El aplauso se sostuvo por más de un minuto. Los veteranos y sus familiares, todos de pie, coronaban el cierre de la marcha de las Malvinas, en el final del acto en donde la Universidad de Buenos Aires homenajeó a sus egresados, profesores, docentes y no docentes veteranos de guerra. Emoción, vivas a la Patria, ojos humecidos y palabras de agradecimiento de los veteranos por haberse acordado de ellos.
Fue en la mañana de hoy en el salón de actos de la Facultad de Derecho. El rector Alberto Barbieri, acompañado por los decanos y autoridades entregó a cada uno de los 178 veteranos presentes un diploma a los que se formaron o donde ejercieron la docencia y que pelearon en el conflicto del Atlántico Sur.
“Es la medalla más linda de todas que recibí”, contó María Liliana Colino, cabo principal enfermera durante la guerra. “Tuvo el honor, el orgullo y el privilegio de pisar la tundra de Malvinas cuando flameaba la bandera argentina. Para mi, eso fue muy emocionante”.
Para algunos veteranos, que lucían sus condecoraciones, el acto fue el reencuentro con el compañero que hacía años que no veía o que había dejado de tener noticias. La expectativa y ansiedad se palpó en el ambiente: muchos llegaron con demasiada antelación. Como lamentablemente algunos de ellos ya no están, se acercaron sus familiares a recibir el reconocimiento.
“Las Malvinas es lo que me enseñaron desde chico”, contó el médico cirujano Rubén Omar Abete, mientras que Claudio Vedire, también médico dijo que cuarenta años es un montón, pero parece que fue ayer”.
Este reconocimiento fue votado en el Consejo Superior de la UBA como “valor simbólico por su lucha, dedicación, esfuerzo y sacrificio”, sostiene en sus fundamentos.
De ahí en más comenzó un largo proceso de entrecruzamiento de bases de datos de los veteranos de guerra del Ministerio de Defensa con los egresados, profesores y no docentes de la universidad. De ese rastreo, surgieron que 370 miembros de la comunidad universitaria eran veteranos. Se obtuvieron sus domicilios actualizados y muchos, al responder la carta que se le envió, aprovecharon para compartir sus vivencias y su paso por la UBA.
Cuando la ceremonia estuvo lista, la pandemia trastocó los planes hasta el día de hoy, que pudo llevarse adelante.
Uno de los veteranos que recibió el reconocimiento fue Martín Bourdieu, médico psiquiatra, que fue a la guerra como soldado conscripto con el Regimiento 3 de infantería. Con la compañía A peleó en los encarnizados combates de la noche del 13 al 14 de junio y recuerda con tristeza la muerte de cuatro compañeros. Está casado con Rocío del Milagro Obligado, bisnieta de Carlos Obligado, el autor de la letra de la Marcha de las Malvinas. Rocío, presente en la ceremonia, recordó a Infobae que su bisabuelo la escribió en 1939 con el propósito de presentarla en un concurso que había organizado la Junta de Recuperación de las Malvinas.
Fue en la UBA donde se presentó la primera tesis relacionada a los derechos argentinos en Malvinas. Es de 1866, se titula “Títulos de la República Argentina a la soberanía y posesión de las Islas Malvinas” y su autor es Isaac Areco, con la que obtuvo un doctorado en jurisprudencia.
En su discurso, el rector Alberto Barbieri les contó a los veteranos presentes que “ustedes, y quienes allí perdieron la vida, pelearon por la soberanía de un pedazo de nuestra patria, y por eso además de homenajearlos brindamos nuestro acompañamiento permanente a las familias, y compartimos su dolor. La universidad, además de sus propósitos de mantener el máximo nivel académico y de circulación de conocimiento, es el de involucrarse en acciones relacionadas al tejido social. Ustedes son el símbolo más acabado de lo que representa ese compromiso de nuestra universidad. Nuestro orgullo y agradecimiento es inmenso. La UBA, desde siempre, tomó la causa Malvinas como propia”.
El cierre estuvo a cargo de Esteban Morgado y su cuarteto, que ejecutaron, en la voz de la cantante Vivi Verri, la Marcha de las Malvinas, que provocó un cerrado y prolongado aplauso de las 500 personas presentes.
Se invitó a todos los veteranos a subir al escenario para una foto grupal. Sus diplomas y medallas en alto fueron el saludo final de una jornada inolvidable, que un veterano resumió en cuatro palabras: “La UBA somos todos”.
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