El pronóstico del tiempo cumplió con su previsión y llovió de nuevo en Corrientes durante la madrugada del martes de Carnaval. Quizás no cayó agua suficiente para dormir tranquilos, pero sí la cantidad necesaria como para que el Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF) bajase en su último informe técnico el “alerta roja” para la zona del NEA una escala inferior: “aviso naranja”. De acuerdo al monitoreo del organismo nacional, entonces, quedaba ayer solamente un foco fuera de control (llamado coloquialmente “activo”) después de las últimas precipitaciones.
“La verdad que estamos mucho más tranquilos. Volvieron a darse precipitaciones. Si bien fueron aisladas, el grupo de trabajo viene bien con todas las fuerzas presentes. Los incendios van mucho mejor, la lluvia sigue ayudando y los índices de peligro bajaron bastante. Se nota que la situación mejoró y sigue mejorando”, reconoció a Infobae Jorge Heider, director de Planificación y Prevención del SMNF. Así todo, el experto remarcó que no hay que descuidar el control porque “si alguien vuelve a prender fuego se complicaría la situación”.
Hasta el lunes, el área del Noreste argentino estaba en “alerta roja”. Con las lluvias del martes, bajaron a “naranja”. El nivel más bajo sería el de color amarillo, denominado “nota”, que implicaría prestar atención exclusivamente a alguna variable particular, como ocurre actualmente en la zona de la Patagonia.
El aviso naranja indica, en este caso, que los valores de combustión disponibles en Corrientes son todavía altos, por lo que no se puede eliminar del listado de las áreas más críticas porque con el calor, los vientos y la costumbre cultural de prender fuego los campos para obtener nuevas pasturas, todo podría volver a desmadrarse en horas.
El foco activo se registra cerca de la capital provincial. Además, hay nueve focos “contenidos” en Concepción, Alvear I, San Miguel (donde funciona el Centro de Operaciones de Emergencia que visitó el presidente Alberto Fernández el viernes pasado), Colonia Carlos Pellegrini y Caá Catí. También existen cuatro “controlados”, en Alvear II, Curuzú Cuatiá, Santo Tomé II e Ituzaingó. Todos estos, en definitiva, son fuegos encendidos. No es que están apagados pero sí bajo el dominio de los brigadistas. Además, 15 ya han sido extinguidos.
Por eso todavía se mantienen operativos cinco aviones hidrantes, un avión observador y cuatro helicópteros pertenecientes al SNMF, Ministerio de Defensa y Policía Federal. Siguen en la zona 250 brigadistas y personal de apoyo convocados por el SNMF y Parques Nacionales. Y trabajan en mitigar los focos ocho autobombas, equipamiento, maquinaria pesada, camión logístico, camión de comunicaciones y móviles de apoyo.
La situación que menos precipitación presentó durante la madrugada de ayer fue la zona de San Miguel, Mburucuyá, aunque tuvo más lluvia, Loreto, Caa Catí, Palmar Grande y zonas de esteros en ese sector del centro-oeste de la provincia. Según la estimación de la Estación Meteorológica del INTA en Caá Catí cayeron 9,5 milímetros. Traducido, ayuda mucho pero no alcanza para estar tranquilo.
“Llovió bastante. Si bien las precipitaciones son dispares hubo más lluvia. Hoy nos deja prácticamente con un par de focos a trabajar y tener en cuenta de todas maneras que a partir del viernes los niveles de combustión vuelven a aumentar si las precipitaciones no aumentan. Si en los campos siguen aprovechando la humedad para quemar -espero que no- se volvería peligroso. Si no, tendríamos un control total”, amplió Heider, quien detalló que los incendios en estas zonas de Corrientes son más difíciles de controlar, que los trabajos llevan más tiempo y más complejidad y los riesgos, consecuentemente, son más elevados.
La situación de mejoría en Corrientes, donde ya se quemó el 11% del territorio según el INTA, provocó, una vez más, un contrapunto entre los gobiernos nacional y provincial. El gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, escribió en su cuenta de Twitter el martes, después de inaugurar las sesiones ordinarias de Corrientes: “¡EXCELENTES noticias! Tras más de dos meses de sequía, volvió a llover en Corrientes y la provincia ya no cuenta con NINGÚN foco de incendio activo. Esto, sumado al trabajo de bomberos y brigadistas, genera alivio. Aun así, seguimos monitoreando la evolución de la situación”.
En su discurso de apertura de sesiones, Valdés aportó datos conceptuales y cuantitativos sobre las consecuencias de los incendios que azotan a su provincia desde enero. “Sequías sin precedentes e incendios de zonas rurales, productivas, reservas, afectando la flora, fauna, empresas y viviendas y bienes de los pobladores, provocando pérdidas millonarias”, comentó.
En este sentido, agregó: “Los incendios nos van a costar caros, carísimos. Todavía es prematuro arriesgar cifras. Trabajamos responsablemente para que el costo en vidas sea el mínimo posible. Pero se quemó el 11% de la superficie de la provincia. Pastizales, bosques naturales e implantados; destruyó alambrados, arrasó con flora y fauna nativa que con tanto esfuerzo estamos reintroduciendo; cultivos de arroz y pasturas para ganadería. Perdimos también 400 kilómetros de tendidos eléctricos, con sus transformadores y otros equipos, que tendremos que reponer”.
El discurso de Valdés motivó la respuesta del secretario de Control y Monitoreo Ambiental del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible nacional, Sergio Federovisky, quien dijo ayer que “muchos focos de incendios están activos, aunque controlados”.
“No podemos decir que la cuestión terminó definitivamente”, advirtió Federovisky, y aclaró a Télam que “no es nuestra intención dirimir en los medios de comunicación una controversia”. Para no correr riesgo, indicó el funcionario, el Ministerio de Ambiente decidió que permanezcan todos los medios aéreos y los brigadistas hasta la semana que viene 2como mínimo”. El virtual viceministro explicó que los combatientes se irán retirando a medida que se garantice que el riesgo “es nulo”.
Valdés, en tanto, dijo en su discurso ante la Asamblea legislativa que cada pequeño productor recibirá hasta $300.000 no reembolsables. En el caso de los medianos será de $500.000. “Presentamos una línea de crédito para pequeños productores de hasta $750.000 con un año de gracia, a tasa fija del 19% y a pagar en 84 meses”, anunció.
“Dado el impacto ambiental creamos el Programa Renacer Iberá al cual destinamos 400 millones de pesos. 200 millones irán al Comité Iberá y 200 millones al Centro de Recuperación y Conservación de Especies Aguará”, explicó el Gobernador.
“Hay situaciones de latencia, el fuego retrocedió pero no podemos determinar que está anulado el riesgo. Vamos a mantener nuestra actividad hasta que no haya riesgo de rebrote”, comentó Federovisky, quien reconoció que “el panorama es notablemente mejor que una semana atrás, se recuperó humedad y bajó la temperatura”.
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