Los abogados hablan raro. Los jueces escriben en latín. Las leyes que debemos obedecer son incomprensibles para quienes no dominan la jerga. Los procesos judiciales son laberintos borgeanos. Grandes lujos que de la profesión que monopoliza el acceso a la justicia (no se puede hacer casi nada en tribunales sin pagarle a un abogado) y de una de las instituciones públicas con menor credibilidad (el 80% de la ciudadanía tiene poca o ninguna confianza en el Poder Judicial).
Justicia Abierta viene a simplificar lo que siempre nos preguntamos y no entendemos de ese mundo oscuro en el que se definen los límites de nuestros derechos.
¿Qué es la compensación económica posterior al divorcio?
Es una herramienta novedosa para el divorcio, pero también para el fin de las uniones convivenciales, que permite que aquel a quien la ruptura le produce un desequilibrio manifiesto que implica un empeoramiento de su situación por la unión y la ruptura puede reclamarle al otro una suma de dinero o un equivalente, en un único pago o también como una renta. No es una indemnización. Es una corrección de una situación de inequidad y lo que busca no es equiparar el patrimonio de los dos.
Si una de las dos personas reclama y no logran ponerse de acuerdo sobre el monto, lo fija una jueza de acuerdo a una serie de pautas: la situación patrimonial de ambos antes y después de la pareja y la ruptura; la dedicación al cuidado y la crianza de los hijos e hijas si hubiere; la edad y salud de ambos y de los hijos e hijas; la capacitación y posibilidades de empleo de cada uno; la colaboración de cada uno en las actividades profesionales o comerciales del otro; y la atribución de la vivienda familiar (es decir, quién se va a quedar con la casa).
Obviamente, la compensación es una medida que se aplica tanto a varones como a mujeres, pero está claro que es una acción afirmativa pensada en relación a la desigualdad estructural de género.
¿Por qué? Porque por la distribución estereotipada de roles, quien suele abandonar su carrera y crecimiento profesional para dedicarse a la casa y al cuidado de los hijos y las hijas es la mujer. Luego, cuando se produce la ruptura, sobre todo después de muchos años, ella pierde su único ingreso y le resulta muy difícil reinsertarse en un mercado laboral que de por sí trata de manera desigual a varones y mujeres (y mucho más si son mujeres de mediana edad).
¿Un ejemplo de compensación económica? El año pasado, en 2021, una jueza de familia de la Ciudad de Buenos Aires ordenó una compensación de 15 millones de pesos a favor de una mujer de una familia de altos ingresos. Ella había abandonado su carrera en la multinacional más importante de la Argentina para dedicarse al cuidado de los hijos e hijas y a la organización del hogar; además, tenía problemas de salud.
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