El 70% de los incendios en Corrientes está controlado y quedan cuatro focos activos

El alivió llegó luego de que las llamas ya consumieran casi un millón de hectáreas, lo que representa cerca del 11% del territorio provincial

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Un productor agropecuario celebrando la
Un productor agropecuario celebrando la llegada de las lluvias a Corrientes (Nicolás Stulberg)

Luego de varias semanas de intensos combates por parte de decenas de dotaciones de bomberos y de que las llamas arrasaran con casi 1.000.000 de hectáreas, los incendios en la provincia de Corrientes finalmente se redujeron en un 70% y solo permanecen activos cuatro focos, según informó el Comando de Operaciones de Emergencias (COE).

Sumado al trabajo de los brigadistas, el fuego logró contenerse también gracias al diluvio que se registró este jueves en los departamentos de Santo Tomé, Perugorría, Tabay, Empedrado, Villa Olivari, Paso de los Libres, Mercedes e Ituzaingó.

“Estamos con un control de focos ígneos por encima del 70%. Las zonas que mantienen focos activos se centran en las áreas de Palmar Grande, Loma Linda, Paraje Zapallo, y en la tercera y cuarta sección de la localidad de San Miguel (ubicada a 170 kilómetros de la capital provincial)”, precisó el subdirector de Defensa Civil, Bruno Lovinson,

De acuerdo con lo que explicó el experto en diálogo con la agencia Télam, actualmente el cuerpo cuenta con “personas en combate en la zona de un cuadrante de Capital hasta Caá Catí y hacia el Sur entre la Ruta 118 y Ruta 12″.

Sobre la cuestión climática y las precipitaciones de las últimas horas, Lovinson señaló que “las lluvias permitieron mover las brigadas junto a los equipos de los bomberos voluntarios a sus zonas”, por lo que estimó que “en 24 o 48 horas” se podrá “contar con el control total de los incendios”, ya que la situación está “mucho mejor que hace unos días”.

Todavía quedan algunos pocos focos
Todavía quedan algunos pocos focos activos en la provincia (Franco Fafasuli)

Las tormentas facilitaron a los brigadistas el control de grandes focos de incendio en la zona de San Alonso, dentro del Parque Nacional Iberá, un área sensible donde se desarrolla una iniciativa de protección del yaguareté.

El intendente de este parque, Daniel Rodano, afirmó que “esta mañana (por el viernes) se pudo hacer un sobrevuelo en helicóptero de la zona de San Alonso” y se comprobó que los diluvios tuvieron el efecto deseado y “aplacaron las llamas”.

“Todavía registramos zonas de calor y lugares donde todavía el fuego está activo, pero tenemos la oportunidad de darle descanso a los brigadistas que están combatiendo y montar una guardia de cenizas mientras esperamos las lluvias de la semana que viene”, sostuvo en declaraciones a Télam.

Las precipitaciones también permitieron apagar focos en el Parque Provincial Iberá, aledaño al de jurisdicción nacional: “Ya llovieron en las últimas horas unos 80 milímetros y en la zona de Laguna Iberá, en Carlos Pellegrini, ya no se registran focos ígneos y en la zona central de los esteros, hacia el este, en este momento tampoco”, aseguró el intendente de este lugar, Walter Drews, aunque aclaró que “en los embalsados puede haber fuegos internos, por eso hay guardias de cenizas y los brigadistas se quedan por si hay indicios de fuego”.

El último informe de la Estación Experimental Corrientes del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) reportó que el fuego arrasó 934.238 hectáreas, casi el 11% del territorio provincial.

“La evidencia satelital indica un progresivo incremento de la cobertura vegetal afectada por el fuego en Corrientes”, remarcó el relevamiento del INTA, que sostuvo que “en valores absolutos, la cobertura vegetal más afectada sigue siendo la zona de los esteros y otros bañados, pasando de 245 mil a 275 mil hectáreas, y los pastizales del nordeste donde se duplicó el área quemada, de 18 mil a 40 mil hectáreas”.

El gobernador de Corrientes, Gustavo
El gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, junto al presidente Alberto Fernández sobrevolando las principales zonas afectadas

El presidente Alberto Fernández recorrió este viernes las principales zonas afectadas por el fuego y visitó en el campamento montado en la zona de San Miguel a los brigadistas que se encuentran desde hace varios días trabajando en la región.

El jefe de Estado arribó al lugar en helicóptero proveniente de Posadas, acompañado por los ministros del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro; de Seguridad, Aníbal Fernández; de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié; y de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Domínguez.

Durante la jornada, el mandatario nacional y Cabandié sobrevolaron junto a los gobernadores de Misiones, Oscar Herrera Ahuad, y de Corrientes, Gustavo Valdés, la región afectada por los focos ígneos.

También visitaron el centro de operaciones, ubicado en San Miguel, desde el cual el Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF) coordina el despliegue de brigadistas y medios aéreos. Allí, el Gobierno nacional informó el aumento que se destinará para paliar las consecuencias de los incendios forestales y de pastizales.

Junto a Parques Nacionales, investigadores del Instituto de Biología Subtropical (IBS) y del Centro de Ecología Aplicada del Litoral (Cecoal) están haciendo relevamientos en zonas del Parque Nacional Iberá. También, asistirán en el transporte de insumos, medicamentos, donaciones y provisión de agua, entre otros elementos.

Por último, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) advirtió este viernes sobre “valores alarmantes de gases generados por el fuego y fuertes anomalías en el régimen de lluvias”.

Tras la activación de un protocolo de monitoreo satelital, la Unidad de Emergencias y Alertas Tempranas de la Conae pudo determinar que la calidad de aire de la zona afectada registra “altos valores de gases generados por el fuego, que impactan sobre la salud humana y el calentamiento global, y fuertes anomalías en el régimen de lluvias”, según datos elaborados a partir de estudios realizados con información satelital y de estaciones meteorológicas en Tierra.

El monitoreo realizado por la Conae, también determinó que estos gases y emanaciones representan un riesgo para la salud de las personas con enfermedades cardíacas.

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