Luego de pasar unos días en el interior del país -Salta y Chaco- para impregnarse de las problemáticas locales, los dos equipos de un total de 8 jóvenes que son parte de la primera camada de la Escuela Política Fratelli Tutti se reunieron en la sede de Scholas Occurrentes (la red de escuelas promovida por El Vaticano a nivel mundial) en la Villa 31 en Buenos Aires para hacer el balance de la experiencia y compartir sus vivencias.
En Salta, la problemática con la que fueron a tomar contacto es la elevada tasa de suicidio juvenil en San Antonio de los Cobres. Y en Cuatro Bocas (Miraflores), localidad en el límite del Impenetrable chaqueño son las adicciones, muy extendidas también entre chicas y muchachos de la comunidad wichí.
En ambos lugares, los integrantes de la Escuela Política Fratelli tutti vivieron y experimentaron lo que otros jóvenes que tienen estas problemáticas sienten en su día a día. Asimismo, se reunieron con autoridades y participaron en talleres y visitas para completar su visión sobre estas realidades.
Trabajaron desde la lógica del encuentro y la escucha, intentando vivir el problema desde el punto de vista del otro y con el objetivo de poner sobre la mesa posibles soluciones.
Los dos equipos hicieron de este modo en Argentina sus primeras experiencias de campo, mientras que otros participantes de Fratelli tutti -en total son 50 jóvenes, 27 mujeres y 23 varones- fueron a otros países. Se organizaron de modo tal que los nacionales de un lugar fuesen a otro para garantizar un intercambio lo más amplio posible.
La formación que siguen estos jóvenes, explicó José María del Corral, presidente de la fundación pontificia Scholas Occurrentes y también coordinador de la Escuela Política Fratelli Tutti, tiene tres etapas: escuchar, crear, celebrar.
La escucha implica el aprendizaje de una metodología. “Se escucha con todo el cuerpo”, para llegar a percibir las problemáticas sobre las cuales luego van a trabajar.
Y luego de completar una etapa de planificación, viene la experiencia de campo, porque la escucha debe empezar abajo. “La Escuela Política Fratelli Tutti intensifica el trabajo desde la lógica del encuentro, intentando vivir el problema desde el punto de vista del otro y con el objetivo de poner sobre la mesa posibles procesos que encaminen a mejorar estas coyunturas que afectan de igual modo en otros países”, dice un comunicado de Fratelli tutti.
Los dos equipos de Fratelli Tutti que vinieron a Argentina compartieron vivencias con las comunidades locales, recolectando datos y recabando experiencias.
El viernes concluyó esa fase de su tarea y volvieron a Buenos Aires donde este sábado se reunieron para intercambiar impresiones sobre lo vivido. Los estudiantes hablaron de sus aprendizajes a lo largo de estos días pasados en Salta y Chaco, inmersos en realidades quizás muy distintas a las suyas y ciertamente muy movilizantes.
El encuentro se llevó a cabo en la Villa 31, donde Scholas Occurrentes tiene una sede.
El grupo que estuvo en Miraflores, en el Impenetrable chaqueño, vivieron en la casa comunitaria El Cruce, un centro de Scholas en la zona que alberga a una comunidad de jóvenes en rehabilitación para superar problemas de adicciones, con quienes compartieron la rutina. También participaron con ellos de taller de escritura, cocina, mural o espacios de reflexión, entre otras actividades.
Visitaron la comunidad Wichí en Miraflores y a la comunidad Qom, en la ciudad de Castelli. Allí, fueron recibidos por el intendente Pío Sander, visitaron una escuela local y se reunieron con jóvenes que trabajan la problemática de las adicciones.
El viernes 18 los recibió el gobernador de la provincia de Chaco, Jorge Capitanich, acompañado por el ministro de Educación de la provincia, Aldo Lineras; y por el ministro de Gobierno y Trabajo, Juan Manuel Chapo.
El equipo que viajó a Salta, para estudiar la problemática del suicidio juvenil, tomó contacto con distintos actores sociales, con el fin de invitar a todos a crear un proyecto juntos. Mantuvieron encuentros con el intendente de San Antonio de los Cobres, Alberto Carral, con referentes del área de salud mental y visitaron el Concejo Deliberante de esa localidad salteña.
También recorrieron escuelas primarias y conversaron con docentes sobre la problemática.
Los jóvenes comentaron que no fueron a llevar soluciones sino a ponerse a la escucha de la comunidad y a conversar con todos los actores sociales.
Por eso, tuvieron una mesa abierta con todos ellos: jóvenes, docentes, padres, el Intendente, el cacique del pueblo, la comunidad de madres que han perdido a sus hijos, las monjas a cargo de la iglesia local, policías, entre otros. Allí se puso en el centro el dolor de toda la comunidad.
“Nos encontramos con una cultura muy rica, de la que tenemos mucho que aprender, una cultura con raíces indígenas, que realmente nos acogió muy bien y que estuvieron dispuestos a hablar con nosotros en todo momento. Por otro lado también fue encontrarnos con una realidad muy triste, en la que los jóvenes, que son la mayoría de la comunidad (es una comunidad muy joven), se sentían bastante desvinculados de su familia, en la que no se sentían a gusto para hablar de sus sentimientos, en la que no tenían personas para confiar y esto derivaba en que las tasas de suicidio sean tan altas en esa comunidad, y esa es la problemática que hemos estado trabajando ahí. Fue realmente bonito y triste al mismo tiempo. Esperamos poder seguir trabajando con esta comunidad, con tantos contrastes, y estamos muy felices de poder haber vivido esta experiencia”, dijo Alicia, que vino de España.
Ahora, cada uno de ellos regresará a su respectivo país desde donde seguirán intercambiando experiencias con los demás integrantes de esta primera camada de la Escuela Fratelli Tutti, en lo que constituye parte de la etapa de creación, de elaboración de propuestas originales. En una tercera etapa, deberán compartir estos resultados con las comunidades, celebrar con ellas. Con ese fin, los jóvenes volverán a Argentina en los próximos meses para poner en práctica lo creado a partir del proceso iniciado en este viaje.
De esta forma, dice Del Corral, se sigue siempre la propuesta del Papa, de ir de abajo hacia arriba, de ver la realidad concreta primero, escuchar.
Y aclara: “Esta no es una escuela de formación individual, sino que busca formar una comunidad política de jóvenes”.
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