“Free hugs”, dice el cartel que lleva ella. “Dinoabrazos gratis”, reza el papel envuelto en un folio que sostiene él. No se conocen pero fueron a hacer lo mismo al Hipódromo de San Isidro el viernes 18, el sábado 19 y el domingo 20: regalar abrazos. Los dos conforman una pequeña dosis del color que se vivió en los tres días del Lollapalooza, una combinación de felicidad, desborde, liberación y ganas de pasarla bien.
Ella es Agustina, tiene 19 años y se reconoce una artista en formación: le gusta la música y la actuación. Asiste al festival desde 2017 pero es la primera vez que motorizó una iniciativa. “‘Free Hugs’ es mi gran fuck you al covid. Vine para estar con la gente y con todo el mundo que pueda. No sé cómo se me ocurrió… Vine con esa intención de hacer amigos, de disfrutar al máximo”, relató.
Su propuesta está anclada en la pandemia del coronavirus y en los dos años que no se pudo realizar en el país por razones sanitarias. Dice que el covid la incentivó a llegar al campo con un cartel que anunciaba que regalaba abrazas. Tenía el barbijo en la mano y además, tenía que contar con el “Pase Libre Covid”, que exigía un esquema de vacunación completo -al menos dos dosis aplicadas, habiendo recibido la última dosis 14 días o más, previos al comienzo del festival-. “A partir de la abstinencia que sentí por el confinamiento, tuve la necesidad de estar con la gente, quería estar más en contacto con ellos”, reconoció, antes de comentar que sacó el pase de los tres días pero que también la motivaba acompañar a sus amigos a ver a Miley Cirus, Dillom, Doja Cat y a Machine Gun Kelly.
A Chico Dino, como se hace llamar en redes sociales, lo mueven otras pulsiones. Su razón no está atravesada por el covid, es más un ejercicio de liberación personal. “Lo hago porque en algún momento necesitaba un abrazo porque estaba y me sentía solo. Empecé a ir a eventos de animé donde se realizaban cosplay y esas cosas y me animé: fui de dinosaurio. Llamé demasiado la atención y empecé a usarlo más seguido a todos los eventos que iba”, contó.
“Un día vi a personas dando abrazos gratis y me gustó ver eso porque la gente se acercaba, se interesaba. Hasta los más tímidos se sumaban. Al tener el cartel nos poníamos a hablar y se llevaban un abrazo gratis”, expresó. Tiene razón: su propuesta no es nueva y es internacional. “Abrazos Gratis” es un movimiento social que consiste en personas dispuestas a abrazar a extraños en lugares públicos. Este gesto supone un acto de bondad y esperanza, un concepto de paz que cada vez se replica a mayor escala en todas partes del globo.
El chico que desde 2018 acude al Lollapalooza vestido de dinosaurio actualmente está estudiando gastronomía y sugiere que él, en algún momento, quiso ser abrazado. “A veces una persona anda mal y solo necesita un poco de cariño sincero de alguien desconocido que no quiera juzgarlo”, explicó. No sabe cuántos abrazos dio pero sí que se sintió bien proponiéndolo. Como Agustina, que tuvo que interrumpir la nota con Infobae, porque alguien quiso ir a abrazarla.
Estuvieron juntos entre la multitud en el Hipódromo de San Isidro, la noche del viernes 18, la primera noche del festival, cuando Miley Cyrus cerró con un espectáculo fascinante. Pero no se perdieron ninguno de las tres jornadas consecutivas, de los cinco escenarios y los más de cien shows que hicieron vibrar a cientos de miles de personas.
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