Leal, las memorias y las increíbles fotos del hombre que conquistó el Polo Sur y dedicó su vida al continente blanco

Se acaba de publicar el libro con las memorias del General Jorge Leal escritas por él a lo largo de más de 60 años y que ahora salen a la luz. Cuenta cómo fue llegar por primera vez a ese lugar inexplorado, helado e inhóspito en 1965 y su increíble experiencia en la conquista antártica. Sus increíbles fotos

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Ver con propios ojos la Antártida es una experiencia única y un privilegio que pocos seres humanos han podido tener en la historia. Algo inigualable que transcurre con toda fuerza por los sentidos y la razón. Uno de los pocos lugares inexplorados, inhóspitos, intocables y de una riqueza natural excepcional. Por momentos, su inmensidad y su geografía remiten a otros planetas.

A ese universo blanco y misterioso el general Jorge Leal le dedicó toda su vida. Fueron más de 60 años de viajar, descubrir lugares, fundar bases, consolidar soberanía y haber liderado la patrulla que en 1965 izó por primera vez la bandera argentina en el Polo Sur, ese punto exacto e imaginario por donde pasa el eje de la tierra.

“¡Ahora podemos decir que el territorio que reclamamos como nuestro lo hacemos basándonos no solamente en razones jurídicas, geográficas o históricas, sino porque tenemos la capacidad suficiente para movernos en él como debe hacerlo quien es su dueño! ¡Desde la Quiaca hasta el Polo Sur se extiende la Patria, porque los argentinos la han reconocido y recorrido en toda su extensión!”, escribió con emoción cuando llegó al confín de la tierra.

Fueron 66 días para recorrer 2.900 kms entre ida y regreso a la Base Belgrano. Argentina fue el primer país que llegó al Polo Sur partiendo del Mar de Weddell y regresando a él, siempre en el sector de la Antártida Argentina, se explica en el libro Memorias de un Antártico. Gral. Jorge Leal. Expedicionario al Desierto Blanco de 230 páginas, papel ilustración y gran cantidad de fotos y documentos históricos entre los que se destaca una sentida carta del general Hernán Pujato pionero de la conquista antártica.

La expedición se llamó “Operación 90-Polo Sur” y la hizo Leal con un grupo de 9 avezados hombres, dos trineos tirados por perros y seis tractores snowcat con trineos de arrastre. La travesía partió desde Base General Belgrano el 26 de octubre de ese año para llegar al polo el 10 de diciembre. Esos días entre la ida y el regreso Leal los describe con absoluta minuciosidad, trepando alturas de más de tres mil metros y sufriendo temperaturas menores a los cuarenta grados bajo cero, todo en un terreno absolutamente desconocido.

”Ese último rincón del mundo en donde nos tocó actuar es en general una dilatada y blanca llanura que se va escalonando en inmensas plataformas de barreras de hielo y nieve, quebradas de tanto y tanto por cordones montañosos y sembrados de traicioneras, torbas y peligrosas grietas capaces de tragarse a una columna expedicionaria completa”, describe.

Patrulla que sale con destino al Polo Sur
Patrulla que sale con destino al Polo Sur

En estos días de conmemoración de los 40 años de la guerra de Malvinas vale su testimonio cuando regresaba de la expedición al Polo Sur navegando en el rompehielos General San Martín, el primero de la Armada Argentina, hacia Buenos Aires. A las cinco de la mañana golpearon la puerta de su camarote. El comandante de la Fuerza Antártida lo llamó con urgencia para que se presente en el puente de mando. Con prismáticos vio aproximadamente a seis millas de distancia dos puntos borrosos. “¡Que rara emoción, pocas veces sentida, estrujó mi corazón a la vista de esas tierras tan nuestras y tan extrañas! Contorneamos Isla Soledad y nos acercamos tanto a Puerto Argentino que podíamos ver sus casitas puntadas de rojo. Estoy seguro de que los habitantes no deben haber registrado nuestra presencia a tan temprana hora. Después corregimos lentamente nuestro derrotero y continuamos nuestro camino”, escribió.

La historia personal de Jorge Edgar Leal dice que nació en 1921 en Rosario de la Frontera, tierra natal de Juana Manuela Gorriti, la primera novelista argentina. Que egresó del Colegio Militar en 1943 y que luego en 1951 fue jefe de la base antártica General San Martín para al año siguiente fundar Base Esperanza, primera experiencia de vida familiar en la Antártida. También que en 1969 fue nombrado director de la Dirección Nacional del Antártico cargo que repitió en 1983 hasta su retiro en 2003.

Leal recibido por el presidente Illia
Leal recibido por el presidente Illia

Los recuerdos de su dilatada trayectoria los fue escribiendo mientras iba viviendo sus experiencias pero sin la intención de que tuvieran formato de libro. Recién en sus últimos años tomó conciencia del valor de su testimonio y comenzó a reunir esos escritos, elegir fotos y documentos que le permitió a su hija Teresita armar ese rompecabezas de las memorias de su padre una historia que, sin dudas, es la historia grande del país.

Dice Jorge Leal de puño y letra:

* “En octubre de 1952, fui seleccionado para fundar y ser Jefe de una nueva base, Base Esperanza, que el Ejército había resuelto instalar en la Antártida. Y ahí estaba yo, novel antártico (eran mis primeros tiempos) con el alma en un hilo, como dice la canción, impactado por el espectáculo de esa increíble naturaleza que revelaba cuánta maravilla hay en la Creación. Contemplaba el escenario en donde pronto tendríamos que actuar, con sus altos ventisqueros que bajaban al mar en cascadas de impresionantes masas de hielo y las dilatadas barreras nevadas que se extienden hacia el ignoto y misterioso Sur”.

* “Luego de un largo y reparador descanso nos dispusimos a cumplir una tarea que concretaba una aspiración de los antiguos antárticos del Ejército y de todos los argentinos: plantar en el Polo Sur -límite austral de la Patria- el mástil que habíamos llevado convenientemente dividido en tres trozos para posibilitar su traslado. A continuación, previa formación del personal de la Primera Expedición Terrestre Argentina al Polo Sur (Operación 90) procedimos a izar la bandera que había ondeado durante toda la marcha al tope del vehículo comando y entonamos emocionados las estrofas el Himno Patrio en agradecida ofrenda a Dios Todo-poderoso que nos había permitido cumplir con nuestra misión”

* “Llegados a la Casa Rosada, el Presidente de la Nación, Dr. Arturo Illia, nos esperaba en el Salón Blanco. En una emotiva alocución, nos dio la bienvenida. Me sorprendió de qué manera sin papel alguno y durante más de veinte minutos habló con especial propiedad y exactitud de la Antártida y lo que significaba nuestro accionar en la región. Me saludó efusivamente”.

* “Usted va a tener un raro privilegio, una singular merced, será la primera mujer desde hace millones de años, desde la creación del universo, que podrá hacer escuchar su voz cuando estas montañas, estos hielos y estas nieves estén sumidos en la oscuridad y el silencio de la noche polar. A mitad de año anímese a salir, aléjese por un momento de la casa, enfrente las calladas sombras y hable fuerte, grite y ríase más fuerte todavía, para que su voz y su risa se vuelvan eco y resonancias infinitas. Ellas serán grabadas seguramente por estas asombrosas rocas, estas nieves y estos hielos de Orcadas para siempre”.

Bandera izada en el Polo Sur
Bandera izada en el Polo Sur

Este libro de memorias fue publicado con el apoyo de la Gobernación de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur y del Museo Antártico de Ushuaia Dr. José María Sobral. Su director Carlos Pedro Vairo, editor responsable de la obra, escribió en la contratapa: “Para él era una obligación registrar todo lo que observaba, vivía, decidía, como un testimonio para la historia de los argentinos. Y lo hizo en un tono íntimo y personal”. Y en la introducción Teresita describe esos momentos familiares del proceso de reconstrucción de sus recuerdos: “Pasaste muchas de tus horas de tus últimos tiempos sentado en tu escritorio revisando tus manuscritos y remarcando aquellas letras que comenzaban a desdibujarse. Para mí fue claro mensaje: querías que se leyeran y volvieran a leer en el futuro”.

Leal con su esposa Teresita
Leal con su esposa Teresita

Pero lo más conmocionarte es el testimonio de la esposa del general Leal, Teresita Glowacki, quien describe una historia poco conocida y que ratifica una vez más esa crueldad que suelen tener los argentinos para con sus héroes. “En aquellos años, recuerdo que viví una experiencia muy desagradable. En su Ejército, del cual tantos honores había recibido (fue el primer oficial a quien le otorgaron la Medalla Ejército Argentino), tuvo también sanciones, pero no por delinquir. Durante el Proceso Militar, estuvo preso en tres oportunidades. Por oponerse a la guerra con Chile (siempre defendió la necesidad de unión entre los latinoamericanos); por discrepancia con la política económica de Martínez de Hoz y la tercera por asignar responsabilidades en la guerra de Malvinas. De modo que también supe visitar al marido preso”.

La última visita de Jorge Leal a la Antártida fue en la campaña 2003-2004 invitado especialmente por sus camaradas. Como lo había hecho toda su vida también tomó detallados apuntes de bitácora donde describió cada día del viaje. Sus ojos no volvieron a ver más esa inmensidad blanca que lo cinceló. La paz eterna la encontró en Base Esperanza que fundó, su lugar en el mundo donde descansa para siempre. Allí, donde el tiempo se mece con el silencio.

Tapa y contratapa del libro.
Tapa y contratapa del libro.

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