Dirigió a Michael J. Fox y a Pharell Williams: el argentino que se destaca en el mundo de la publicidad de los Estados Unidos

Joaquín Lynch Garay recorrió las principales ciudades del mundo trabajando para las marcas más conocidas. Tiene 40 años, es creativo publicitario y lideró proyectos con eminencias de la industria. “¡Son como vacaciones mientras trabajo! Solía ir a comprar un café y decir: ‘¡No puedo creer que estoy caminando por Times Square!’”, expresa

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Joaquin Lynch Garay en Nueva
Joaquin Lynch Garay en Nueva York. Vivió allí

Joaquín Lynch Garay es creativo publicitario y, dice, vive una vida de película. Es capaz de abstraerse de su carrera profesional, detener la vorágine y descubrir la magia de las cosas: sorprenderse caminando por el Times Square, en Nueva York, por ejemplo. Cree estar de vacaciones mientras trabaja.

Con 27 años, un reconocimiento como el mejor creativo de arte lo llevó a Cannes, en Francia, donde se codeó con celebridades de la publicidad mundial. Tres años después, la marca más famosa de gaseosas lo contrató para trabajar en China; más tarde se mudó a Nueva York donde tocó el cielo con las manos: realizó una campaña para una aseguradora canadiense que protagonizó Michael J. Fox. Luego hizo lo mismo con el rapero Pharell Williams para una marca deportiva que auspiciaba el US Open en 2018. Trabajó para Amazon, Google y ahora prepara “algo secreto” para Instagram mientras es jurado en un festival neoyorquino de publicidad.

En una fría mañana de Los Ángeles, el hombre de 40 años responde al llamado de Infobae. Allí vive desde 2019 con su esposa Malena Soto y Wacho, el perro de nueve años que lo acompaña en la aventura cotidiana de trabajar y recorrer el mundo.

Joaquín Lynch con John Rocco
Joaquín Lynch con John Rocco y Michael J Fox en la filmación de la publicidad para Sonnet Insurance, en 2018

Su historia

Nació en la ciudad de Buenos Aires y hasta dejar para siempre el país, en 2013, vivió en Palermo. Estudió Diseño Gráfico en la UBA y gracias a uno de sus hermanos ingresó al mundo de la publicidad.

Admite que desde siempre le gustó pensar y crear contenidos. Recuerda que el cine y las publicidades de los ‘90 le causaban fascinación: algunas eran casi cortos, contenían una historia impactante además de vender un producto y, por eso, aún hoy son recordadas.

Su vida laboral comenzó diseñando páginas webs, pero no tardó en ingresar, con mente inquieta, a su primera agencia publicitaria. “Siempre me gustó desarrollar historias y además la publicidad tiene algo alucinante que es que todos los meses hay cosas distintas: un día vendés zapatillas, al otro remeras y al otro un remedio... ¡Todo el tiempo cambia! No es enfocarse solo en una cosa, eso me divertía. Pero también, cuando había que vender autos, por ejemplo, me tocaba aprender sobre autos, aunque sean pavadas -ríe-, pero el aprendizaje es constante. En 2008, entré a la primera agencia publicitaria y luego pasé a otra. En esa gané un concurso como ‘Mejor director de Arte menor de 28 años en Argentina’. El premio lo daba el Círculo de Creatividad Argentina y eso me llevó a participar Cannes, que para mí era gigante”.

Joaquín Lynch Garay en Shangai,
Joaquín Lynch Garay en Shangai, China

Estar allí le significó descubrir cómo funcionaba la publicidad a nivel global. Estaba en la meca. “Eso me abrió la cabeza e hizo dar cuenta de que podía trabajar como creativo en cualquier parte del mundo. Además, conocí a mucha gente que hacía lo mismo que yo, pero en otro país... ¡Era posible hacer lo que hacía en Argentina para cualquier ciudad del globo!”, cuenta su momento epifánico.

Eufórico, regresó a Buenos Aires. Ya con otra mentalidad, se unió a una nueva agencia pero esta vez a una que trabajaba de manera global (cuando eran pocas las que lo hacían en Argentina). “Era 2012 y en esa época mi cabeza se abrió para trabajar afuera. Al año siguiente recibí una invitación de Coca Cola de China, ¡de China!, para ir a trabajar como director creativo a Shangái. ¡Nunca se me había ocurrido ir a trabajar a China! Fue un cambio de vida más que de trabajo”, reconoce.

“Era 2013, yo tenía 30 años, China comenzaba a globalizarse y a meterse más con el mundo occidental. ¡Ni lo dudé! Me casé con mi novia y nos mudamos. En Shangái había pocos extranjeros y de los que nos encontrábamos nos hacíamos familia. Encontré un grupo de argentinos también”, dice sobre el inicio de la época de gloria en la que manejó la publicidad de la marca en todo Asia y además trabajó con May-Day, la banda más famosa de ese continente.

Joaquín Lynch Garay en China,
Joaquín Lynch Garay en China, en 2013

Allí, además de descubrir y asombrarse de los detalles de la ciudad (cuenta que la capacidad de asombro la conserva como mejor característica), le tocó conocer en un mes las costumbres, pensamiento y forma de vivir de sus habitantes. “Hablé con cada chino que tenía cerca y que hablaba inglés: no era tan diferente desde lo publicitario porque todos buscan lo mismo en un productos. A nivel experiencia personal, vivir allí fue extraordinario, fue algo increíble y laboralmente fue un desafío asombroso”, destaca.

En 2014 se mudó a Nueva York, ciudad elegida para desarrollarse profesionalmente. “Fue empezar de cero. Es otro mundo, otro mercado. Había que aprender todo rápido y en otro idioma, eso fue lo más interesante porque trabajar en los Estados Unidos abre las puertas más grandes en todo el mundo. Se puede trabajar con marcas más grandes, más reconocidas, con famosos y personalidades que sería imposible desde Argentina, los presupuestos son más grandes también”, subraya.

Joaquín Lynch Garay y su
Joaquín Lynch Garay y su perro "Wacho" en Nueva York

Allí trabajó para una de las agencias más destacadas a donde llegó una propuesta de campaña para la primera compañía de seguros digital de Canadá, que quería mostrarse como una firma “joven y gigante”. “La idea era una realizar campaña optimista que hable de seguros. Era algo así: ‘No te va a pasar nada, pero si te pasa, vamos a estar con vos para acompañarte’, todo lo contrario al mensaje pesimista de las aseguradoras. Pensamos: ‘¿quién es la persona más optimista del mundo?’. ¡Michael Fox! ¡Queríamos conocerlo porque era nuestro ídolo y era la excusa perfecta! Pero se dio que investigándolo nos enteramos que había escrito sobre el optimismo y el padre del cliente tenía Parkinson y sintió que todo se conectaba, todo cerró. Lo llamamos a Michael y fue una experiencia única. Como fan de él lo fue, pero desde lo laboral es un hombre completamente profesional que escucha mucho, es súper humilde y muy agradecido. ¡Fue increíble!”.

En los Estados Unidos, Joaquín trabajó también con el rapero Pharrell Williams para el lanzamiento de su indumentaria para Adidas durante el US Open 2018. “Con él fue lo contario. Entró, grabó en dos minutos y se fue. ¡Ja, ja! ¡Un genio! Se mete en los proyectos porque también es muy creativo y sabe qué tiene que hacer”, lo define.

Gracias a esa producción fue premiado en el Clio Awards y lideró el lanzamiento de unas de las zapatillas más icónicas de la marca, las Superstar, y trabajó con Candace Parker, una de las mejores basquetbolistas de la historia de la Women’s National Basketball Association.

Joaquín junto a Leonardo Premutico,
Joaquín junto a Leonardo Premutico, Federico Munichor, Juan Diaz en Filmacion Trident, Barcelona

A Los Ángeles, ciudad en la que actualmente reside, llegó contratado por otra de las agencias más destacadas. Allí, realizó trabajos al lado de Deestroying, uno de los más youtubers más famosos del mundo (tiene más 4.1 millones de followers), con influencers de Fútbol Americano y estrellas de la talla de Derwin James, uno de los jugadores más importantes de la National Football League y jugador de Los Angeles Chargers.

Pese a los años viviendo lejos de sus raíces, Joaquín cuenta que en las ciudades estadounidense en las que vivió no tuvo tiempo de extrañar Argentina porque “hay lugares donde se puede comprar hasta los bombones y caramelos masticables más conocidos. Sí extraño a mi familia, a mis hermanos y amigos, pero tenemos muchos contacto vía WhatsApp”, dice el hombre que salió del país en 2013 junto a su esposa, también diseñadora.

Desde el inicio de la pandemia, trabaja la mayor parte del tiempo de manera remota. Su rutina es levantarse a las 8.00, abrir mails, ponerse al día con las noticias y trabajar desde su casa hasta las 19.00 aunque puede llegar a extenderse, incluso los fines de semana, entre proyectos, presentaciones y reuniones.

Joaquín Lynch Garay en la
Joaquín Lynch Garay en la filmación de "Trident", en Alaska

“Trato de trabajar siete horas, pero hay veces que son doce. Si son días de presentaciones importantes puede ser el día sin parar. Pero así es esta carrera a la que le estoy completamente agradecido porque me hizo viajar por el mundo, por las ciudades mas importantes. Pude conocer Corea del Sur, Tokio. Alaska, Barcelona, Madrid, Sudáfrica, Toronto... No hice nada, solo me avisan que hay que ir a filmar y me llevan. Son como vacaciones mientras trabajo y eso mismo me pasa y me pasó en Nueva York. Nunca perdí esa capacidad de asombro de salir a comprar un café y decir: ‘¡No puedo creer que estoy caminando por Time Square!’, así lo siento cada día cuando simplemente salgo a caminar”, concluye.

En su basta experiencia laboral, también se destaca su trabajo con Robert Yeoman, el director de fotografía de Wes Anderson, en un proyecto de videojuego de Blizzard, Overwatch. Fue convocado por Google, Captain Morgan, NYCFC, Adobe, Trident y para ser jurado en varios festivales de publicidad alrededor del mundo como el Ad-Stars Asia, El Sol de San Sebastián en Europa, en Estados Unidos participó del Webby awards, Anthem Awards, LIT Awards, NYX Games Awards, LE BOOK Awards, The Palms Springs Photo Festival. Actualmente es jurado del New York Festivals Awards.

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