“La investigación está en curso y se ha escuchado a los testigos en Europa. Esperamos que Kyburg sea detenido y acusado este año. Siempre es difícil investigar cuando los crímenes ocurrieron hace tanto tiempo. El asesinato no prescribe en Alemania y se castiga con cadena perpetua”, dice el abogado alemán Andreas Schüller, consultado por Infobae.
Schüller integra el Centro Europeo por los Derechos Constitucionales y Humanos (ECCHR, por sus siglas en inglés) en Berlín y la persona a la que se refiere es Luis Esteban Kyburg, exsegundo comandante de la Agrupación de Buzos Tácticos con sede en la Base Naval de Mar Del Plata, acusado de cometer crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura y prófugo de la justicia argentina.
Kyburg escapó de la Argentina en junio de 2013, cuando fue citado a indagatoria por el juez federal marplatense Santiago Inchausti en el marco de la Causa Base Naval 3 y 4. Se sabe que huyó por vía terrestre a través del paso Gualeguaychú–Fray Bentos, que luego viajó a los Estados Unidos y desde allí se trasladó a Alemania.
La elección del destino final no era azarosa. En 2012 – previendo que iba a ser llevado a juicio en Mar del Plata – Kyburg tramitó la nacionalidad alemana, a la cual tenía derecho por ascendencia, para tener un refugio seguro. En Berlín se creyó a salvo.
Sabía que la Constitución alemana impide la extradición de ciudadanos de esa nacionalidad para ser juzgados en otros países. Por eso, y a pesar de tener sobre su cabeza una orden de captura internacional, cuando Interpol lo localizó en febrero de 2014 gracias a una denuncia anónima que llegó a la Embajada Argentina en Berlín, enfrentó con tranquilidad el proceso judicial en la seguridad de que no sería devuelto a la Argentina, donde se lo acusa de crímenes contra 123 víctimas del terrorismo de Estado cometidos en la Base Naval marplatense.
En efecto, la justicia alemana se negó a extraditarlo en marzo de 2015 y Kyburg creyó que todo había terminado.
No fue así: hoy enfrenta una denuncia presentada en la Fiscalía General de Berlín, a cargo de Dirk Feuerberg, por los crímenes cometidos en la Argentina y corre el riesgo de ser juzgado y condenado por el secuestro y la desaparición de Omar Marocchi.
“La ciudadanía alemana de Kyburg no debe protegerlo de la persecución penal. El caso de Omar Marocchi es solo uno de los miles de casos de opositores políticos que fueron torturados, asesinados, abusados, y secuestrados en Argentina. Alemania debe asumir su responsabilidad y juzgarlo aquí”, dice Wolfgang Kaleck, abogado de derechos humanos y secretario general del ECCHR, que impulsa la causa que tiene como querellante a Anahí, la hermana de Marocchi.
Una denuncia inesperada
El caso del genocida Luis Esteban Kyburg parecía definitivamente cerrado. Salvo que saliera de Alemania, parecía imposible detenerlo y juzgarlo.
Sin embargo, en 2017, durante una conferencia por Sskype de la que participaban dos militantes por los Derechos Humanos que viven en Alemania, junto a funcionarios de la fiscalía general marplatense y del Programa Verdad y Justicia de esa ciudad, surgió en la conversación el caso del marino prófugo.
Néstor López Corrales y Luis Tomé –los dos argentinos radicados en Alemania– decidieron averiguar su paradero y explorar la posibilidad de intentar otras acciones legales. Luego del proceso de extradición, Kyburg había cambiado de domicilio, así que el primer paso fue localizarlo.
“En septiembre de 2017, Luis Tomé, arquitecto, residente en Berlín por más de 30 años, me pone en contacto con los abogados alemanes de Derechos Humanos, y conseguimos la dirección de Kyburg”, relata López Corrales a Infobae.
El represor vivía en un departamento del barrio berlinés de Friedrichshain, el distrito “rebelde” y cool con bares, restaurante, artistas y okupas, que se convirtió en una de las zonas residenciales más atractivas y de moda de la ciudad.
Los abogados del Centro Europeo por los Derechos Constitucionales y Humanos les explicaron a López Corrales y Tomé que no bastaba con encontrar a Kyburg, porque para intentar juzgarlo en Alemania era necesario contar con un querellante.
“ECCHR realizó un trabajo excepcional respecto a buscar puntos de conexión entre la Jurisprudencia Argentina y Alemana sobre este caso, de forma de lograr que la Fiscalía Alemana acepte el caso como propio”, dice López Corrales a Infobae.
Con ese objetivo, en octubre de 2018, otro integrante de ECCHR, Simon Rau, viajó a Mar del Plata y se reunió con abogados querellantes en la Causa de la Base Naval 3 y 4, en la que Kyburg estaba prófugo.
En ese momento Anahí Marocchi, hermana de Omar Marocchi, decidió presentarse como querellante.
La Causa de la Base Naval
El 18 de septiembre de 1976, un grupo de tareas de la Armada irrumpió violentamente en la vivienda de Omar Marocchi y Susana Valor en Mar del Plata. Los sacaron a la fuerza y los llevaron a la Base Naval. Más de cuarenta y cinco años después, continúan desaparecidos.
Por las desapariciones de Marocchi y Valor, y torturas, secuestros y asesinatos de otras 121 personas cometidos en la Base Naval, en 2016 fueron condenados doce militares.
Recibieron la pena de prisión perpetua, Alfredo Manuel Arrillaga, ex jefe de Operaciones de la Agrupación ADA 601; Juan José Lombardo, ex jefe de la Base Naval y comandante de la Fuerza de Submarinos; Raúl Alberto Marino, ex jefe de la Base Naval y comandante de la Fuerza Submarinos; Rafael Alberto Guiñazú, ex comandante de la Agrupación Buzos Tácticos y ex subjefe de la Base Naval; José Omar Lodigiani, ex comandante de la Agrupación Buzos Tácticos; Alberto Ignacio Ortiz, ex jefe del Departamento de Operaciones de la Base Naval de Mar del Plata y comandante del GT6.1; Julio César Falcke, ex jefe de Contrainteligencia de la Base; Daniel Eduardo Robelo, ex jefe de Comunicaciones de la Base Naval y ex jefe del Departamento Operaciones, y Francisco Lucio Rioja, ex jefe de la sección Inteligencia de la Base Naval durante 1978 y 1979.
Juan Eduardo Mosqueda, ex jefe de la Prefectura, fue condenado a doce años de prisión; Ariel Macedonio Silva, ex jefe de la Sección Informaciones de la Prefectura, a diez; y José Francisco Bujedo, el ex suboficial de Infantería de Marina, a ocho años.
El único acusado que quedó impune por esos crímenes fue Luis Kyburg.
La Fiscalía alemana avanza
A partir de la presentación de Anahí Marocchi como querellante ante la justicia alemana, la Fiscalía General de Berlín comenzó a tomar declaraciones a testigos en otros países. En España y en Suecia, los fiscales ubicaron y tomaron testimonio a tres exiliados sobrevivientes del Centro Clandestino de Detención y Tortura de la Base Naval marplatense.
Además, la justicia alemana pidió parte de la causa de la Base Naval a la Justicia de Mar del Plata para profundizar en el caso.
También está previsto que en el transcurso de este año se tome declaración a los sobrevivientes del Centro Clandestino que viven en la Argentina. Debido a la pandemia, las testimoniales no serán presenciales, sino que se realizarán por teleconferencia con la participación de los fiscales alemanes.
Recién al completar el proceso de instrucción, el fiscal Feuerberg deberá decidir si entiende que hay motivos suficientes para llevar a juicio a Kyburg.
Contra la impunidad
“Los crímenes de lesa humanidad no deben permanecer impunes, aun cuando hayan sido cometidos hace décadas. En este contexto, la denuncia penal contra Luis K. forma parte del trabajo del ECCHR que busca poner fin a la impunidad de funcionarios militares y gubernamentales, así como afrontar los crímenes cometidos durante las dictaduras, sea en Argentina o en otras partes del mundo”, sostienen los abogados de ECCHR.
En la fundamentación del caso dicen también que “El poder judicial alemán puede desempeñar un papel importante en la resolución de estos crímenes. El hecho de que se hayan cometido crímenes internacionales en otras partes del mundo -y en algunos casos hace décadas- no debe ser una excusa para dejar impunes a los autores que viven en Alemania. La ciudadanía de Kyburg no debe protegerle de la persecución”.
Si bien no forman parte de la querella, los argentinos López Corrales y Tomé siguen con atención el proceso contra Kyburg. “Lo que a mi particularmente me interesa y mucho, es que el ECCHR pueda utilizar para modificar la ley por la cual no extraditan a alemanes, sea cual sea el crimen cometido”, explica López Corrales a Infobae.
Últimas noticias de un prófugo
Mientras tanto, Luis Esteban Kyburg espera el resultado de la instrucción en libertad. Tiene 74 años y padece una enfermedad respiratoria.
Sigue viviendo en su departamento de Berlín, en el barrio de Friedrichshain, aunque su nombre no está escrito debajo del portero eléctrico como los del resto de sus vecinos. Cobra del estado alemán un subsidio por desocupación de 456 euros mensuales, el mínimo, pero se sospecha que recibe dinero desde Buenos Aires.
Sale poco y juega a las escondidas con los manifestantes que señalan dónde vive y los periodistas interesados en su caso.
A mediados de 2020, un cronista y un camarógrafo lograron interceptarlo en la calle y le preguntaron por los delitos de los que se lo acusa.
“No, yo leí la causa. La historia es distinta. Como nosotros no confesamos, nos endilgaron todas las muertes desde el 76 al 79. Pero ese número no es cierto, son muchos menos”, respondió antes de alejarse.
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