Mauro Stendel nació en Buenos Aires, en el barrio porteño de Caballito. Desilusionado con las posibilidades que la Argentina le entregaba, a los 17 años tras finalizar sus estudios secundarios en la Escuela ORT, decidió irse a Israel con un objetivo muy claro. Su sueño era ingresar en la “Unidad Secreta del Ejército”, algo muy difícil para un extranjero, y más aún sin saber idioma. Durante el 2013, vivió en un kibutz donde trabajaba duro a cambio vivienda y comida, mientras estaba enfocado en aprender hebreo y se preparaba física y mentalmente para cumplir el gran desafío.
Stendel, sin importarle las adversidades y focalizado en su objetivo, se postuló para ingresar al sector más exigido y valorado del servicio militar. Más de 150.000 personas ingresan al ejército, pero sólo unos pocos son seleccionados para la Unidad Especial Secreta del Ejército. “Las exigencias eran numerosas, además de realizar la rigurosa capacitación del Servicio, debía aprender vocabulario técnico en hebreo y dar dificultosos exámenes. Me preparé, mi vida durante meses constaba de estudiar por las noches, para luego levantarme a las 5 AM para entrenar y poder hacer frente a las durísimas pruebas de resistencia”, recuerda.
Durante un año, fue adoptado por una familia yemenita, trabajaba para afrontar los gastos diarios para ir a estudiar a Tel Aviv, mientras continuaba con total dedicación y fortaleza mental hacia su objetivo. Para ingresar en la unidad especial, primero fueron seleccionados 5.000 aspirantes y luego quedaron 500, de los cuales solo los más calificados serían elegidos. En cada etapa, Mauro fue progresando a base de esfuerzo, hasta que finalmente fue elegido como uno de los 25 soldados que realizarían misiones especiales y fue seleccionado para ser parte de “Duvdevan”, la unidad de élite de las fuerzas especiales de las Fuerzas de Defensa Israelíes. Es el primer argentino en ocupar aquel puesto.
El trabajo de Soldado Encubierto, cuenta Stendel, es muy duro, uno se enfrenta a situaciones límites día a día, además de la disciplina y el orden militar. Mauro ha formado parte de más de 50 misiones importantísimas sirviendo a la unidad secreta del ejército y habla a la perfección español, hebreo, árabe e inglés. “Fue una experiencia única, de la que me llevo grandes aprendizajes que hoy aplico en mi vida diaria”, afirma Mauro. Como Soldado, fue considerado un héroe, tanto es así que incluso, cuando se graduó en el Ejército, el Estado de Israel lo sorprendió llevando a su madre muy enferma a Israel, para que Mauro pudiera encontrarse con ella.
En marzo de 2018, al terminar su servicio, era un héroe anónimo para la mayor parte de la sociedad y sólo tenía 500 dólares en el bolsillo. Es ahí cuando decide ir a Estados Unidos, a Nueva York, en busca de posibilidades para desarrollar su potencial. “Tenía grandes sueños y metas por cumplir”, afirma Stendel. Allí tuvo que empezar de cero: comenzó a trabajar en distintos rubros para sobrevivir y su economía era escasa. “Tenía que hacer durar la plata, separaba 20 dólares a la semana para comer gastando lo menos posible para que me duren los pocos cientos de dólares que tenía; entrenaba y al amanecer iba al gimnasio para bañarme -que salía 10 dólares al mes- porque no tenía casa. A la noche dormía en un auto, sin que nadie lo supiera”.
“Fueron meses muy difíciles en la situación en que vivía en ese momento, nadie conocía mi verdadera situación. Dormía en el auto soportando el duro frío del invierno, trataba de no prender la calefacción para no consumir gasolina. En ese momento fue fundamental lo aprendido en los entrenamientos extremos. Trabajaba de lo que podía, cuando ya no me alcanzaba para comer, fui capataz de obra durante 2 semanas en el crudo invierno de Nueva York con 5 grados bajo cero. Junté 1000 dólares y volví al auto a seguir intentando hacer mi propio negocio”, afirma Mauro.
Mauro comenzó a remodelar casas y a estudiar sobre el mercado inmobiliario, inversiones en edificios multifamiliares y a seguir a Grant Cardone, uno de los grandes emprendedores y coach de negocios. A su vez era convocado a brindar conferencias para transmitir su historia y experiencia sirviendo a la unidad especial del ejército de Israel. Lo paradójico, era un héroe, y por la noche dormía en un auto prestado. Sin embargo, tenía claro que quería ser libre, su cabeza estaba enfocada en sus proyectos, sus ambiciones y sus sueños, recuerda Mauro hoy desde su mansión en Houston.
“Hubo una gran persona que creyó en mí, me amparó, me abrió las puertas de su casa, me alimentó y me brindó su sillón. Me mentalizó y me demostró que todo es posible, me levantó cuando estaba a punto de bajar los brazos”, recuerda el joven argentino, agradecido a quien recientemente fue reconocido por la revista Forbes de USA como uno de los mejores asesores financieros y administradores de riquezas.
Cerebral, estratega y valiente, concentrado siempre en su meta, de a poco a fuerza de trabajo duro y disciplina fue creciendo y juntando sus primeros ahorros para invertir en sus proyectos. “Siempre me sentí diferente, cada paso que daba formaba parte de un plan. Todo lo tenía pensado, sabía que iba a llegar a donde estoy hoy, afirma el joven emprendedor.
Dos años han pasado desde entonces; actualmente Mauro vive en su mansión de Houston y en Miami. Vive el lifestyle que cualquier adolescente sueña. Amante de los autos, posee una colección de lujo con dos Rolls-Royce, un McLaren 570 y su debilidad un Lamborghini Urus, y hasta un barco. Más allá de sus logros materiales, Maurito -como le dicen sus amigos-, no pierde su esencia y humildad, recordando con nostalgia donde creció en el barrio de Caballito.
Sus modelos de negocios son diversos y numerosos, incluyen tiendas virtuales de Amazon, y Marketplace. Posee un laboratorio de toxicología en Oklahoma y otro de farmacogenética en Dallas y hasta innovó generando productos eco-friendly para cuidar el medio ambiente. “Empecé remodelando casas, luego vendiendo variedad de productos en tiendas on line, desde juguetes hasta muebles, productos de cocina, suplementos alimenticios, conseguía inversores, sumaba tiendas, estudiaba cada marketplace, encontraba oportunidades, realizaba exhaustivas estrategias de marketing digital”.
En la actualidad Stendel cuenta con más de 100 tiendas digitales y empleados por todo el mundo. “El efecto coronavirus me dio un crecimiento impresionante. Vendía muchos productos de necesidades diarias, por ejemplo máquinas de cortar el pelo y de gimnasio, ya que la gente no podía salir de su casa. Mi negocio explotó con la pandemia”, agrega el joven emprendedor.
Hoy enfocado en inversiones y fondos de capital de nuevos proyectos, Mauro es considerado un visionario de los negocios con apenas 26 años. Se convirtió en un referente de los jóvenes, con su historia de superación. “Con esfuerzo y dedicación los sueños se cumplen, se puede”, afirma Stendel. Recientemente abrió su cuenta de instagram (@itsmaurito) y ante los miles de mensajes que recibe de jóvenes de todo el mundo, comenzó a brindar cursos a través de su canal de Youtube, para inspirar a otros jóvenes y transmitir el pilar de su éxito.
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