“Favaloro se encontró entre las deudas y el chantaje”: una mirada italiana sobre la vida y la muerte del célebre médico argentino

El periodista Luca Serafini acaba de presentar en su país “El corazón de un hombre”, una biografía novelada. Tras tres años de intenso trabajo, pasó de no haber escuchado su nombre a profesar una profunda admiración

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La muerte de René Favaloro
La muerte de René Favaloro conmocionó a los argentinos hace 18 años

VOLANTA Lanzaron en Italia una biografía novelada del creador del bypass

La intención de un viejo cardiocirujano, de un discípulo, de homenajear a quien que le enseñó todo lo que hay que hacer dentro de un quirófano fue el motor que dio origen en Milán a un libro que, en formato de biografía novelada, recorre la vida del célebre maestro argentino René Favaloro y que en estos días llegó a las librerías italianas.

El texto en cuestión, titulado “Il cuore di un uomo” -“el corazón de un hombre”- (Rizzoli 2022), del periodista milanés Luca Serafini, busca dar a conocer de aquel lado del océano a la figura del creador del bypass y rescatar las raíces familiares que lo ligan con Italia, ya que sus abuelos eran oriundos de la isla Santa Marina Salina, en el mar Tirreno, frente a la costa de Sicilia, desde donde, hacia finales del siglo XIX emigraron a América. Allí, el doctor Favaloro fue declarado ciudadano honorario en 1999.

Todo comenzó allá por 2018 cuando el médico Cesare Beghi, director de la Unidad de Cardiocirugía en el Hospital Circolo di Varese en Milán, le comentó al popular presentador televisivo Cesare Cadeo y a su hermano Maurizio -ex miembro del cuerpo médico del club de fútbol Milán AC- que buscaba alguien que escribiera sobre la vida de Favaloro, de quien había sido alumno en un curso de perfeccionamiento en cirugía cardiovascular realizado en Buenos Aires a principios de la década de 1990.

Los dos están tapados. Pero
Los dos están tapados. Pero el de la izquierda de la foto es Beghi y el de la derecha, Favaloro. El médico italiano conserva esta imagen juntos en un quirófano como si fuese un tesoro

Beghi quería honrar a su maestro y consideraba injusto que en Italia, el país que más amó después de Argentina, pocos conocieran sobre su vida y obra. Los Cadeo lo condujeron directamente hacia Serafini, un experimentado periodista deportivo columnista en la señal televisiva del Milán AC y colaborador de los programas Sportitalia y 7GoldSport que en su dilatada trayectoria como escritor tiene en su haber tres novelas inspiradas en hechos reales, así como varios retratos biográficos de grandes personalidades de la escena de su país como el periodista Maurizio Mosca; el ex jugador y entrenador ucraniano Andriy Shevchenko (2005); y la modelo y presentadora Martina Colombari.

El texto obtuvo el “Premio Angelo Zanibelli” en su edición de 2020 en la categoría “obra inédita”. Se trata de un galardón dedicado a obras literarias ligadas con la medicina y organizado por Sanofi, una de las principales empresas del sector farmacéutico italiano.

Nacido en Milán el 12 de agosto de 1961, Serafini nunca había oído hablar de Favaloro. “Me avergüenzo por eso”, admite en diálogo con Infobae. Dice haber recibido desde Buenos Aires la ayuda de varias personas. Entre todos destaca a Federico Gavazza, miembro del Milán Club Buenos Aires, quien colaboró con las traducciones del español al italiano y viceversa de frases y la correcta interpretación de modismos.

El libro fue una idea
El libro fue una idea del médico Cesare Beghi, director de la Unidad de Cardiocirugía en el Hospital Circolo di Varese en Milán. En esta foto junto a su maestro, René Favaloro

Durante la entrevista cuenta los entretelones de la investigación que le llevó más de tres años e incluyó dos viajes a la Argentina y la traducción de varios libros, así como la recolección de decenas de testimonios. También habló de su vínculo con el entorno del médico que se quitó la vida el 29 de julio de 2000 y su deseo de poder reunir donaciones para ayudar a la Fundación Favaloro.

“El día que me propusieron el trabajo, volví a mi casa y me puse a navegar en internet y estuve casi cinco horas. No podía despegarme de la historia que empezaba a conocer y que me impactó desde el primer momento”, asegura.

-¿Qué fue lo que más le impactó de la figura de Favaloro?

-No había nada de él que no me interesara. La ciencia, el humanismo, la filantropía, sus ideas sobre la justicia, la obstinación, los valores profesionales y privados, su amor por la naturaleza y, claro está, su devoción por Italia. A medida que avanzaba en la investigación sentía como si estuviera escribiendo sobre la vida de una persona conocida y apreciada.

Luca Serafini, Diana Truden y
Luca Serafini, Diana Truden y Cesare Berghi en la Fundación Favaloro

-¿Cuáles fueron las dificultades que enfrentó a la hora de emprender un trabajo cuyas principales fuentes de consulta estaban del otro lado del oceáno?

-En eso la guía de Cesare Beghi fue fundamental: me acompañó en mi primer viaje a la Argentina. Me llevó al Sanatorio Güemes y me presentó a colegas y alumnos de Favaloro; también fuimos juntos a Jacinto Arauz. Investigué mucho por la red y me contacté con muchas personas, me ayudó mucho en ese sentido mi experiencia como periodista. Gracias a Dios, conozco lo suficiente el idioma español, puedo hablar, entender, responder, lo que me facilitó bastante las cosas. Debo recoconer que muchas veces estuve a punto de dejarlo todo, de rendirme por pensar que no está a la altura de semejante figura. Pero, por suerte encontré fuerza y coraje y continué. La parte más complicada fue respetar la realidad de los hechos y mantener una cronología aun forzado a omitir muchos acontecimientos que, de lo contrario, habría dado un libro de 600 páginas cuando el trabajo actual tiene poco más de 300.

-¿De su trabajo surgen datos desconocidos sobre el trágico final de Favaloro?

- En realidad, nunca pensé en llevar a cabo una investigación, sino una reconstrucción fiel y profunda de una vida legendaria. Hay algunas cosas que descubrí viniendo a la Argentina y en mis encuentros con la gente, que no encontré en sus textos autobiográficos ni en otros sitios, ni en otras lecturas y tampoco en los diarios de la época. Tuve que hacer muchos chequeos a conciencia y con profesionalidad. Espero haber hecho bien mi trabajo.

-¿Cómo fue el vínculo con la familia de Favaloro, cómo reaccionaron al conocer el proyecto?

-Organicé el encuentro con Roberto Favaloro, un gran hombre, por medio del doctor Eduardo Dulbecco que se formó con René, lo conoció muy de cerca y aún trabaja en la clínica. Dulbecco me anticipó que Roberto era una persona muy ocupada y que sólo podría dedicarme quince minutos. Llegamos juntos a su oficina a las once de la mañana, salimos a las dos y media de la tarde... Fue una reunión extraordinaria, muy provechosa. Yo parecía un chico: no dejé de hacer preguntas y de sacar fotos.

La tapa del libro del
La tapa del libro del periodista italiano Luca Serafini. La traducción del título es "El corazón de un hombre"

-¿Cree que en Europa Favaloro no es una figura muy recordada y apreciada?

-Sí lo es, por supuesto que sí, pero no lo suficiente. No se lo conoce como realmente se merece. Por eso con este trabajo quiero ayudar a echar luz sobre su figura.

-¿Por qué eligió el formato de “biografia novelada”?

-Porque habiendo descubierto su grandeza veinte años después de su muerte, no puedo presumir de convertirme en su biógrafo. ¿Quién soy? Pero sí puedo contar su vida y darla a conocer en Italia y en el resto de Europa. Creo que esa es una misión que Dios me ha dado en la que he puesto todo mi empeño y mi corazón.

-Tuvo la oportunidad de estar frente a frente con Diana Truden, la mujer que era pareja de Favaloro cuando éste se suicidó y que lleva dos décadas en silencio. ¿Qué le dijo?

-En realidad charlé con ella pero no la entrevisté: la vi dos veces y nos escribimos a menudo en estos días. Hablé con ella, charlé. Tengo un profundo respeto por la historia que la unió a René, pero no el trabajo no apunta a revelar detalles íntimos o particulares. Me agregó algunas cosas que, creo, hacen más justicia a la figura del médico. Cuando me acerqué a esta increíble historia de vida, me di cuenta de que había dos pasajes muy difíciles: el suicidio y su última relación con esta mujer. Dios sabe con cuánto cuidado, atención, respeto y delicadeza he tratado en el libro esos momentos que forman parte de su existencia y ciertamente no podría ignorarlos.

"No había nada de él
"No había nada de él que no me interesara. La ciencia, el humanismo, la filantropía, sus ideas sobre la justicia, su amor por la naturaleza y, claro está, su devoción por Italia", expresó el autor del libro

-Cuál es su conclusión: ¿por qué cree que Favaloro se quitó la vida?

-Fue la primera pregunta que me hice cuando conocí más a fondo la historia de Favaloro. Fue un tormento para mí y luego un amigo me sugirió que escribiera primero ese último capítulo. Y así lo hice. Creo que el Maestro, como lo llamaban muchos de su entorno, se encontró de espalda a la pared, atrapado entre las deudas y el chantaje. Le propusieron “ana-ana” que en Italia sería “aumma umma”, para resolver sus problemas, en contra de todos los principios y valores en los que había creído y luchado a lo largo de su vida. Algo inaceptable para su alma, para su corazón, para su sangre. Increíble que dos de sus modelos de vida, Leandro N. Alem y Lisandro De La Torre, hubieran muerto también quitándose la vida. ¿Cómo puede un hombre de su grandeza rendirse de una manera tan sorprendente? ¿A los 77 años? No se puede juzgar la desesperación de los demás. Realmente no se puede.

-Finalmente, ¿qué percepción tiene de lo que Favaloro representa para los argentinos?

-No quiero exagerar, pero creo que René Favaloro en Argentina es casi tan famoso como Diego Maradona, o como se conoce aquí en Italia Padre Pío. Pero René se enojaba: no quería ser comparado con un ídolo. Cuando estuve en Buenos Aires vi murales, bustos, el museo en en Jacinto Arauz. Vi la tribuna que lleva su nombre en el estadio de su amado Gimnasia y Esgrima y el monumento a su memoria en el Bosque de La Plata, junto a la cancha. Sentí realmente que el pueblo argentino lo recuerda y lo ama mucho. En Italia hablé con Javier Zanetti hace algún tiempo y con él quiero organizar un gran evento en Milán y donar la recaudación a la Fundación Favaloro.

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