El 30 de noviembre de 2020 Thelma Fardin declaró durante cuatro horas ante la justicia brasileña en el juicio contra Juan Darthés por estupro agravado. Ella contó, lloró y gritó cuando la defensa la interrogó sobre, por ejemplo, porque se había sacado una foto sonriente o porque ella no lo frenó. “Él era quien tenía que evitar hacerlo, no yo quien tenía que evitar que lo hiciera”, contestó. La investigada, increpada y revictimizada fue ella. Pero ahora la escena podría volver a repetirse como una pesadilla sin resolución.
La defensa de Juan Darthés intentó que el juicio se anule desde antes del comienzo. El actor había dicho que él quería ir a la justicia, pero solo cuando acusó a Dignity (Calu Rivero) y Anita Co. Después se escapó a Brasil, donde es ciudadano, y es un país sin convenios de extradición. Si estuviera en Argentina se hubría cumplido con la orden de Interpol que pide su deportación a Nicaragua donde solicitan su procesamiento por violación agravada. Pero ahora no quiere ser juzgado por la justicia federal de Brasil, sino por la de San Pablo, mientras que los plazos de prescripción corren a su favor.
Su defensa aludió que no confiaba en Nicaragua por la situación institucional del país. Pero tampoco vuelve a Argentina. Y tampoco aceptó a la justicia federal de Brasil. En el juicio que se inició en noviembre (con el 80% del proceso ya realizado) solo restaba que declaren algunos testigos, pero especialmente, la esposa de Darthés (en calidad de informante) y que declare el actor. Después venían los alegatos y la sentencia que se esperaba para mediados de año.
Por pedido del actor el juicio volvió a foja cero. La defensa de Darthés pidió que se anule el juicio llevado adelante por el magistrado Pablo Ali Mazloum. El juez le dio al actor todas las garantías. Al punto que las audiencias podían ser vistas por el imputado y dos abogados desde su estudio en San Pablo y por Fernando Burlando y otro abogado de su estudio en la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM), desde la Ciudad de Buenos Aires.
Thelma Fardín, en cambio, era representada por el fiscal, pero ni ella ni su abogado Martín Arias Duval podían asistir a las audiencias porque no es querellante. La víctima no tuvo acceso pleno al juicio porque contratar un estudio de abogados en Brasil es tan caro que la justicia vuelve la balanza a quien tiene más dinero para solventar los costos. A pesar de la asimetría de poder para el acusado, mejor representado que la víctima, de todos modos, Darthés no aceptó ser juzgado por la justicia federal.
La defensa en Brasil de Darthés, Luiz Antonio Nazareth, argumentó que no le corresponde a la justicia nacional sino local llevar a cabo el proceso. La justicia de San Pablo puede ser más machista y conservadora pero, por sobre todo, dilatar el proceso y estirar los tiempos puede ser una especulación para que la causa lleve tanto tiempo que la víctima o testigos no quieran volver a declarar o que sea declarada prescripta a pesar de las acciones iniciadas. El imputado no demostró su inocencia, sino que interrumpió un juicio que ya estaba consumado en el 80% del proceso.
Si la demanda de la defensa es aceptada y la justicia de San Pablo comienza un nuevo juicio (a tiempo para que no sea declarado prescripto) las víctimas Thelma Fardin, Dignity -Calu Rivero- y Anita Co tendrían que volver a declarar y ser sometidas a preguntas e investigaciones por parte de la defensa en una revictimización que va en contra de todos los protocolos sobre los derechos de las víctimas de violencia sexual.
Si se busca justicia la idea es que una víctima de abuso sufra lo menos posible y obtenga reparación después de sufrir un hecho traumático y no que ese recuerdo vuelva a la mente una y otra vez. “Estoy en shock, pero con mucha fuerza, es una bestialidad que en Argentina no podría suceder que un juicio comience y se suspenda una vez que ya se prestaron los testimonios de las víctimas y los testigos. Me genera mucha impotencia hasta donde cala el poder”, resalta Thelma Fardin en una entrevista exclusiva con Infobae.
-¿Cómo se explica que un juicio en donde el magistrado afirma que tiene capacidad para juzgar y hay audiencias en noviembre, diciembre y enero se suspenda?
-Es una bestialidad que en Argentina no podría suceder porque se resuelve primero si se puede juzgar o no. Y acá ya lo teníamos resuelto. El juez ya se había declarado competente. Sin embargo, tienen esta impunidad.
-En las redes sociales hay gente que dice que él ganó el juicio o que él no quería que se suspendiera. ¿En época de fake news cómo se puede explicar lo que paso?
-Es un pedido de la defensa para que no se pueda juzgar el delito de estupro agravado.
-¿Cómo te afectó esta decisión?
-Estoy en shock pero con mucha fuerza. Sé que a través de mi figura se pueda adoctrinar a muchas mujeres y eso no lo podemos permitir.
-¿Hay justicia si hay que empezar un nuevo camino judicial después de iniciar el proceso en Nicaragua y en la justicia federal de Brasil?
-Es un caso que tuvo cooperación internacional de tres países (Argentina, Brasil y Nicaragua) y el magistrado citó jurisprudencia de la Corte Suprema para revalidar su jurisdicción y ahora el tribunal hace esta movida que lo único que pretende es perpetuar la impunidad.
-Brasil no extradita a sus ciudadanos (Darthés es brasileño y argentino), pero el juicio se inició para que el país no sea sinónimo de impunidad. ¿Ahora qué imagen da la justicia brasieña?
-¿Si no se lo puede juzgar en Brasil y si no se lo puede extraditar, no se lo juzga? Brasil está dándole un ejemplo a la región -a través de mi figura, en un caso emblemático-, que el camino de la justicia que nos obligan a hacer es para revictimizarse y que pueden hacer con nosotras lo que quieran porque el poder permite la impunidad.
-¿Él ya había pedido la nulidad del juicio en vez de estar conforme con que se inicie el proceso en Brasil?
-Lo primero que ellos pidieron fue la nulidad de Brasil, a nivel federal, porque decían que no tenía competencia y el juez dijo que era competente y le dio inicio al proceso judicial.
-¿Por qué en Brasil se puede deshacer un juicio y pedir que se inicie otro nuevo proceso cuando ya declararon víctimas y testigo de violencia sexual?
-Esto sucede cuando ya declararon todos los testigos y declaré yo con lo revictimizantes que es.
-¿Cómo fue tu declaración ante la justicia brasileña y las preguntas de la defensa de Darthés?
-La declaración fue revictimizante con preguntas que en Argentina ya no se podrían hacer porque hemos aprendido como se tiene que tratar a la víctima. La declaración en el juicio de Brasil me dejo destruida. La defensa fue totalmente violenta. Me trató de fantasiosa y de ningún modo hay lugar a decir que es una fantasía porque la prueba es muy contundente.
-¿Cómo te afectó la declaración en el juicio? ¿Cómo te impacta que te pidan que vuelvas a repetir la descripción de la denuncia de abuso?
-Me sentí denigrada, me sentí en el banquillo de los acusados. La investigación fue sobre mí y no sobre él. Yo estaba llorando a los gritos. Era difícil la traducción entre gritos y llantos. Los que me conocen saben que no me recupero. Están apostando a quebrarme emocionalmente y al cansancio. Por eso es tan importante el apoyo de muchas otras para poder seguir.
-¿Cómo sentiste el apoyo?
-De manera espontánea muchas mujeres en la misma situación me demuestran su apoyo. Además se autoconvocaron a la Embajada de Brasil para decirle basta a estos guiños del poder para garantizar impunidad.
-¿Qué hubiera pasado si el imputado se quedaba en Argentina?
-Hasta su abogado reconoce que estaría preso si estuviera en Argentina. A pesar que dice “nos ponemos a disposición de la justicia” su estrategia es que no haya declaración.
-¿Brasil no extradita a sus ciudadanos, pero qué rol le corresponde a Argentina para garantizar que sus ciudadanas no pueden ser abusadas en otros países y que la violencia sexual quede impune?
-Es importante que Argentina defienda a sus ciudadanas. Brasil protege a sus ciudadanos y no los extradita. En Argentina la sociedad y el Estado tienen que estar presentes, acompañar y pronunciarse para que no quede como un hecho no juzgado y defender a las mujeres en la misma situación.
-En el programa de Mirtha Legrand, él dijo que quería ir a la justicia, pero fue para denunciar por daños y perjuicios contra las que habían relatado situaciones de incomodidad en Telefe y Canal 13. Después eludió a la justicia de Nicaragua y ahora refuta a la justicia federal de Brasil. ¿El afán de justicia es real o una pose?
-Esta decisión llega en el medio del proceso cuando vieron la cantidad de prueba presentada. Es muy fuerte que apelen la posibilidad que un juez diga qué pasó en esta situación. Él dice desde el día uno que quiere justicia, pero solo quiere ir a la justicia si es él quien puede acusar.
-Muchos testigos relataron que en el juicio el acusado tenía más garantías que la víctima y los testigos. ¿Por qué aun así lo refuta?
-En este juicio a mí se me sentaba en el banquillo de los acusados, porque se me acusaba, y así y todo me presté a la declaración. Pero su estrategia es postergar el proceso para que la justicia no se pueden pronunciar. ¿Por qué no llegar a una sentencia que ponga fin para él y para mí? No quiere que siga la justicia federal porque son tantas las pruebas y es tan contundente la causa que la única escapatoria que tiene es eludir la mano de la justicia.
-¿Por qué él tenía dos abogados en Brasil y dos en Buenos Aires durante las audiencias y vos no podías participar ni escuchar a los testigos?
-Hay una disparidad impresionante en lo que notaron cada uno de los testigos porque él tiene las garantías dadas por la justicia, que es lo que corresponde y está muy bien, pero era una cosa escandalosa saber que él estaba en el estudio de los abogados, con dos o tres abogados, más (Fernando) Burlando presenciando las audiencias en Argentina y con otro abogado de su estudio.
-¿Por qué no tenés abogado/a en Brasil?
-Yo no estoy constituida como querellante en Brasil porque es un fiscal el que inicia la causa de oficio.
-¿La desigualdad económica entre la víctima y el denunciado afecta la posibilidad de acceso a la justicia?
-A esta altura, después de tres años de litigio internacional, con una abogada en Nicaragua (Eylin Cruz Rojas) y un abogado en Argentina (Martín Arias Duval) y, aunque me acompaña Amnistía Internacional, es un gasto importantísimo constituir una querella en Brasil muy difícil de costear para mí. En este momento esa diferencia económica pesa.
-Si el juicio vuelve a foja cero tenés que conseguir los fondos para costear abogados en Brasil, volver a declarar y a convocar a los testigos y que tu vida quede en suspenso por tiempo indefinido. ¿Si tu caso fue la voz de muchas que se animaron a denunciar hoy es la muestra de como se desgasta a una mujer que denuncia?
-El pide que no se juzgue porque lo dejaría tranquilo. Es tan contundente la prueba que se produjo que él quiere escapar del juicio y de la justicia a donde él quería llevar a las otras mujeres que lo denunciaron.
-¿Cuál es tu balance del proceso judicial ante la violencia sexual?
-Para mí es agotador. La justicia está hecha para los victimarios y no para las víctimas. Es una carrera de resistencia. Ponen a prueba a resistencia de las víctimas.
-Si vos hubieras hecho tu relato solo en redes o medios probablemente él te hubiera hecho una denuncia como hizo con otras mujeres, pero vos fuiste a la justicia y el laberinto procesal es infinito. ¿La lección es que la salida más fácil era callarte?
-Yo tuve la suerte de que la causa no estuviera prescripta en Nicaragua. Y me tuve que someter a todo tipo de pericias. Me hicieron pericias en Brasil, que es algo inédito, durante el juicio. A él solo le hicieron una pericia paga por él. En lo que va del proceso me revictimizaron. Si yo no iba a la justicia él me hubiera denunciado por calumnias e injurias y daños y perjuicios en lo penal y lo civil. Yo denuncié para que no pueda hacer eso. El mensaje es que hagas lo que hagas no podés hacerlo público porque sos pro-escrache y, si lo hacés en la justicia, vas a ser sometida hasta que te quiebren y no puedas más.
-La defensa de Darthés intentó que no sean aceptados los testimonios de Dignity y de otras testigos porque participaron de marchas feministas y el del perito Enrique Stola por su compromiso en la lucha contra los abusos sexuales. ¿Darthés busca probar su inocencia o que los delitos sexuales no puedan ser denunciados?
-La respuesta de la sociedad fue organizarnos porque nos dimos cuenta que no teníamos respuesta en la justicia cuando denunciábamos abuso sexual. A eso ellos lo engloban y nos dicen feministas. Nos organizamos, conseguimos llegar a la justicia y eso es usado en nuestra contra. Le dicen a un perito que por peritar a una persona abusada no puede testimoniar. ¿Quiénes podrían denunciar? Las limitan a cero porque con la historia de vida todos los testimonios serían inválidos. No buscan probar la inocencia de una persona. Buscan callar a las víctimas y que no haya lugar en la justicia para este tipo de delitos.
-¿Te imaginaste, en el 2018, que el camino de la denuncia por abuso sexual iba a ser tan difícil y que, en el 2022, te iban a decir que tenías que empezar de nuevo?
-Nos imaginamos piedras en el camino pero no estas acciones que inspiran sospechas porque muestran un nivel de poder de cierto sector al que no accedemos. El mensaje de Brasil a la región es que este tipo de delitos no son denunciables. Es un mensaje de impunidad y de silenciamiento a las mujeres, los hombres y las personas que nos atrevemos a romper el silencio.
-Muchos varones dicen que si son denunciados en redes sociales o medios de comunicación no pueden defenderse y que los abusos sexuales tienen que ser denunciados ante la justicia. ¿Qué les dirías después de recurrir a la justicia?
-Aquellos varones que quieran probar su inocencia es importante que permitan el avance de la justicia sin estos movimientos extraños que dan pie a sospechar que la justicia es injusta.
-¿Cómo vas a seguir con la causa?
-Yo voy a seguir hasta la Corte Suprema de Brasil y así lo va a hacer el fiscal que se ocupa de la causa.
-¿Qué esperas que pase?
-La Corte ya tiene antecedentes y esperemos que vuelvan atrás con esta disposición del tribunal que es una instancia inferior, y que den un ejemplo de una justicia que no sea revictimizante, y que los testimonios que ya se dieron no tengan que repetirse, y que el juicio no se comience de cero sino que se termine y que sirva la prueba que ya se produjo.
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