hijo fuera de él.
La ex pareja estaba al tanto de que ella había tenido un hijo, pero no había pensado en la posibilidad de la paternidad. Después de esta relación sentimental se habían separado, y ella volvía a estar en pareja y tenía un hijo. De inmediato, el ex pidió un ADN. Y dio positivo. El nene ya tenía dos años.
En un corto lapso, el pequeño pasó a tener dos padres: uno biológico y el que lo estaba criando como propio y creía que era suyo.
Y a también en ese momento el chico queda huérfano de madre, porque a las dos semanas de la revelación de esta duda, ella muere.
El caso es del año pasado, pero ayer volvió a ser noticia al compartirse detalles. El fiscal federal Maximiliano Hairabedian, compartió un hilo con los pormenores de la historia de este chico que vio el amor multiplicado, gracias a la humana decisión de la jueza Ana María Carriquiry, del Juzgado de Primera Instancia en los Civil de Personas y Familia 2 de Orán, que decidió su suerte. Se trata del primer caso de triple filiación en Salta y el segundo en el país.
“Pocas veces se ven en los Tribunales de Familia personas con tanta madurez emocional, con herramientas para prohijar, con ganas de resolver el conflicto de una manera que beneficie el interés del niño. Ellos debieron dejar de lado el orgullo y las susceptibilidades”, fue la apreciación del fiscal ante la conducta de estos hombres.
El caso llegó a la Justicia cuando el padre biológico reclamó la paternidad. Para eso pidió la nulidad del reconocimiento del padre que le había dado su apellido y se ordenara un desplazamiento filiatorio, con su correspondiente inscripción.
Ante esta complicada situación para él y el niño, el padre de crianza pidió compartir la paternidad. Declaró que había conocido a su mujer en el lugar de trabajo en 2017 y que en 2018 convivieron en la casa de sus suegros. Que la había acompañado durante todo el embarazo. Dijo que tomó conocimiento sobre la existencia de este hombre tras la muerte de la mujer. Y afirmó que de producirse el desplazamiento en su rol como progenitor impactaría de forma perjudicial en la personalidad del niño, o las secuelas de perder, primero a su madre y luego a su padre.
La otra parte, lo supo entender. “Cuando el padre de sangre escuchó esto en la audiencia, dijo que quería lo mejor para el niño y reconoció que al único que conocía como papá, es al que lo venía criando. Agregó que no era fácil para él, plantearse cómo iban a criar, entre los dos, al niño, pero está bien, si es lo mejor para él; demasiada tristeza se produjo con la muerte de la mamá y por eso quiero el bien de mi hijo y no quiero que se vuelva un trofeo, porque no lo es”, relató Hariabedian dentro del hilo.
Fue así como los dos hombres acordaron esta paternidad compartida, la triple filiación: ambos serían reconocidos como padres, junto con la madre del niño. Decidieron cuidarlo entre ambos, darle alimentos, establecer como hogar principal el domicilio del progenitor socioafectivo, programaron un régimen de visita amplio, y acordaron también que podría sumarse el apellido del padre biológico al ya inscripto de nacimiento.
Dos hombres quebrados que guardaron su orgullo
Debido a la viralización en redes del caso, la jueza Carriquiry pasó el día dando notas a los medios. También recibió llamados desde países limítrofes. En diálogo telefónico con Infobae, dijo que era impresionante la repercusión. Y ella encontró una razón: “Yo creo que el caso es conmovedor de lo cansados que estamos todos de buscar tantos puntos de desencuentro y cuando encontramos algo que suma afecto, cuando de repente encontramos que la justicia se humaniza con las necesidades de los niños creo que es muy movilizador para todos. Yo me sigo emocionando cada vez que leo mi propio fallo. Y cuando leo la carta que le escribí al niño Pedro (los datos son ficticios) yo misma me sigo emocionando. Y digo, por Dios, que no se me haga callos el corazón. Si no, no puedo ser magistrada”.
Carriquiry contó a Infobae que vio en estas dos personas mucha grandeza. “Vi dos hombres quebrados pero que ambos a su manera han guardado su orgullo y su hombría en el bolsillo, pensando y anteponiendo a eso a la criatura que ambos consideraban su hijo, pero sabemos que biológica y genéticamente es hijo de un solo de ellos. Y una madre recientemente fallecida. Creo que eso eso me obligó a mí a analizar todos los aspectos de la presentación de la demanda. Porque se inició algo diferente: los juicios empiezan con los tapones de punta, después va corriendo agua, se va viendo que las cosas no eran como pensaban.
En principio la jueza citó a cada uno por separado. “No los atendí juntos por una cuestión de delicadeza, para que cada uno contara la historia de la relación afectiva. Después, ordenamos un ADN hecho por la justicia. El análisis corroboró lo que el señor traía, que era el papá. El otro señor, el padre socioafectivo, además de estar enterrando a su esposa, se enteraba que el niño no era su hijo. Eran muchas pérdidas. Era una situación realmente complicada, difícil. Yo lo miraba al señor y me decía, por Dios, de dónde saca fuerza. Es más, pensaba, que no iba a volver, por eso que tenemos los seres humanos, que es esa sed de venganza. Ya no viene. Estaba convencida. Pero lo vi volver con ese niño a upa, suplicando que se le tuviera en cuenta qué el quería ser el padre, no importa si su apellido estuviese en segundo o tercer lugar, solo le importaba cuidar de su hijo. Me ha dado clase de lo que es el amor”.
Actualmente, dice la magistrada que el niño sigue con la vinculación. El padre biológico cumple con sus obligaciones alimentarias. Se va ampliando el ejercicio de los derechos de ambos. El niño está bien. Sigue en la casa de los abuelos con el papa socioafectivo.
Este caso de triple filiación es el segundo que se autoriza en la Argentina. En Tucumán se dictó un fallo con otras características bien diferentes, donde no hay nadie muerto y la niña es más grande. Y de Canadá se sacó el primer antecedente. “Después de nuestro fallo, sí efectivamente salieron dos o tres más y hacen referencia al nuestro de aquí”, precisa Carriquiry.
La carta de la jueza al niño
Circuló en las redes también la emotiva carta que le escribió la jueza al niño, en un lenguaje sencillo para cuando haga preguntas. Se la puede encontrar en el anexo del siguiente pfd con la sentencia.
San Ramón de la Nueva Orán, 10 de Agosto de 2.021. Querido P.:
Al momento de leer esto, seguramente han pasado algunos años desde que lo escribí y estarás preguntándote por tu familia, por tu mamá y por tus papás. Me presento, soy Ana María, la jueza que reconoció tu derecho a tener una mamá y dos papás. Te escribo porque tenés derecho a que te cuente lo que decidí y por qué lo hice.
Antes que nada, quiero decirte que estoy convencida que la decisión que tomé es la mejor para vos.
A los jueces nos toca tomar decisiones difíciles, pero tu caso fue muy simple, porque lo que sobraba era el cariño de tus papás hacia vos.
Sobre tu mamá, que lamentablemente, ya no está entre nosotros, quiero dejarte la frase que le dijo Albus Dumbledore al pequeño Harry Potter:
“Un amor tan poderoso como el que tu madre tuvo por tí es algo que deja marcas. No una cicatriz, ni algún otro signo visible... el haber sido amado tan profundamente, aunque esa persona que nos amó no esté, brinda una protección que dura para siempre” .
Además de tu mamá, tenés dos papás. ¿Cómo puede ser posible esto? También por amor. Los dos te aman por igual y son tus papás. Uno de ellos es tu papá genético, biológico. El otro papá es el que se ocupó de vos durante tus primeros años de vida en forma exclusiva, él te reconoció como hijo, te tuvo con vos y te ama, por eso es tu papá socioafectivo.
A veces hay que decidir entre el papá biológico o el papá socioafectivo. En este caso, nada tuve que decidir, porque ellos estaban seguros de la importancia que el otro tenía en tu vida.
Por eso, lo único que hice, P., fue reconocer el derecho que tenés a tener dos papás que te críen, te cuiden. Porque, en definitiva, lo único que interesa: es multiplicar amor.
Espero que seas muy feliz y estés siempre orgulloso de tu mamá y de los papás que la vida te dio.
Con cariño, Ana María Carriquiry
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