“Somos de Boedo. Somos una familia”, repite una y otra vez Daniel Cocchia (46). Está emocionado, perplejo y agotado. Tuvo muy pocas horas de descanso. A orillas del mar, entre las palmeras y la arena blanca de Miami, acaba de recibir el “Okey” de cientos de personas.
Con una receta porteña y familiar, Daniel ganó el People Choice Award, el premio que vota la gente y es el mayor reconocimiento que otorga el evento The Food Network, que tiene lugar todos los años en South Beach, una feria que se realiza a beneficio de la Universidad de la Florida.
Daniel fue osado: se animó a llevar un producto argentino a la meca de la hamburguesa -ese ícono de la cultura gastronómica norteamericana- para competir con otros que llevaban años en la industria. “Es como que un asado japonés fuera elegido como el mejor en Buenos Aires. Suena a chiste”, le dice a Infobae, feliz y aún incrédulo.
La gran pregunta es: ¿con qué sorprendió a las 2000 personas que degustaron su sándwich? Nada muy elaborado, aunque 100% artesanal. Se trata de La Golden: un medallón de ternera cubierto por una lámina de queso americano derretido, más cebolla morada picada y mezclada entre una salsa secreta para acrecentar el sabor. Todos esos ingredientes entre dos panes esponjosos y amasados a mano.
Pasión por la comida familiar
“Mis primeros recuerdos son en una cocina”, le cuenta Daniel a Infobae. “Era mi lugar de juego. Siempre me sentí atraído, podía pasar horas viendo a mi madre, Violeta, entre cacerolas y fuegos”, agrega. El amor no se desvaneció con el tiempo: a los 12 amasaba bollos de pan o fritaba alguna milanesa en el negocio familiar de sus padres: la famosa rotisería Dany.
En 2001, en medio del panorama de crisis económica y social que vivía la Argentina, Dany se lanzó al vacío. Decidió abrir su primer local de hamburguesas sobre la avenida San Juan. Pionero total de la industria artesanal por fuera de los gigantes del rubro. “Fue justo un mes antes del estallido social. Lo que se me ocurrió fue anexarme, a través de un pasaplatos, con el templo que ya estaba instaladísimo entre los clientes. Fue una manera de expandir el negocio y hacerme conocido”.
No fue fácil: “Los clientes venían por la rotisería, ese era el imán, pero nadie quería comer hamburguesas”. La crisis tampoco ayudó, pero Daniel no bajó los brazos. “Estaba convencido que en algún momento esto tendría una proyección”.
Especialista de hamburguesas
Dedicado, curioso, y con un amor inigualable por el trabajo en familia, recién en 2012 puso dar vida a La Birra bar, como se lo conoce hoy. “Entendimos que había que especializarse en un plato. En este caso elegí la hamburguesa”. Se transformó en una suerte de sommelier de carnes, quesos y aderezos.
Mientras tanto crecían, perfeccionaban los sabores y llegaban a más personas en la Argentina. Allá por 2018 emprendieron la gran aventura. “Hicimos una gira con Roxana y mi hijo Renzo por la Costa Oeste de los Estados Unidos y luego cruzamos a Nueva York y Miami. En un mes probamos 40 hamburguesas. Para nuestra sorpresa, no sólo teníamos una receta buena, sino que estamos un escalón más arriba”, recuerda.
Entonces, quiso ir más allá, y le propuso a su familia, “¿y si cruzamos la frontera?”. Planearon todo, pero llegó la pandemia. Estuvieron en pausa más de un año. El desembarco en Miami se dio en mayo del 2021. Con un local en la en la zona de North Miami Beach , la aceptación fue inmediata.
El menú de Miami cuenta con 30 variedades de hamburguesas como la Criolla, con morrón, cebolla, tomates asados y provoleta; Wisconsin, con cebolla especial, cheddar y manteca; Roadside, con cebollas y pancetas reducidas con cerveza y mostaza de Dijon; y la DC Burguer, con tomate, pesto de albahaca y doble provoleta, entre otras. “Las hacemos con algunas adaptaciones al paladar local”, admite. Lo novedoso es el Hot Dog, un ícono de la cultura local, al igual que otros platos como costillas de cerdo, aros de cebollas, patas de pollo y barras de muzzarella.
Entonces, ¿cuál es el secreto? Dice Daniel: “La preparación es diferente. Nosotros elaboramos todo de forma absolutamente casera y eso le otorga un diferencial muy grande para este mercado. En Estados Unidos cada proveedor trae partes del producto y se ensamblan en las bocas de expendio, que terminan siendo muy parecidas unas con otras. Lo nuestro es personalizado”.
Daniel esta feliz. Sabe que la perseverancia fue la clave para su crecimiento. Hoy sueña con conquistar nuevos paladares en Europa. Pronto llegarán a Madrid y Lisboa. Aunque su destino preferido siempre sea la cocina, al lado del fuego.
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