Una vez más los pingüinos vuelven a estar en peligro en la provincia de Chubut y, nuevamente por culpa de la intromisión humana. Una decena de pingüinos fueron encontrados sin vida con signos de estrangulación mediante sogas de nailon.
El macabro hallazgo ocurrió en la costa de Playa Unión, cinco kilómetros al este de Rawson. En redes sociales, la cuenta @PlayaUnionRW alertó sobre la situación por la que terminó interviniendo el Gobierno provincial.
“La foto que no queremos ver pero es real. Hoy se encontraron entre 6 y 10 pingüinos muertos en la costa. Algunos con restos de residuos plásticos en su cuello. Estas son las consecuencias del impacto ambiental que producimos al tirar residuos en la costa o el mar”, expresó el usuario que comparte fotos y actividades de la zona, que llamó a “tomar conciencia” del daño que se puede ocasionar “con nuestras acciones, por más inofensivas que parezcan”. “No cuesta nada llevarse la basura o tirarla en los cestos. Seamos un poco mas responsables, entre todos podemos hacer de la playa un lugar seguro y limpio para todos”, se agregó.
Tras la denuncia intervino la red de fauna costera de Chubut que recogió los cadáveres de siete pingüinos que estaban esparcidos en la zona. “Claramente no murieron por causas naturales”, señaló a través de un comunicado Turismo y Áreas Protegidas de la provincia.
Paola Ciccarone, secretaria de Ambiente, Producción y Desarrollo Sustentable de Rawson explicó en declaraciones a El Chubut que intentarán “preservar los ejemplares para realizar los estudios que resulten procedentes para tratar de determinar las causas de la muerte, entre ellas, eventualmente contenido estomacal y otros”. La funcionaria detalló que la decena de pingüinos de magallanes hallados sin vida son “ejemplares jóvenes”.
Por su parte, el jefe del Cuerpo de Guardavidas, Luis Cárdenas, expresó que aún no hay hipótesis al respecto pero “creemos que es anormal que hayan aparecido tantos ejemplares muertos”.
En diálogo con Agencia Télam, ambientalistas dudan de que la investigación tenga algún resultado concreto, ya que la muerte de los animales se produjo en un espacio costero amplio y cuando las playas estaban desiertas.
A principios de diciembre del año pasado, en Punta Tombo, un conflicto familiar desencadenó la masacre de alrededor de 300 pingüinos y huevos de pichón. Por orden del juez local Nieto di Biase intervino la brigada de control ambiental para investigar la matanza de los animales que fueron arrollados por las ruedas de maquinaria que utilizó el propietario de un campo con el objetivo de tender un alambrado. El hombre en cuestión además electrificó un cerco, agravando el daño hacia los ejemplares.
La hipótesis inicial apuntaba a que el acusado buscaba facilitar su acceso a la playa. Sin embargo, tras una serie de allanamientos la fiscalía explicó que “hay una situación familiar previa”.”Todo comenzó con un problema sucesorio de esa propiedad”, informó. Uno de los titulares del inmueble, Luis Alberto La Regina, indicó que se trató de una usurpación.
Esta especie además fue víctima hace pocos años de una ola de calor que provocó una mortalidad sin precedentes en la provincia. “Encontramos 264 adultos y 90 polluelos muertos en la colonia de cría y a lo largo de las playas después de registrar la temperatura más alta en la sombra (44°C el 19 de enero de 2019) desde que comenzó el estudio en diciembre de 1982. Encontramos adultos y polluelos muertos en posturas utilizadas para liberar calor (acostados boca abajo con las aletas y los pies extendidos lejos del cuerpo y/o el pico abierto). No encontramos evidencia de otras causas de mortalidad además del calor (enfermedades, algas tóxicas, inanición)”: precisó un documento publicado a principios de enero, realizado por Katie Holt y P Dee Boersma.
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