Raúl Alfonsín: una madre estricta, la lucha por la Democracia y una vida dedicada a la política

Hoy, el gran líder radical cumpliría 95 años. Desde la primera infancia en su Chascomús natal, su primer contacto con la política, la educación familiar y su trayectoria en un repaso de quien pasó a la historia como “el padre de la democracia”

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Raúl Alfonsín
Raúl Alfonsín

Su primer contacto con la política fue de pequeño y el recuerdo que le quedó no fue bueno. Fue al escuchar a sus padres y a los vecinos indignarse cuando el reconocido docente y vecino Federico Gándara fue golpeado y arrojado al piso al insistir en emitir su voto. La política se le presentó con su peor cara, la del fraude.

A Raulito, como lo conocían en el pueblo, lo obligaban a permanecer en su casa cuando llegaban al pueblo matones enviados de la capital para torcer alguna elección, y siempre había disturbios.

Su familia era radical. Su papá Serafín Raúl Alfonsín Ochoa era hijo de un inmigrante gallego nacido en Ribadumia, que llegó al país durante la presidencia de Sarmiento y que en 1878 abrió el primer almacén de ramos generales que tuvo Chascomús. Su mamá, Ana María Foulkes, era argentina con ascendencia inglesa por parte de padre y argentina por parte de madre. El abuelo de la madre, Ricardo Foulkes –casado con una kelper- había participado de la revolución radical de 1893 y terminó preso en Dolores.

Raúl Alfonsín, años atrás, cuando ya estaba inmerso totalmente en la vida política.
Raúl Alfonsín, años atrás, cuando ya estaba inmerso totalmente en la vida política.

Raúl Ricardo era el mayor de seis hermanos, cuatro varones y dos mujeres. Nació el sábado 12 de marzo de 1927 en Chascomús.

Una de las penitencias a las que su severa madre sometía a sus hijos era la de escribir, repetidas veces, la lección que debían aprender. En el caso de Raúl, en más de una oportunidad debía llenar hojas con la frase “debo ser paciente”.

La primaria la hizo en la normal regional y por sus prolongadas temporadas en las que estuvo enfermo de los bronquios y en los que acumuló demasiados ausentes, debió repetir tercer grado. Se inició en la lectura y devoró todos los libros de literatura juvenil, así como historietas, aunque la madre se las retaceaba. También pasaba el tiempo jugando al fútbol en la parroquia, a instancias del cura Arrevillaga, que prefería que lo hicieran allí y no en la calle.

Por las insistencias de un amigo de la familia, se hizo hincha de Independiente. En el pueblo se podía matar el tiempo en el Club Social, en el Club de Paleta o en el Regatas.

La familia Alfonsín en pleno en Chascomús. Con María Lorenza se habrían conocido en un baile de carnaval.
La familia Alfonsín en pleno en Chascomús. Con María Lorenza se habrían conocido en un baile de carnaval.

A la hora de elegir la educación secundaria, sus padres se inclinaron por el Liceo Militar General San Martín, de donde egresó en 1944 como subteniente de reserva. “En realidad, me anotaron ahí (sus padres) porque eran excelentes los profesores y la educación”, dijo años después. De esa época le quedaron amigos como el almirante Anaya o el general Harguindeguy.

Pasaba algunos fines de semana en Buenos Aires en la casa del abuelo Foulkes, quien por la crisis debió vender campos, cerrar su negocio en Chascomús y establecerse en la ciudad.

Cuando contaba con 18 años se afilió al radicalismo e ingresó a Derecho en la Universidad de Buenos Aires. Hizo gran parte de la carrera en forma libre, y se recibió de abogado en 1950.

A los 18 años se afilió al radicalismo. En 1954 fue electo concejal en su ciudad.
A los 18 años se afilió al radicalismo. En 1954 fue electo concejal en su ciudad.

En esa época comenzó a noviar con María Lorenza Barreneche, “Lorencita”, que estudiaba en una escuela de monjas de Chascomús, y que se habrían conocido en un baile de carnaval. Se casaron el 14 de febrero de 1949 y tuvieron seis hijos: Raúl Felipe, Ana María, Ricardo Luis, María Marcela, María Inés y Javier Ignacio. Fue María Lorenza quien se ocupó de su educación, ya que su marido ya estaba absorbido por la política y la vida partidaria y sus ausencias eran frecuentes.

Cuando se casó, fueron a vivir a Mendoza, donde nació el primero de sus hijos. Luego se mudó a la ciudad de La Plata hasta que en 1951 regresó a Chascomús.

Recordaba que cuando fue el 17 de octubre de 1945 estaba en su pueblo natal, y tenía la cabeza en otra cosa: su papá estaba internado por una pancreatitis aguda en el Otamendi.

En 1954 fue concejal en Chascomús en unas elecciones donde el peronismo fue mayoría. Cuando fue el alzamiento de junio de 1955 estuvo preso un tiempo, aunque no había tenido participación. Militaba en el Movimiento de Intransigencia y Renovación, una línea interna partidaria que rescataba los principios yrigoyenistas, creada en 1945, cuyos referentes eran Ricardo Balbín, Crisólogo Larralde, Arturo Frondizi y Moisés Lebensohn, entre otros.

Alfonsín en el frente de su casa en Chascomús.
Alfonsín en el frente de su casa en Chascomús.

Desde 1957 a 1972 vivió en Lavalle 227 de su ciudad, en una casa de ocho ambientes, la que adquirió gracias a un crédito. Allí hizo la fiesta de casamiento de su hija Ana María. Cuando estaba en plena interna partidaria y con su agrupación Renovación y Cambio le disputó la conducción a Ricardo Balbín, la vendió para solventar los gastos de la campaña. Muchos años después fue convertida en un hotel llamado “La Casona” que cerró por la pandemia, y el inmueble fue adquirido por el ex futbolista Gastón Sessa.

En 1958 fue diputado provincial y entre 1963 y 1966 diputado nacional. Según lo tenía pensado Ricardo Balbín, lo quería a Alfonsín como candidato a gobernador bonaerense para las elecciones de 1967, pero el golpe del general Onganía cambió los planes. Alfonsín se desempeñaba como presidente del comité provincia y ya en la dictadura, donde fue prohibida toda actividad política y los locales partidarios no podían abrirse, rechazó el camino de la lucha armada, a la par que viró hacia la socialdemocracia.

Balbín habla, Alfonsín escucha. Fueron maestro y discípulo, respectivamente, hasta que las internas partidarias los llevaron por distintos caminos
Balbín habla, Alfonsín escucha. Fueron maestro y discípulo, respectivamente, hasta que las internas partidarias los llevaron por distintos caminos

Hacía actos relámpagos, para no darle tiempo a la policía a interrumpirlos. Aún así, uno de sus hijos no sabía qué responder en la escuela cuando sus amigos le preguntaban si era cierto que su papá estaba nuevamente preso.

Colaboraba en distintas publicaciones y en 1972 creó una línea interna para disputarle la conducción partidaria a Balbín. Al año siguiente fue diputado nacional. Fue uno de los fundadores de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, el primer organismo en denunciar violaciones a los derechos humanos. Presentó varios habeas corpus a favor de personas detenidas, aun sabiendo el peligro que ello significaba.

Fue uno de los pocos políticos que se opuso a la acción militar de recuperación de Malvinas. En la UCR, logró imponerse en las elecciones internas y, acompañado por el cordobés Víctor Martínez, ganó las elecciones presidenciales de 1983. Volvía la democracia.

El presidente Raúl Alfonsín y su esposa recorren a bordo del auto descapotable que los trasladó desde el Congreso hacia la Casa Rosada, el 10 de diciembre de 1983. AFP 163
El presidente Raúl Alfonsín y su esposa recorren a bordo del auto descapotable que los trasladó desde el Congreso hacia la Casa Rosada, el 10 de diciembre de 1983. AFP 163

Describir su gestión merecería una columna mucho más profunda. En un hecho inédito, llevó a la justicia a las ex juntas militares y creó la Conadep. Presionado por los militares, las leyes de Punto Final y Obediencia Debida no alcanzaron para frenar los alzamientos de militares carapintadas.

Durante su gestión se dio impulso lo que se convertiría en Mercosur, firmó el tratado de paz y amistad con Chile que puso fin al diferendo por el canal de Beagle y buscó la descentralización con el traslado de la capital. Su gobierno estuvo jaqueado por una profunda crisis económica que no pudo manejar, con una descomunal deuda externa contraída por los militares, por una cerrada oposición que llevó a la CGT a realizarle 13 paros generales, un cocktail explosivo que se agravó con la hiperinflación. Optó por entregar el poder en forma anticipada a Carlos Menem el 8 de julio de 1989.

Traspaso de mando. Alfonsín le entrega los atributos presidenciales a su sucesor, Carlos Menem.
Traspaso de mando. Alfonsín le entrega los atributos presidenciales a su sucesor, Carlos Menem.

Tuvo un papel protagónico en el llamado Pacto de Olivos y en la reforma constitucional de 1994 y fue uno de los líderes de la Alianza que llevó a Fernando de la Rúa a la presidencia, del que se iría distanciando a medida que su gobierno perdía el rumbo. En 2001 ocupó una banca de senador.

El 14 de julio de 2003, mientras se encontraba en España invitado por la Universidad Complutense, falleció su mamá a los 96 años. El murió el 1 de abril de 2009 a los 82 años, víctima de un cáncer de pulmón.

El ex presidente fue velado en el salón Azul del Congreso Nacional.
El ex presidente fue velado en el salón Azul del Congreso Nacional.

Fue velado en el salón Azul del Congreso y una multitud se dio cita para despedir a Raulito, ese niño que había conocido la política de boca de sus padres quejándose del fraude, y que bien se había ganado el título de “padre de la democracia”.

Fuentes: ¿Por qué, doctor Alfonsín? Conversaciones con Pablo Giussani – Hombre de prensa, de Fernando Rubén Pieske - www.raulalfonsin.com – Colecciones revistas Redacción y Primera Plana

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