Un hombre y sus dos hijos de 6 y 11 años murieron anoche en la localidad de Potrerillos, provincia de Mendoza, luego de que el auto en el que viajaban fuera arrastrado por un alud de agua y barro. En el vehículo estaban además otras dos personas: la madre de los menores y una chica de 17 años, quienes lograron ser rescatadas y fueron trasladadas a un hospital.
El hecho ocurrió cerca de las 22 del miércoles en la avenida Los Cóndores, pasando el puente de la ruta 7, zona de Las Vegas, en medio de una fuerte tormenta que afectó a toda la provincia. La familia se trasladaba por ese lugar a bordo de un Fiat Palio conducido por Oscar Alfredo Caliva, de 42 años, cuando los sorprendió la crecida del río Blanco, mientras atravesaban un badén.
El alud de agua, piedra y barro arrastró el vehículo, con los cinco ocupantes adentro. Tras los llamados de alerta al 911, efectivos policiales y del cuerpo de Bomberos de Luján de Cuyo se acercaron hasta el lugar e iniciaron el operativo de rescate. Algunos vecinos también se ofrecieron para colaborar. Alika Anir Caliva (11) y su hermanito Maku Caliva (6) fueron encontrados en muy grave estado y les practicaron maniobras de reanimación, pero murieron en el lugar.
La madre de los chicos, Anahí Olivares, y su otra hija, Kiara Caliva (17), fueron rescatadas con vida y posteriormente trasladadas en el hospital Central donde las asistieron por politraumatismos.
En tanto, Oscar Caliva estuvo desaparecido durante varias horas. Las fuertes lluvias obligaron a suspender los rastrillajes y esta mañana, alrededor de las 10, el cuerpo del hombre fue hallado a unos 6 kilómetros del lugar del accidente, en el cauce a 300 metros de la comisaria 53 de Potrerillos y en cercanías al desvío de ruta 89 entre El Salto y Las Vegas.
Uno de los vecinos que participó del operativo, llamado Ariel Rodríguez, contó el dramático momento: “Fue terrible. El auto estaba de lado. En la parte de atrás, las dos chiquitas estaban virtualmente enterradas en barro y piedras del alud y una chica más grande agonizaba. Nos pusimos a sacar las piedras y el barro con todo, como pudimos, a mano pelada, con uñas y dientes”.
“La chica más grande apenas si respiraba. Los sacamos como pudimos. No se veía nada y estaban enterrados hasta la mitad”, agregó en declaraciones a Radio Nihuil. Según su relato, “el conductor cruzó en ese momento crucial que se desató el alud y lo arrastró la corriente”.
Caliva era oriundos de Buenos Aires, pero hacía más de una década se había mudado junto a su familia a esa zona de la montaña mendocina.
Esta tarde, vecinos cortaron el tránsito en la Avenida Los Cóndores, camino que lleva hacia las zonas de El Salto y Las Vegas, en reclamo de obras para la zona. Piden canalizaciones, mayor señalización y la construcción de un puente en altura.
Esta semana, otro alud de barro y piedras sorprendió a lugareños y turistas en la localidad salteña de Iruya, ubicada a poco más de 300 kilómetros de la ciudad capital y a 2.780 metros sobre el nivel del mar. El fenómeno quedó registrado y se viralizó en videos que muestran una enorme corriente de agua y lodo que se formó tras las intensas lluvias en la zona. El caudal del río Milmahuas, que divide el centro de Iruya de los barrios Campo La Huerta y Medalla Milagrosa, aumentó repentinamente y provocó que turistas y vecinos quedaran varados durante la noche del lunes, no pudiendo regresar de un lado a otro. Por fortuna, en este caso no se reportaron víctimas.
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