Fuertes, heroínas, decididas a enfrentar y confrontar aún cuando ellas mismas ya no tenían fuerza física, pero sí el suficiente valor a costa de coraje y deseo de cambiar no solo sus propias historias sino de interferir directamente en la de quienes, finalmente, lograron salvar.
Fueron las luchadoras, las rescatadoras y las opositoras. Parte de la resistencia que peleó contra las condiciones de vida despiadadas y el avance del genocidio perpetrado por las políticas nazis en Alemania y en los territorios ocupados para, de una vez, poner fin a tantos padecimientos.
Y lo hicieron desde la desigualdad, la escasez de recursos y la debilidad de sus cuerpos. Junto a otras muchas personas, judíos y no judíos, decidieron tomar las armas: hubo levantamientos en guetos, campos de exterminio y grupos partisanos que operaron mayormente en los bosques de Europa Oriental.
Sin embargo, la mayoría de los judíos sometidos resistieron sin armas. Debían subsistir, alimentarse, esconderse y mantener las tradiciones. Entonces, se iniciaron las manifestaciones en oposición al régimen y tanto personas como organizaciones hicieron todo lo posible para poner en evidencia las políticas criminales que ejercían. Y allí estuvieron ellas, las mujeres dejando hasta su vidas en pos del objetivo.
Como homenaje a todas ellas, el Museo del Holocausto de Buenos Aires recorre la vida de quince de las mujeres resistentes en una emotiva exhibición temporal que también se presenta en simultaneo en el Espacio Annette Cabelli, en colaboración con el Centro Sefarad Israel y el Centro Cultural Sefarad.
Las quince mujeres
“Este resultado es el fruto del trabajo realizado durante 2021, cuando quisimos realizar un contenido vinculado a las mujeres durante Holocausto, tanto judías como alemanas. Buscamos saber cómo se adaptaron a las restricciones impuestas, cómo fue la vida en los guetos, cómo fue su paso por los campos”, explicó durante la presentación de la muestra Eliana Hamra, coordinadora ejecutiva de educación a cargo de la exhibición del Museo Judío del Holocausto.
Fueron elegidas, de manera simbólica, para darle vida a todas. “Estas mujeres representan a todas las mujeres que resistieron al nazismo, al Holocausto, pero también a todas las que lucharon y luchan por un mundo más justo. Son ellas, puntualmente, porque dan visibilidad a las diferentes formas de resistir. Son pocas, solo quince, y elegirlas costó mucho, pero tienen en común que buscaron la resistencia desde distintos lugares. Tomamos una perspectiva latinoamericana y argentina, mujeres de sobrevivientes que llegaron al país y reiniciaron su vida aquí”, agregó Hamra.
Emocionada por el homenaje, habló Marcia, hija de Elsa Rozin, una de las sobrevivientes de los campos de exterminio de Auschwitz. “Ella tuvo la capacidad de resistir desde lo que le tocó vivir siendo una adolescente: ayudó a sobrevivir a niños huérfanos y los llevó desde París hasta el sur de Francia para pasarlos, con la ayuda de organizaciones humanitarias, a los campo de refugiados en Suiza”, contó entre lágrimas a la vez que la definió como una mujer “con un increíble don de gente, divertida, con una sonrisa encantadora y un humor extraordinario que siempre buscaba hablar de lo que fue el Holocausto, pero pocos querían escucharla”.
La exhibición divide en tres a las mujeres en las que representa a todas las resistentes. Las luchadoras son Zivia Lubetkin, Sara Fortis, Roza Robota, Masha Bruskina y Jana Szenes; las rescatadoras, María Edwards McClure, Emilie Schindler, Irene Spanier, Elsa Rozin y Aracy Carvalho de Guimarães Rosa; y las opositoras, Elise Hampel, Sophie Scholl, Janina Nowak y Mildred Fish.
-Zivia Lubetkin fue líder de la resistencia judía en Polonia y una de las fundadoras de la Organización Judía de Combate (ZOB, por su sigla en polaco) en Varsovia. Fue parte de la rebelión de enero de 1943 y del levantamiento del gueto de Varsovia, en abril, de donde escapó por las cloacas hacia el sector ario de la ciudad. Al año siguiente, combatió con las unidades de la ZOB durante el levantamiento polaco de Varsovia.
Después de la guerra, participó de la organización de sobrevivientes del Holocausto y contribuyó a organizar la Brijá, un movimiento de apoyo a la emigración ilegal de judíos a Palestina. Emigró allí en 1946, se casó con Itzjak “Antek” Zuckerman y participó en la creación del kibutz Lojamei Haguetaot (Combatientes de los guetos). En 1967 llegó a la Argentina.
-Sara Fortis nació en 1927 en Calcis, Grecia. Con la invasión nazi en 1941, junto a su madre se escondió hasta que eso dejó de ser seguro para los judíos y comenzó a luchar con la resistencia. Así, fue de pueblo en pueblo reclutando mujeres que quisieran unírsele. Con ellas formó un grupo de mujeres partisanas, indispensable en la lucha contra los invasores.
Sara se convirtió en una figura muy respetada en el movimiento de los andartes (resistencia griega). A los 18 años era conocida como “Kapetenissa (Capitana) Sarika”. En uno de los intentos de capturarla, arrestaron a su primo por error y lo asesinaron. Con el nuevo gobierno griego tras la guerra, Sara fue arrestada, pero gracias a su reputación, fue liberada. Emigró a Israel y allí se estableció.
-Roza Robota creció en el seno de una familia de clase media judía, en Ciechanow, Polonia. Hasta la invasión nazi, participaba de la organización juvenil sionista y socialista Hashomer Hatzair. En noviembre de 1942, cuando el gueto de Ciechanow fue liquidado, fue enviada al campo de concentración y exterminio de Auschwitz donde le tocó clasificar la ropa de los judíos que llegaban al campo. Su familia fue asesinada al llegar.
Trabajó cerca de la fábrica de municiones “Weichsel-Union” donde trabajaba de manera esclava un grupo de mujeres de Ciechanow y Roza compartía la barraca con ellas. Fue contactada por la resistencia judía del campo para ser intermediaria con las mujeres de la fábrica de municiones. Su objetivo: conseguir dinamita o pólvora para hacer volar los crematorios. Organizó un grupo de unas 20 mujeres, de entre 18 y 22 años, para contrabandear explosivos en cajas de fósforos escondidas en sus pechos o en bolsillos ocultos que cosían en la ropa.
Por la noche, Roza entregaba los explosivos y, en la revuelta del 7 de octubre de 1944, explotaron el Crematorio IV y asesinaron a cuatro SS e hirieron a otros tantos. Luego de una investigación de las SS, cuarto jóvenes fueron arrestadas, torturadas e interrogadas y, finalmente, ahorcadas. Roza murió a los 23 años al grito de: “¡Venganza!”.
-Masha Bruskina nació en 1924 en Minsk, en el seno de una familia judía de clase media. En 1941, como miembro del Partido Comunista, se unió a la resistencia como enfermera del Ejército Rojo y trabajó en la creación de documentos falsos.
El 14 de octubre, tras ser delatada ante los alemanes, fue arrestada y torturada, pero no reveló información sobre la resistencia. Ella y otros dos partisanos fueron condenados a la horca y el domingo 26 de octubre de 1941, antes de ejecutarla, la hicieron desfilar por las calles con un cartel al cuello que decía (en ruso y alemán): “Somos partisanos y hemos disparado a soldados alemanes”, aunque eso no era cierto.
-Jana Szenes nació en Budapest, Hungría, en el seno de una familia judía vinculada a la cultura. Comenzó a escribir poesía a muy temprana edad. Se adhirió al sionismo y en 1939 emigró a Palestina bajo mandato británico. En 1943, Jana se ofreció como voluntaria de un grupo de paracaidistas del grupo clandestino judío Palmaj, destinado a misiones de salvamento en la Europa ocupada.
Su deseo era llegar a Hungría y en marzo de 1944 se lanzó en paracaídas sobre Yugoslavia. Durante los tres meses siguientes, junto a otros paracaidistas judíos, vivió con partisanos yugoslavos. A comienzos de junio cruzó la frontera a Hungría con un transmisor de radio. Fue capturada y torturada para que confesara el código. Después de cinco meses en prisión fue llevada a juicio, condenada por traición contra Hungría y fusilada. Su vida ha inspirado obras de teatro, libros y películas. Una aldea de Israel, Iad Janá, lleva su nombre.
-María Edwards McClure nació el 11 de diciembre de 1893 en Chile. Durante la guerra, trabajó como enfermera en el hospital judío de Rothschild de París, donde tuvo un importante rol en el rescate de refugiados, gracias a su formación como trabajadora social.
Fue parte de la resistencia francesa y muchas veces arriesgó su vida para rescatar a niños judíos de padres enviados a morir a los campos de concentración: los escondía bajo su gruesa capa de enfermera, los sacaba del hospital y entregaba a un hombre judío que se ocupaba de darlos en adopción a familias francesas. Se estima que así salvó a unos 60 chicos.
En más de una ocasión, fue arrestada, interrogada y torturada por la Gestapo, pero nunca delató a la red de protección. Fue condecorada en Francia con el grado de Dama de la Legión de Honor. Falleció el 8 de junio de 1972.
-Emilie Schindler nació en 1907 en Moravia, Checoslovaquia. Se casó con Oskar Schindler en 1928. Mientras Oskar se ocupaba del trabajo diario con los nazis y de proteger a sus trabajadores, Emilie era la responsable de su alimento y cuidado físico. Al igual que Oskar, corrió muchos riesgos para conseguir alimentos y suministros de forma clandestina.
En enero de 1945, 120 prisioneros judíos de Goleszów (subcampo de Auschwitz) fueron evacuados en vagones para ganado, sin comida ni agua. Emilie tomó la decisión de salvarlos.
También, participó con Oskar participaron activamente en el mercado negro: Oskar compraba o adquiría bienes y Emilie los cambiaba por comida y suministros. Muchos de los judíos de la famosa “lista de Schindler” atribuyeron su supervivencia a las numerosas atenciones de Emilie, quien vivió en Buenos Aires entre 1949 y 2001. Murió en Alemania en 2001.
-Irene Spanier nació en Alemania, pero vivió su infancia y adolescencia en París. A los 21 años fue llevada por la Gestapo al campo de tránsito de Drancy, la antesala del campo de exterminio de Auschwitz, pero pudo escapar gracias a la ayuda de un médico conocido y a que su madre sobornó a un comisario francés.
A fines de 1942, comenzó a trabajar para la Resistencia Francesa y para la WIZO (Organización Internacional de Mujeres Sionistas): formó parte de la red clandestina cuyo objetivo era rescatar niños judíos. Ayudó a salvar a más de 300 chicos.
En 1948, a los 28 años, desembarcó en Argentina. Se casó, tuvo hijos e inspiró a los alumnos de secundaria con su experiencia. Fue reconocida en varias oportunidades por su coraje y solidaridad, entre ellas por la Bnai Brith Argentina y por la Embajada de Francia en Argentina. Irene murió en mayo de 2017.
-Elsa Rozin nació en 1923 en Ucrania y cuando tenía cuatro años se mudó a Bélgica con su familia. En 1942, se produjo una redada en el barrio donde vivían los Rozin. Su madre y su hermana mayor fueron deportadas mientras que Elsa y su hermana menor lograron salvarse, porque habían salido a visitar a unas amigas. Con la ayuda de Georges, el novio de Elsa, las dos hermanas lograron encontrar refugio en casas de familias no judías.
En 1943, Ben, el hermano de Georges que formaba parte de la resistencia, les propuso que se unieran para rescatar niños cuyos padres habían sido deportados. Mientras Georges recibía a los chicos traídos desde Bélgica en Belfort, una ciudad cercana a Suiza, y los llevaba a un pequeño pueblo cercano a la frontera, Elsa los recibía y cuidaba hasta que pasaran al otro lado de la frontera. Así lograron salvar a 15 chicos aproximadamente, pero fueron delatados, encarcelados en la prisión de Belfort, trasladados al campo de tránsito de Drancy y, finalmente, deportados a Auschwitz.
Elsa logró sobrevivir al campo de concentración y exterminio y a las Marchas de la Muerte. Llegó a la Argentina en 1947 donde formó su familia y se desarrolló profesionalmente. En abril de 2013 fue homenajeada por la embajada de Francia en el país. Falleció en 2015.
-Aracy Carvalho de Guimarães Rosa fue la responsable de la sección de visados en el Consulado de Brasil en Hamburgo, Alemania. Como secretaria, en 1938, ayudó a un grupo de judíos a obtener visados para, además de ayudarlos a superar dificultades financieras antes de salir de Alemania.
Durante el “Pogromo de noviembre de 19382, el saqueo, recibió en su casa a Margarethe Bertel-Levy y a su marido y los ayudó a salir de forma segura. También dio disposiciones a muchos otros judíos para llevar muchas pertenencias a bordo del barco, incluidos los muebles. El 3 de junio de 1982 Yad Vashem reconoció a Aracy Carvalho de Guimarães Rosa como Justa de las Naciones.
-Elise Hampel fue parte de la Liga de Mujeres nacionalsocialistas (Frauenschaft) desde 1936. La muerte de su hermano durante el asalto alemán a Francia en 1940 cambió todo: a partir de ahí, ella y su marido Otto se hicieron opositores al régimen nazi.
Escribieron tarjetas postales y folletos manuscritos que distribuían en buzones y escaleras de Berlín, a menudo cerca de su casa, en el distrito de Wedding. En ellos animaban a la gente a no donar para las colectas públicas nacionalsocialistas, a negarse a servir en la guerra y a derrocar a Hitler. Pero fueron traicionados: los nazis los detuvieron en octubre de 1942. Poco tiempo después, en enero de 1943, fueron condenados a muerte por “desmoralizar a las tropas” y “preparación para la alta traición”. El 8 de abril de ese año fueron asesinados en Berlín-Plötzensee. La novela “Solo en Berlín”, de Hans Fallada, está basada en su historia.
-Sophie Scholl fue una de las fundadoras del movimiento “Rosa Blanca”, una organización de estudiantes y militantes católicos que se opuso al régimen nacionalsocialista. Fue uno de los pocos grupos alemanes que denunció públicamente las políticas del genocidio nazi: distribuyeron folletos antinazis que denunciaban el régimen y pintaron lemas como “¡Libertad!” y “¡Abajo Hitler!” en las paredes de la Universidad de Múnich. También abogaron por el sabotaje de la industria de armamentos con el fin de parar la guerra.
En febrero de 1943, fue denunciado junto a un compañero a la Gestapo y posteriormente fueron arrestados y declarados culpables de traición y ejecutados días después. Con la caída del régimen nazi, la “Rosa Blanca” se convirtió en uno de los símbolos de la oposición al nazismo.
-Janina Nowak fue la primera prisionera mujer que escapó del campo de concentración y exterminio de Auschwitz. Fue deportada en junio de 1942 y unos días más tarde escapó de su grupo de trabajo. Cuando se denunció su desaparición, los miembros de las SS intentaron perseguirla sin éxito. Interrogaron a las mujeres del grupo de trabajo sobre los detalles de su fuga, pero ninguna habló.
Como castigo, todas las mujeres del grupo fueron obligadas a cortarse el pelo (antes sólo se lo hacían a las prisioneras judías en el campo). Tras escapar de Auschwitz, Janina consiguió llegar a la ciudad de Łódz, en Polonia. Evadió a las autoridades hasta marzo de 1943, cuando fue detenida nuevamente y regresada a Auschwitz. Ese mismo año fue trasladada al campo de Ravensbrück, donde fue liberada a finales de abril de 1945.
-Mildred Fish creció en Milwaukee, en el estado de Wisconsin, Estados Unidos. Fue profesora de literatura en la Universidad de Wisconsin-Madison, donde conoció a Arvid Harnack, con quien se casó en 1926.
Más tarde, se contactó con hombres y mujeres que se oponían o eran críticos con el régimen nacionalsocialista, persuadió a algunos de ellos para que participaran activamente en la resistencia y apoyó el trabajo ilegal de su marido Arvid. El 7 de septiembre de 1942 fue detenida junto a su marido en Preil, Lituania, y el 19 de diciembre fue condenada a seis años de prisión por el Consejo de Guerra del Reich. Dos días después, Hitler revocó la sentencia y ordenó a la Corte Marcial del Reich que realizara un segundo juicio: la sentencia fue la pena de muerte. Mildred fue asesinada el 16 de febrero de 1943 en Berlín-Plötzensee. de Harnack
La realización general de la exhibición estuvo a cargo de la coordinadora ejecutiva de educación Eliana Hamra y la responsable de comunicación y prensa, Brenda Ficher.
*La exhibición #MujeresResistentes puede visitarse de lunes a jueves de 11 a 18 horas desde el 7 de marzo y hasta el 5 de mayo de 2022, en Montevideo 919, CABA. Para más información, ingresar en www.museodelholocausto.org.ar
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