Es primatóloga y advierte: “Los monos carayá están en peligro y son esenciales para regenerar los montes”

Luciana Oklander estudia desde hace 20 años a los monos y comprobó que la construcción de Yaciretá afectó la variabilidad genética de los monos aulladores. Ahora son cada vez menos y más vulnerables frente a enfermedades y epidemias. La fiebre amarilla, las represas y los incendios en Corrientes los pusieron en un grave peligro

Los monos carayá negros y dorados viven en Misiones y Corrientes pero se vieron afectados por los incendios, las represas y la fiebre amarilla

Los osos panda son el símbolo que todos conocemos de un animal tierno y simpático en peligro en extinción. Pero los monos argentinos carayá también están en peligro y no se los conoce, no se los cuida, ni se los conserva. Al contrario se los puso todavía más en peligro con exceso de agua, fuego, traslados, desmontes, stress, enfermedades, ocupaciones y la involución de agredir a quienes cuidan el territorio.

Los monos carayá fueron desalojados de sus territorios, porque les desmontaron los árboles para plantar soja, porque el fuego arraso sus casas, porque les inundaron su hábitat para producir electricidad, porque los sacaron para llevarlos a otro lugar o les trajeron vecinos a donde eran únicos dueños.

Los monos tuvieron que salir, huir a las ciudades, reagruparse o reproducirse entre los pocos que quedan y, en muchos casos, sufren hambre y angustia y se pelean más entre ellos. El resultado científico es que son cada vez menos y están cada vez más débiles frente a la amenaza de virus cada vez más potentes.

Se necesita una campaña S.O.S carayá para que se comprenda que los monos están en peligro

A pesar que hay más conciencia ambiental en la sociedad no hay una campaña S.O.S. caraya. Se dice “gracias hacen los monos”. Y, en realidad, la noticia no hace gracia. Una investigadora argentina detectó que hay grupos de monos a los que les falta alimento. Y es urgente cuidarlos. Por ellos y porque, además, son esenciales, para regenerar el terreno afectado por el fuego.

Los incendios y las represas limitaron su vida, sus cruces genéticos, cercaron su territorio y terminaron volviéndolos más vulnerables a nuevos virus, posibles pandemias y a ser cada vez menos. Y si se ven más en las ciudades no es porque hay cada vez más, sino porque tienen que ir -por el fuego o las inundaciones- de su hábitat.

Los monos aulladores negros y dorados (Alouatta carayá) habitan en varias ecorregiones de América del Sur. Pero la mayor cantidad de población está en los en los bosques ribereños. Y en esas zonas, la construcción de represas hidroeléctricas (como la mítica Yaciretá) representa una alteración severa de los ecosistemas.

La primatóloga Luciana Inés Oklander detectó la pérdida de diversidad genética en los carayá cuando analizó la estructura genética de la especie en 22 sitios de estudio en Argentina, Paraguay y Brasil, a través del análisis genético de genes mitocondriales y autosómicos. “Hace 20 años, cuando los empecé a estudiar, había monos por todos lados, en cualquier monte, después tuvimos las olas de fiebre amarilla, los desmontes, las represas y, ahora, los incendios. Los animales están realmente en peligro”, advierte.

“Hace 20 años, cuando los empecé a estudiar, había monos por todos lados, en cualquier monte, después tuvimos las olas de fiebre amarilla, los desmontes, las represas y, ahora, los incendios. Los animales están realmente en peligro”, advierte Luciana Oklander

Luciana Oklander pertenece al Grupo de Investigación en Genética Aplicada (GIGA), al Instituto de Biología Subtropical (IBS), a la Universidad Nacional de Misiones y al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (UNAM-CONICET), de Posadas, Misiones. Es la Presidenta de la organización Conservación de Primates Neotropicales (NPC) y es Secretaria de la Sociedad Latinoamericana de Primatología.

Ella estudió en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Pero se fue a vivir a Posadas, Misiones hace una década. Es mamá de dos nenas, de 7 y 9 años. Además apostó a una bioreserva de turismo ecológico que se llama Karadya, en Andresito, Misiones y que se especializa en el avistaje de aves. También es Investigadora Adjunta del Grupo de Investigación en Genética Aplicada (GIGA), del CONICET e Investigadora asociada en el Departamento de Antropología de la Universidad de Texas, en Austin.

En el estudio titulado “Lo que el agua se llevó: la pérdida de la variabilidad genética en los monos aulladores negros y dorados ( Alouatta caraya ) debido a la construcción de represas”, publicado por la revista científica “Frontiers en ecología y evolución”, el 10 de marzo del 2022, se confirma que los monos brasileños y argentinos hoy ya están diferenciados genéticamente y eso no es una buena noticia. No es una camiseta de fútbol, es una vulnerabilidad frente a posibles virus o enfermedades.

La biológa Luciana Oklander nació en Buenos Aires pero se fue a vivir a Posadás y tiene una reserva en Andresito, Misiones que se llama Karadya

Además se comprobó que una gran parte de la variabilidad genética de las poblaciones brasileñas (que eran únicas) se perdieron irreversiblemente debido a la construcción de represas. Las poblaciones de monos que sobreviven tienen una baja variación genética. ¿Qué produce que se reproduzcan entre un número reducido de monos? Que son más débiles y eso las hace más vulnerables a futuras amenazas y brotes de enfermedades.

La investigación de Oklander estuvo acompañada por Mariela Caputo; Gabriela Fernández; Leandro Jerusalinsky; Silvviene de Oliveira; Sandro Bonatto y Daniel Corach. Y en las conclusiones se recomienda: “Es fundamental implementar acciones de manejo para conservar las poblaciones remanentes. Las Evaluaciones de Impacto Ambiental deben incluír datos sobre la estructura genética de las especies en los sitios afectados antes de su alteración o destrucción”.

Y, en el caso de seguir construyendo, el consejo es claro: “Las futuras represas hidroeléctricas deberían considerar explícitamente la translocación de animales a sitios con recursos suficientes y amenazas mínimas. Además, las poblaciones de primates afectadas deben ser parte de los programas de monitoreo a largo plazo, incluidos los impactos en el comportamiento, la salud y la genética”.

La investigación científica que demostró como la construcción de represas afectó la variabilidad genética de monos argentinos y brasileños.

En la investigación participaron el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas, Buenos Aires: la Cátedra de Genética Forense y Servicio de Huellas Digitales Genéticas, de la Facultad de Farmacia y Bioquímica, de Universidad de Buenos Aires; el Centro de Bioinvestigaciones, de la Universidad Nacional del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires; el Centro Nacional de Pesquisa e Conservação de Primatas Brazileiros, Instituto Chico Mendes de Conservação da Biodiversidade, de Cabedelo, Brasil; el Departamento de Genética y Morfología, de la Universidade de Brasilia, de Brasilia, Brasil y la Escola de Ciências da Saúde e da Vida, Pontifícia Universidade Católica do Rio Grande do Sul, de Porto Alegre, de Brasil.

“Las futuras represas hidroeléctricas deberían considerar explícitamente la translocación de animales a sitios con recursos suficientes y amenazas mínimas", advierte un informe científico

En Argentina hay cinco especies de primates, una es la Alouatta carayá que está en la lista roja de Argentina caracterizada como vulnerable. Los caraya fueron declarados monumento provincial (de Corrientes) en el 2021, pero están asediados por represas y fuego. Los incendios tuvieron su punto máximo de atención por la colecta de Santi Maratea que -por suerte- juntó más de 150 millones de pesos.

Los carayá son fundamentales para recuperar los montes ya que son regeneradores naturales porque dispersan las semillas de los frutos que consumen. Son bomberos naturales que no pueden apagar los incendios, pero sí pueden reconstruir el territorio arrasado por los fuegos provocados para quemar pasto, cambiar el suelo para la ganadería, plantar soja o abrir la tierra para desarrollos inmobiliarios.

El 19 y 20 de marzo Luciana Oklander lideró junto a un grupo de investigadores/as y guardaparques que fueron como voluntarios (Victoria Martinez de Zorzi, German Lafuente, José Gabriel Ruiz Díaz y Mariela Pilar Morales) y la organización Conservación de Primates Neotropicales (NPC) un relevamientos de las zonas afectadas por los incendios en Corrientes.

No alcanza con pedir presupuesto para apagar el incendio. Ahora hay que hacer lo posible por reconstruir el monte. En ese sentido, los carayá ejercen una función fundamental -así como las mangueras llevan agua- en llevar y traer semillas que puedan restaurar el paisaje.

Luciana Oklander y un equipo de voluntarios relevaron el territorio incendiado en Corrientes y destacaron la importancia de los monos como regeneradores del monte

La NPC advirtió: “En el marco del Plan de Conservación de Primates de Argentina (la Resolución 430/21 del Ministerio de Ambiente de la Nación) estamos trabajando en acciones para restaurar los montes que utilizan los monos. Luego de los relevamientos se priorizó la necesidad de suplementar con supervisión de especialistas a un grupo de monos en un fragmento con baja disponibilidad de alimento”.

Las actividades destinadas a la conservación de los primates van a continuar en coordinación con la Dirección Nacional de Biodiversidad, la Administración de Parques Nacionales, el CONICET, la Estación Biológica de Corrientes y el Instituto de Biología Subtropical sede Posadas, entre otras entidades. “El mono aullador negro y dorado se encuentra amenazado y la población del norte de Corrientes y del sur de Misiones está en peligro. Para asegurar su conservación en la provincia de Corrientes los monos aulladores negro y dorado fueron declarados Monumento Natural provincia (Ley 6590)”, recalca Luciana Oklander.

—¿Qué pasa cuando se tala el monte con los monos que viven en ese territorio?

— Cada vez que nosotros talamos montes nos estamos llevando a estos monos porque es la casa donde viven.

— De Yacyretá se dijo mucho en las investigaciones sobre corrupción. Pero mucho menos sobre el impacto ambiental. ¿Cuál fue su efecto en los monos carayá?

— Nosotros investigábamos hace mucho tiempo las poblaciones de monos carayá de Argentina porque nos venía preocupando que, cada vez, tenían menos ambientes, menos lugares donde vivir. Un estudio anterior mostró que el efecto de Yacyretá fue que se diferenciaran los grupos de la parte de Corrientes de la parte de Misiones, pero en éste último trabajo, estudiamos poblaciones que eran de casi todos los lugares donde están los carayá que incluye Brasil. Y ahí teníamos muestras de las poblaciones donde se hicieron las represas antes que se haga la represa. Lo que encontramos fue que todos esos monos, que ahora no existen más porque están bajo agua, tenían una variabilidad genética fantástica que no se encuentra en Argentina y que todos son fósiles. Fue muy triste encontrar estos resultados. O sea que lo único que nos queda de genética es lo que tenemos ahora y vemos lo que hemos perdido por la construcción de represas en Brasil.

"Fue muy triste encontrar estos resultados", dice la primátologa Luciana Oklander sobre la extinción de monos brasileños como consecuencia de la construcción de Yacyretá

— ¿Qué implica que hayamos perdido esa variabilidad genética que tenían los monos antes de la construcción de la represa?

Los lugares donde más viven los monos son los bosques que están en los bordes del río. Entonces si nosotros inundamos esos bosques ya no tienen dónde estar. En Yacyretá (y en todas las represas) lo que hacen es inundar toda esa parte entonces desaparecen los bosques por donde los monos van y vienen y ya no tienen conexión entre unos y otros.

— ¿Qué pasa cuando los monos huyen de las inundaciones para sobrevivir y se quedan en grupos más chicos?

-Al estar en lugares restringidos empiezan a tener solamente hijos entre parientes y eso hace que disminuya la variabilidad genética que es lo que les da la capacidad de resistir enfermedades.

— Los monos argentinos ya se vieron afectados por la fiebre amarilla y estamos todavía en el contexto del Covid-19 y frente a la Influenza. ¿Los monos al verse acorralados se volvieron más débiles genéticamente frente a futuras pandemias?

— Claro, cuanto más variada genéticamente sos más probabilidades tenés de sobrevivir a cualquier virus y bacteria. Cuanta menos variabilidad tengas, cuanto más parecidos sean todos los individuos, es mucho más probable que venga una enfermedad y los mate a todos.

La investigación de Luciana Oklander se realiza en territorio y en laboratorio para detectar la variabilidad genética de los monos

—¿Cómo lograron investigar a los monos utilizando la genética y técnicas no invasivas?

—En los años 80′, en Argentina, se capturaban los monos y se les sacaba sangre y para hacer esos estudios genéticos. Pero lo que logramos ahora fue simplemente juntando las cacas conseguir datos genéticos y no se los tiene que capturar, no se los tiene que dardear (con dardos para sedarlos) y tampoco molestarlos. Entonces juntando las cacas de cada uno de los lugares podemos conocer la genética, podemos saber si tienen conexión entre varias poblaciones y si están bien de salud. Hay un montón de estudios que se pueden hacer a través de las cacas sin necesidad de capturar ni molestar a estos individuos.

—¿Su recomendación es que ante varios proyectos que hay en Misiones de generar otras represas se tenga en cuenta cómo puede afectar a los monos carayá?

— Sí, esto es muy importante y nosotros lo pusimos en esta publicación porque muchas veces se dice “bueno, no importa, vamos a agarrar estos bichos que están en la zona donde se va a inundar y los ponemos en otro lugar”. Pero estos otros lugares donde dicen que los van a poner ya tienen monos, entonces lo que generan es como una guerra entre los individuos nuevos y viejos y terminan sobreviviendo la misma cantidad de los que había antes. Es como si vienen y te meten gente a tu casa.

Obviamente esto no es una medida que le sirva a estos animales, hay que buscar si existen realmente lugares vacíos donde puedan estar, donde tengan suficiente comida, donde no vayan a ser cazados. Entonces muchas veces estas translocaciones solamente son para la imagen pública pero, a largo plazo, no les sirve a los animales ni a la especie.

Un equipo de voluntarios relevó los territorios afectados por los incendios y detectó monos con dificultades para acceder a suficientes alimentos

— ¿Las futuras represas hidroeléctricas deberían considerar explícitamente la translocación de animales a sitios con recursos suficientes y con la menor cantidad de amenazas posibles? ¿Hay proyectos de represas en Misiones o en otros lugares de América Latina que puedan seguir afectando esta biodiversidad necesaria y supervivencia para los monos que tenemos en Argentina, en Brasil y en Paraguay?

— Sí, hay varios proyectos de represas y hacemos un llamado a que hagan las evaluaciones de impacto antes de provocar estos efectos porque los resultados de las evaluaciones de impacto ambiental, por ejemplo, de Brasil se tuvieron después de la construcción o no es obligatorio hacer caso a las recomendaciones de las evaluaciones de impactoambiental

—¿Cuál es el efecto de pedir evaluaciones de impacto ambiental pero en la letra chica actuar antes de leerlas o leerlas y tirarlas al tacho de basura sin seguir sus recomendaciones?

— Se ha visto que especies de sapos se extinguieron directamente, a pesar que existían evaluaciones de impacto que advertían que esto iba a suceder. Entonces, muchas veces, al no ser obligatorio responder a las cuestiones que dicen las evaluaciones de impacto no se tienen en cuenta y terminan teniendo las consecuencias que estamos mostrando.

La investigación científica relevó un amplió terreno en donde se constató como las represas afectan a los monos aulladores

—El primer femicidio político más impactante en América Latina fue el de Berta Cáceres, que, en Honduras, por oponerse a la construcción de una represa. ¿Estos datos técnicos sobre los monos en Argentina muestran por qué es tan importante la defensa del agua y la oposición en muchos casos a la construcción de represas para poder conservar la biodiversidad?

— Sí claro, en la discusión de esta publicación también hablamos de montones de consecuencias que tiene para las poblaciones humanas, porque muchas veces toda la vegetación que se hunde cuando se hacen estas represas genera que esa agua no sea potable, se contamine por la cantidad de especies vegetales que se están pudriendo ahí, la translocación también de poblaciones nativas que se genera, sobre todo en Brasil. Tiene miles de repercusiones.

Nosotros nos localizamos en esta parte que es la de los monos pero estaría bueno desmitificar esta idea de que es energía limpia, o renovable, porque no lo es. Tiene muchísimos daños a nivel ambiental y a nivel humano. Se piensa que estas son energías limpias cuando existen otras energías limpias, pero esta no.

— ¿Cómo afectan los incendios a los monos aulladores?

— El efecto es que los monos van a ser menos diversos.

La investigadora Luciana Oklander realizando trabajo de campo sobre el efecto de las represas en los monos

— ¿Desde que empezaste a investigar a los monos mejoramos o empeoramos lo que hacemos los seres humanos, en Argentina, a los monos?

Hace 20 años, cuando yo los empecé a estudiar, se consideraba que había monos por todos lados, en cualquier monte que vos fueras a ver, después tuvimos las olas de fiebre amarilla con las cuales hubo una enorme mortandad tanto en Argentina como en Brasil, los desmontes permanentes, las represas y, ahora, los incendios. Los animales están realmente en peligro.

— ¿Es importante que en Argentina se sepa que los animales en extinción no son un sticker o algo que pasa lejos, sino en Misiones y Corrientes?

Nosotros estamos haciendo un montón de trabajo para que se sepa no sólo a nivel de Argentina, que los catalogamos como vulnerables, sino a nivel internacional, para que se reconozca que estos monos están realmente en peligro.

— ¿Qué pasa cuando aparece un mono en la ciudad y parece gracioso?

— El problema es que hace poco tiempo se los veía tanto que no hay conciencia del peligro. Y, muchas veces, la gente también los ve en las ciudades, pero eso no es porque haya muchos sino porque cada vez tienen menos hábitat donde estar. Entonces empiezan a ir a lugares donde hay dos o tres árboles y se los encuentra en plazas. Pero eso no significa que haya muchos, significa que los lugares donde antes estaban no existen más. Están realmente en peligro.

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