Los crueles finales de los doce apóstoles tras la muerte de Jesús: lapidaciones, destierros y traiciones

Sus nombres son conocidos por todo el mundo, pero los padecimiento que debieron soportar han sido sepultados por la Historia y apenas son mencionados en los Evangelios

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Cuadro de la "Última Cena" del pintor italiano Tiziano. EFE/Hannah Hiseman
Cuadro de la "Última Cena" del pintor italiano Tiziano. EFE/Hannah Hiseman

Muchas veces nos preguntamos, ¿qué fue de los apóstoles de Jesús una vez que este culminó su misión en la tierra? Primero, definamos qué es “apóstol”. La RAE dice: “Del lat. tardío apostŏlus, y este del gr. ἀπόστολος apóstolos ‘enviado’. Propagador de cualquier género de doctrina importante”.

¿Qué más sabemos? Que los apóstoles, luego de la resurrección de Jesús y de su ascensión, permanecieron en Jerusalén hasta el día de pentecostés. Es decir, 50 días después de la Pascua, lo que marca el inicio de las actividades de la Iglesia y la predicación apostólica. Ese día el pueblo judío celebra la fiesta de Shavuot o “fiesta de las semanas”, durante la cual se recuerda el quincuagésimo día de la aparición de Dios en el monte Sinaí. Por lo tanto, también es la entrega de la Ley, es decir, de los mandamientos al pueblo de Israel y es una de las tres grandes fiestas del calendario judío.

A partir de ese día, poco se sabe de lo que ocurrió con cada uno de ellos. Los Evangelios no dan datos sobre el paradero de los discípulos. Solo en el libro de los Hechos de los Apóstoles en el 12:1-4, nos narran la muerte de Santiago y la encarcelación de Pedro: “Por aquel tiempo el rey Herodes decidió apresar a algunos miembros de la Iglesia para maltratarlos. Hizo matar a espada a Santiago, hermano de Juan, y al ver que esto agradaba a los judíos, mandó detener también a Pedro: eran precisamente los días de la fiesta de los Panes Ázimos. Después de detenerlo lo hizo encerrar en la cárcel bajo la vigilancia de cuatro piquetes de cuatro soldados cada uno, pues su intención era juzgarlo ante el pueblo después de la Pascua.”

Es decir que casi todo lo relacionado con la predicación apostólica de los discípulos directos de Jesús son relatos de la Iglesia primitiva. Veamos uno por uno lo relatado por estas comunidades.

Una aclaración: no trataremos a Pablo de Tarso, porque dada la complejidad de su actividad, merece un artículo aparte. Pero sí diremos que su sepulcro ubicado en la actual basílica de San Pablo extramuros es uno de los tres que la arqueología ha constatado que podría ser la del apóstol, dada la antigüedad y el culto que en ese lugar se ha desarrollado a través de los siglos. Los otros dos son los de Pedro y la de Juan.

Santiago, el mayor: hijo de Zebedeo y Salomé, pescador que vivió en Betsaida, Capernaúm y Jerusalén. Predicó allí y en Judea, según la tradición en la península Ibérica. Fue decapitado por Herodes, en el año 44 y su cuerpo fue trasladado a Compostela, Galicia. El nombre Santiago proviene de dos palabras “Sant” y “Iacob” (su nombre en hebreo). Los españoles en sus batallas gritando “Sant Iacob, ayúdenos” las unieron formando una sola: Santiago. Se le llamaba el Mayor, para distinguirlo del otro apóstol, Santiago el Menor, que naturalmente era más joven que él. Fue el primero de los doce en convertirse en mártir y es el único que mencionan los Evangelios, como leímos más arriba.

Andrés: Vivió en Betsaida y Capernaúm y era pescador. Junto con Juan el Evangelista eran discípulos de Juan Bautista, como leemos en Marcos 1, 16-18. De acuerdo con la tradición, Andrés murió como mártir en Acaya, Grecia, en el pueblo de Patra. Fue condenado a morir en la cruz, pero como no se consideraba digno de morir de igual modo que Jesús (lo mismo dirá su hermano Pedro) fue crucificado en una cruz con forma de X, la cual hasta el día de hoy es llamada la cruz de San Andrés y es uno de sus símbolos apostólicos. La tradición coloca su martirio el 30 de noviembre del año 63, bajo el imperio de Nerón. Sus reliquias fueron transferidas con el tiempo a la catedral del Duomo en Amalfi, Italia.

Bartolomé: vivió en Caná de Galilea. La tradición dice que fue misionero en Armenia y también en Phrygia y Hierápolis junto a Felipe. El nombre de Bartolomé aparece en cada lista de los discípulos, y lo podemos ver en Mateo 10,3; Marcos 3,18; Lucas 6,14; Hechos 1,13. Su primer nombre probablemente era Natanael, a quién Jesús llamó “un verdadero Israelita, en quien no hay engaño.” (Juan 1,47) y junto a San Judas Tadeo son considerados santos patrones de la Iglesia apostólica armenia. Su martirio se le atribuye a Astiages, rey de Armenia. Fue despellejado vivo con cuchillos. Su sepulcro se encuentra en la basílica de san Bartolomé, en la isla Tiberíana, en Roma.

Santiago, el menor (o más joven). Hijo de Alfeo. La tradición siempre lo ha identificado con el “hermano del Señor” es decir un pariente cercano como leemos en Marcos 6,3. Es mencionado por San Pablo en su carta a los Gálatas 1, 19. Se le identifica también con aquél Santiago a quien se le aparece el Señor resucitado como podemos ver en 1 Cor 15, 7. Después de que los apóstoles se dispersaran y abandonaran Jerusalén, Santiago permaneció y se convirtió en el primer obispo de la ciudad santa. Allí estuvo durante varias décadas hasta que fue lapidado hasta morir por mandato de las autoridades judías en el año 62. Su cuerpo se encuentra en la Iglesia de los Santos Apóstoles en Roma, pero su tumba original se cree que se encuentra en la catedral de Santiago en Jerusalén.

Juan: hijo de Zebedeo. Fue el más joven de los discípulos y es a quien Jesús desde la cruz le entrega a su madre, la Virgen María. Predicó entre las iglesias de Asia Menor y luego desterrado en la Isla de Patmos. Es el único de los apóstoles que no murió mártir. La tradición dice que falleció en Éfeso, y en el lugar de su tumba se levantó una capilla. En el siglo V fue remplazada con una gran basílica. Después se convirtió en una mezquita, con la invasión turca la cual fue destruida por Tamerlane en 1402. En1920, arqueólogos excavaron los restos de la basílica y encontraron la tumba de Juan pero estaba vacía.

Judas Iscariote, el apóstol que traicionó a Jesús.
Judas Iscariote, el apóstol que traicionó a Jesús.

Judas Tadeo: hijo de Alfeo. Poco se sabe sobre él. La tradición dice que predicó en Asiria y Persia y murió como mártir en Persia. En Marcos 3:18 es llamado Tadeo, en Mateo 10,3 le adjudica otro nombre y en Lucas 6,16 y Hechos 1,13 es llamado Judas el hermano de Santiago. Según la tradición oriental, Judas Tadeo habría muerto en la región del actual Líbano, mientras que para la tradición occidental —tal como aparece en el martirologio romano desde el siglo VIII— evangelizó la Mesopotamia para luego reunirse con Simón el Cananeo y predicar varios años en Persia incluyendo la zona de la actual Armenia, para ser finalmente martirizado en la actual Irán aproximadamente en el año 62 de nuestra era. Sus restos están actualmente en la basílica de San Pedro en Roma.

Mateo: es citado en los Evangelios como Leví, hijo de Alfeo o Cleofás, publicano y recaudador de impuestos en Cafarnaúm como leemos en Mateo 9,9, Marcos 2,14, Lucas 5,27-29. Posiblemente Leví era su nombre original y adoptó el mismo el nombre de Mateo cuando se convirtió en seguidor de Jesús. Pese a los prejucios por su ocupación como recaudador de impuestos, Jesús lo hizo uno de los suyos.

Según Eusebio de Cesarea predicó durante quince años en Judea, donde escribió su Evangelio hacia el año 80 y también se nos dice que después se marchó a Etiopía donde presuntamente fue martirizado. En cambio Epifanio de Salamis asegura que Mateo murió en Hierápolis. Según la tradición sus restos se encuentran en Salerno, Italia.

Pedro: Simón Pedro, hijo de Jonás. Pescador que vivió en Betsaida y Capernaúm. El nombre originario de Pedro era Simón en griego y su nombre hebreo fue Cefas. El significado de Simón y Cefas se podría traducir como “roca”. Y este nombre será confirmado por Jesús tal y como leemos en Mateo 16:17-19: “Jesús le replicó: «Feliz eres, Simón Bar-jona, porque esto no te lo ha revelado la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los Cielos. Y ahora yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia; los poderes de la muerte jamás la podrán vencer. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos: lo que ates en la tierra quedará atado en el Cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el Cielo.” Pedro era galileo también como lo fueron varios de los otros discípulos La tradición dice que Pedro primero viajó a Antioquía y estableció una comunidad allí. No permaneció mucho tiempo, pero a menudo se le conoce como el primer obispo de Antioquía. Después quizás visitó Corinto antes de partir hacia Roma. Allí ayudó a formar la comunidad cristiana hasta que fue martirizado y según la tradición crucificado boca abajo en el circo de Nerón en torno al 64 d. C. en Roma. Sobre su tumba se construyó la basílica Vaticana.

Felipe: era originario de Betsadia, (Galilea) y pescador. Felipe es quien invita a Natanael a conocer a Jesús como leemos en Jn 1, 45: “Felipe se encontró con Natanael y le dijo: «Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en la Ley y también los profetas. Es Jesús, el hijo de José de Nazaret.» .Natanael le replicó: « ¿Puede salir algo bueno de Nazaret?» Felipe le contestó: «Ven y verás. »”

La tradición dice que Felipe predicó en las regiones de Frigia, actualmente Turquía, y Escitia, actualmente Moldavia. Fue martirizado en Hierapolis. En 2011, un equipo de arqueólogos italianos afirmó haber descubierto en Pamukkale, antigua Hierápolis, la tumba del apóstol Felipe, aunque sus restos están en la Iglesia de los Santos Apóstoles en Roma.

Simón, el Zelote: para diferenciarlo de Pedro, se le adjunta “el Zelote” y vivió en Galilea. El nombre de Simón está en los tres evangelios sinópticos (de Mateo, Marcos y Lucas) y en el libro de Hechos de los apóstoles siempre que se ofrece una lista de los apóstoles, pero no se dan más detalles sobre él.

Los abisinios relatan que sufrió la crucifixión como obispo de Jerusalén, luego de haber predicado el Evangelio en Samaria. No se sabe con certeza en qué lugar predicó el evangelio. Se habla de casi todos los lugares conocidos de ese entonces, incluso se han mencionado que llego hasta Gran Bretaña; según los Griegos, predico en el Mar Negro, en Egipto, el Norte de África, y Gran Bretaña. Todo esto según la tradición.

Sobre su vida apostólica hay varias tradiciones. Una dice que viajó por Oriente Medio y África. Los cristianos etiópicos señalan que fue martirizado en Samaria. Pero también lo ubican en Persia, en el Cáucaso, en Edesa, y hasta en la Britania romana. Algunas de sus presumibles reliquias se encuentran en la basílica de San Pedro en Roma.

Tomás: El nombre Tomás significa “gemelo” en arameo. En los evangelios sinópticos y en los Hechos de los Apóstoles aparece en la lista de los apóstoles en Mateo 10:3, Marcos 3:18, Lucas 6:15, Hechos 1:13, pero no se da más información acerca de él. También se lo menciona en el Evangelio de Juan en varias oportunidades. Aunque la más recordada es la de Juan 20:24-29: “…Hasta que no vea la marca de los clavos en sus manos, no meta mis dedos en el agujero de los clavos y no introduzca mi mano en la herida de su costado, no creeré.” Según la tradición a Tomás se le atribuye la evangelización de Oriente. Tiene una gran importancia tanto en Siria como en la India y según la costumbre, Tomás sufrió martirio en la India. Su tumba se encuentra en Mylapore, India.

Matías: Después de ser elegido como el “apóstol de reemplazo”, una tradición sostiene que Matías fundó una iglesia en Capadocia y sirvió a los cristianos de las costas del mar Caspio. Se cree que murió mártir decapitado con un hacha en Cólquida, a manos de los muchos paganos del lugar. Algunas de sus reliquias supuestamente fueron llevadas a Roma por santa Elena.

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