Casi todos conocemos a la Guardia Suiza. Esos pintorescos soldados que parecen de juguete y con vistosos uniformes que están siempre al lado del Papa. Pues bien, no son “soldados de juguete” sino que forman parte de un cuerpo de elite y su función primordial es custodiar al Sumo Pontífice. Es el ejército del estado de la Santa Sede y funciona como tal.
Pero, ¿cuál es su historia a 516 años de su formación? El 21 de enero de 1506 el papa Julio II, solicita un cuerpo de guardias especiales a la confederación Helvética para su custodia personal. Podríamos decir que una suerte de “guardaespaldas”. Los pide a Suiza dada fama de feroces guerreros que las tropas de esta confederación demostraron en las guerras de Borgoña. Pero Julio II ya los conocía cuando todavía no era Papa de la Iglesia católica, cuando solo era el cardenal Giuliano della Rovere, y tomó contacto con esta fuerza de mercenarios en momentos en los cuales el rey Carlo VIII de Francia planeaba invadir Nápoles.
El bautismo de fuego ocurrió pocos años después de su creación el 6 de mayo de 1527 durante el saqueo de Roma por las tropas del emperador Carlos I. Lucharon con gran ferocidad defendiendo al Papa delante de la basílica de San Pedro y siguieron combatiendo mientras iban retrocediendo hasta entrar al templo y llegar hasta los escalones del altar mayor. Mientras ellos combatían lograron distraer a las tropas invasoras y el papa Clemente VII, disfrazado de humilde fraile francisano pudo escapar desde el palacio apostólico, sede de la secretaria de estado del Vaticano atravesando el famoso “Passetto di Borgo” el cual es un corredor que une el palacio apostólico con el castillo de Sant’Angelo y así salvar su vida refugiándose en dicha fortaleza. Sobrevivieron solo 42 de los 189 guardias suizos.
Pasaran los siglos y en septiembre de 1870, la Guardia Suiza volverá a inmolarse para defender la Papa y a los Estados Pontificios contra el movimiento denominado “Risorgimento” cuya pretensión era la unificación de toda la península Italiana formando un solo país.
El último estado que restaba “disuadir” para lograr la tan ansiada unificación eran los Estados Pontificios. Y el Papa no quería de ningún modo perder el poder temporal y territorial de su reino. La batalla crucial se desarrolló en Porta Pía, en Roma la cual es una puerta monumental de la antigua muralla Aureliana que circunda la ciudad eterna. El ejército italiano llegó a las murallas el 19 de septiembre y puso a Roma bajo el estado de sitio.
Pío IX decidió que la rendición de la ciudad se otorgaría solo después de que las tropas de la Guardia Suiza hubiesen resistido lo suficiente para dejar en claro que la toma no fue aceptada libremente. El 20 de septiembre de 1870 luego de cañonear durante más de dos horas se abrió una brecha en las murallas Aurelianas, cerca de la Porta Pía y un grupo de infantería piamontés ingresó a Roma, dando muerte a los guardias suizos que presentaron batalla. Con este evento culminan más de mil años del poder papal sobre la península Italiana.
¿Cuál es hoy la función específica de este ejército llamado Guardia Suiza? Proteger al Papa y su residencia, acompañar al santo padre en sus viajes apostólicos, custodiar las entradas oficiales de la ciudad del Vaticano, la realización de servicios de orden y protocolo ante visitas de estado, proteger el colegio cardenalicio cuando la Sede Apostólica esté vacante.
Todos los 6 de Mayo, en conmemoración de los guardias suizos que murieron durante el saqueo de Roma, se lleva a cabo el juramento de fidelidad de los nuevos reclutas. En la ceremonia, además de las familias de los guardias que prestan juramento, también asisten importantes representantes de la política y de la Iglesia. La fórmula del Juramento, leída por el capellán, es repetida por los nuevos reclutas:
“Juro servir fiel, leal y honorablemente al Pontífice reinante y a sus legítimos sucesores, dedicándome a ellos con todas mis fuerzas, sacrificando, si fuere necesario, mi vida en su defensa. Asumo los mismos deberes para con el Colegio Cardenalicio durante la vacante de la Sede Apostólica. Prometo también al Comandante ya los demás Superiores respeto, fidelidad y obediencia. Así que juro que Dios y nuestros Santos Patronos me asistirán”.
Para pertenecer a este ejército, el cual es el más pequeño y antiguo del mundo y que en la actualidad son solo 135 miembros (el papa Francisco autorizó que se sumaran más miembros, antes solo eran 110) deben cumplir ciertos requisitos: ser católico practicante; ser ciudadano suizo (la mayoría son de los cantones de habla alemana); soltero, para poder casarse debe solicitar permiso y tener al menos 25 años haber servido por lo menos cinco años y comprometerse a servir por lo menos otros tres años; la edad para el ingreso es de 19 años como mínimo hasta los 30 años como máximo; la altura de referencia es de 1,74 m.; gozar de muy buena salud dado que antes de ingresar a la escuela de reclutamiento de la Guardia, se deben realizar una serie de exámenes médicos en Suiza; impecable reputación; haber cumplido la instrucción básica en las fuerzas armadas de Suiza y posee título de bachiller; y comprometerse a prestar servicio, como mínimo, de 26 meses. Como todo ejército, poseen un salario el cual es aproximadamente de € 1.500, mucho menos de lo que gana un soldado de elite de cualquier país miembro de la Unión Europea.
Los candidatos a la Guardia Suiza Pontificia no solo deben cumplir los requisitos sino que deben someterse a un proceso de selección dividido en varias etapas y son evaluados en cuanto a su estado de salud, su reputación, no debe poseer antecedentes penales; su vida en la comunidad parroquial; su estado mental y su personalidad.
Siempre hemos escuchado que los uniformes de gala de los guardias suizos los diseño Miguel Ángel. No es cierto. Los actuales se deben al Comandante Jules Repond (1910-1921). Los colores azul, rojo y amarillo son característicos de la familia Medici. Las bandas azules y amarillas interrumpen el rojo de las mangas y los pantalones poseen un movimiento fluido. Todo esto fue logrado luego de una extensa investigación basada en los frescos de Rafael, a principios del siglo XX.
En invierno y en caso de lluvia los guardias también usan una capa para protegerse del mal tiempo. Y el uniforme de fajina es completamente azul; estos se los puede observar en la puerta de Santa Ana la cual es el ingreso cotidiano a la ciudad del Vaticano. También tienen otros colores que van variando de acuerdo al rango. Podemos observar en antiguas pinturas o fotografías como era el antiguo uniforme de gala de este ejército. El actual comandante de este ejercito es Christoph Graf y el sub-comandante es Loïc Marc Rossier. Como datos anecdóticos la Guardia Suiza creó un club de fútbol en 1975.
Pero como todo grupo humano, no está exento de escándalos. El 4 de mayo de 1998 Alois Estermann, comandante de la guardia suiza, fue hallado asesinado en su apartamento de la ciudad del Vaticano junto a su esposa venezolana Gladys Meza Romero y con ellos se encontró el cadáver del cabo Cédric Tornay. El portavoz vaticano de aquel entonces Joaquín Navarro-Valls, atribuyó a un rapto de locura de Tornay el asesinato de Estermann y de su esposa quien luego de cometer el crimen, se suicidó.
Como hemos leído, la Guardia Suiza no son solo adornos para la Santa Sede o para sacarse lindas fotos: son un cuerpo de elite, muy calificado y que su mejor camuflaje es hacer creer que son solo guardias ceremoniales que acompañan al Papa en las funciones importantes de su ministerio petrino.
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